Jorge Luis Borges

Un poeta del siglo XIII

Vuelve a mirar los arduos borradores

De aquel primer soneto innominado,

La página arbitraria en que ha mezclado

Tercetos y cuartetos pecadores.


Lima con lenta pluma sus rigores

Y se detiene. Acaso le ha llegado

Del porvenir y de su horror sagrado

Un rumor de remotos ruiseñores.


¿Habrá sentido que no estaba solo

Y que el arcano, el increíble Apolo

Le había revelado un arquetipo,


Un ávido cristal que apresaría

Cuanto la noche cierra o abre el día:

Dédalo, laberinto, enigma, Edipo?