Jorge Luis Borges - Margarita Guerrero - Las Valquirias

Valquiria significa, en las primitivas lenguas germánicas, la que elige a los muertos. Un conjuro anglosajón contra los dolores neurálgicos las describe, sin nombrarlas directamente, de esta manera: Resonantes eran, sí resonantes, cuando cabalgaban sobre la altura. Eran resueltas, cuando cabalgaban sobre la tierra. Poderosas mujeres...

No sabemos cómo las imaginaban las gentes de Alemania o de Austria; en la mitología escandinava son vírgenes armadas y hermosas. Su número habitual era tres.

Elegían a los caídos en el combate y llevaban sus almas al épico paraíso de Odín, cuya techumbre era de oro y que iluminaban espadas, no lámparas. Desde la aurora, los guerreros, en ese paraíso, combatían hasta morir, luego resucitaban y compartían el

banquete divino, donde les ofrecían la carne de un jabalí inmortal e inagotables cuernos de hidromiel.

Bajo el creciente influjo del cristianismo, el nombre de Valquiria degeneró; un juez en la Inglaterra medieval, hizo quemar a una pobre mujer acusada de ser una Valquiria, es decir una bruja.