Nuestra música cristiana es a capela, es decir, de voces nada más, sin el acompañamiento de guitarras, panderetas, tambores o cualquier otro instrumento. ¿Hay sonido más bello que el del instrumento creado por Dios mismo, a saber, la voz humana consagrada a cantar himnos, salmos y cánticos espirituales? Históricamente, el uso de instrumentos musicales en alabanzas a Dios es un fenómeno de tiempos modernos, convirtiéndose la “música cristiana contemporánea” en tremendo negocio multimillonario explotado en gran escala.
En nuestros lugares de reunión, los instrumentos de música brillan por su ausencia. ¿Por qué no adquirirlos y tocarlos? Querido lector, la razón principal descansa en la naturaleza enteramente ESPIRITUAL de la adoración enseñada en el Nuevo Testamento.
Al Cristo ser crucificado, el Antiguo Testamento fue anulado, quitado de en medio y clavado en la cruz (Colosenses 2:14-16; 2 Corintios 3:6-18). Iniciada la nueva Era Cristiana en el Pentecostés del 30 d. C. (Hechos 2), la iglesia recibe un testamento "mejor" que “aquel primero” de Moisés(Hebreos 8:6-13; 12:24).
Los cambios no son cosméticos sino bien profundos, encaminados a la creación de “un solo y nuevo hombre… mediante la cruz” (Efesios 2:14-16). Este “nuevo hombre” es la nueva “iglesia del Señor”, y todo lo relacionado a ella es llevado a un plano superior de espiritualidad. Consideremos.
"Cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley" (Hebreos 7:12). Cristo mismo es el nuevo, único y “gran sumo sacerdote que traspasó los cielos”, nombrado por Dios “para siempre” (Hebreos 4:14 - 5:1-10). Todos los fieles de la iglesia verdadera somos "real sacerdocio... casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales…" (1 Pedro 2:4-9), y no carnales o materiales.
"Tenemos un altar" que no es material sino espiritual (Hebreos 13:10).
Ofrecemos "siempre a Dios… sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre" (Hebreos 13:15). Este“sacrificio” es verbal, y no mediante instrumentos de hechura humana.
Presentamos nuestros "cuerpos en sacrificio vivo... que es" nuestro "culto racional" (Romanos 12:1). Un “sacrificio vivo”, y no muerto como el de los animales sacrificados bajo el Antiguo Testamento.
"Nuestra pascua" no es un cordero literal sino el propio Jesucristo (1 Corintios 5:7).
Nuestra "cena del Señor" no es una cena literal sino espiritual (1 Corintios 11:17-22).
En fin, bajo el Nuevo Testamento, ¡todo ha cambiado! ¿Con qué razón, pues, exceptuar la música religiosa? Los instrumentos de música no son espirituales, y, por ende, no armonizan con el culto "en espíritu" (Juan 4:24) que rinde la iglesia.
La ley y los tiempos Dios mismo los ha cambiado. Ya no se alaba al Señor con instrumentos sino "en vuestros corazones… con salmos e himnos y cánticos espirituales…" (Colosenses 3:16), "…cantando y alabando al Señor…" (Efesios 5:19). ¿Captó usted el adjetivo “ESPIRITUALES”? A la música salsa, rock, rap, country, merengue o mariachi tocada en muchas iglesias, actividades y espectáculos promocionados como “religiosos”, de moda en estos tiempos, la catalogan de “cristiana", y aun de “espiritual”, pero sigue siendo ni “cristiana” ni “espiritual” sino esencialmente mundana, complaciendo a la carne. No la escuchará en una verdadera “casa espiritual” de Cristo. Nos gusta mucho alabar al Señor mediante “cánticos espirituales”. Le animamos a consagrar su propia voz a él, cantando "con el entendimiento" (1 Corintios 14:15).