Jorge Luis Borges
A mi padre

Tú quisiste morir enteramente,

la carne y la gran alma. Tú quisiste

entrar en la otra sombra sin la triste

plegaria del medroso y del doliente.

Te hemos visto morir con el tranquilo

ánimo de tu padre ante las balas.

La guerra no te dio su ímpetu de alas,

la torpe parca fue cortando el hilo.

Te hemos visto morir sonriente y ciego.

Nada esperabas ver del otro lado,

pero tu sombra acaso ha divisado

los arquetipos últimos que el griego

soñó y que me explicabas. Nadie sabe

de qué mañana el mármol es la llave.