Jorge Luis Borges
Caña de ámbar

He aquí una flor

llamada caña de ámbar.

Es recuerdo querido de una tarde

en que me dio su boca una palabra

dichosa como un beso.


Esas líneas publican mi secreto

semejante al de todos.

¿A qué apilar altos alardes verbales,

decoro de sentencias y de imágenes,

para decirte lo que sabes?

También tú junto a la esperanza viviste

y hubo en ti dicha dolorosa, desolación de ausencia

    y gloria inconstante

y certidumbre venturosa entre dudas

y amartelada gustación de otra alma.

Quiero que ante esta flor y esa palabra

nos reconozcamos iguales

como ante una común música patria.