Invisible transparencies: Screen and the Imagery in earlier Hernández Dies
Por Abdel Hernández San juan
Guest scholars of the faculty of classic and Hispanic studies at rice university, guest curator of transart foundation of houston
La primera vez que yo vi frente a mí una obra de José Antonio Hernández diez tuve la impresión de estar ante un artista que hallaba una posibilidad hasta ese entonces inexplorada de mover el arte tierra más allá de sus usuales constreñimientos cognitivos y semióticos.
Por un lado, mucho de lo que se hacía entonces utilizando materiales geológicos o alusivos a la geografía, la espeleología o los emplazamientos naturales o arqueológicos, o bien abandonaba los sitios naturales en favor de colectar materias provenientes de ellos para crear volúmenes e instalaciones de dimensión telúrica y cosmogónica en espacios cemicerrados, vaciados, moldes, cerámica, vasijas, materias tectónicas, o bien en su lugar frente a ello se inclinada hacia la precariedad efímera de materiales endebles o povera en contraste con la persistencia bien de materiales duraderos destinados a trascender vía conservación en el tiempo bien de materiales neoplasticistas relacionados al polietileno y el carácter seriado y banalizado de las serializaciones industriales.
A diferencia de estas inclinaciones propensuales, Hernández diez se aparecía con una obra que imaginaba las direcciones del land art por un lado hacia el media y más específicamente hacia el universo sensorial, transparente e impresente de la pantalla, se trataba pues de una movida intersticial que por un lado desmarcaba los supuestos consabidos del arte tierra poniendo en relación cosas aparentemente incompatibles, tierra virgen en directo por un lado, desde la cual nacía la pantalla de proyección especular, y posibilidades también intersticiales de desmarcar la usual imaginación que había peculiarizado entonces el abordaje de la pantalla en el arte contemporáneo.
Así como el land art dejaba los sitios y emplazamientos para constreñirse en modalidades de arte povera o en telurias cosmogónicas, laf pantalla en el arte padecía de una monitorización endémica que lo consumía en un discurso artefactualizado sobre el televisor y el computador como objetos electrónicos adquiriendo en su obra una posibilidad inesperada y sorpresiva tratado el screen como una superficie especular de presencia impresente e ingrávida capaz de evocar psicoanalíticamente el alma de las comunidades amerindias.
Se trataba en definitiva de tierra en el piso desde donde la pantalla emergía de modo casi imperceptible reconocible solo por el efecto de imágenes flotantes que parecían proyectadas en el aire. La pantalla de hecho era casi sino invisible la sensación de su presencia se adquiría a través de la visibilidad de las imágenes proyectadas.
El universo de las tactilidades y las certitudes de la presencia propio al mundo pre-mediático que la tierra evoca, adquiría con la mediación cinemática y la retroproyección, una nueva dimensión en el imaginario, evocaba incluso a este último, y a la inversa la pantalla adquiría un alma y se antropologizaba, de este modo la tierra y sus comunidades autóctonas ascienden al cielo quizás en vida por devenir mediatizados o quizás como espectralidades del alma volatilizados, una dimensión nueva especularizada por el screen mientras este último a la inversa resultaba dotado en sus sentidos de un alma que al parecer con su usual homogeneización había perdido en un tiempo en el que ya para entonces sabíamos más de estas comunidades a través del media que en directo.
Si bien es cierto que ya la escultura minimalista más filosófica desarrollada en torno a principios geométricos y logarítmicos venía explorando altos contrastes de este tipo lo hacia usualmente como un discurso de los meros materiales o bien en el modo más típico del primer arte povera cuando se contrastaban lumínicos con materiales precarios o pobres.
Luego comencé a conocer nuevas obras de Hernández diez, pero la imagen de aquella nunca me abandono y no tanto por su indudable relevancia antropológica-- sino sobre todo porque nunca luego hasta hoy volví a ver un tratamiento tan fino y sofisticado del screen a nivel visual en términos de la subjetividad, en aquella obra donde la pantalla como tal era tan intangible que parecía invisible adquiriendo el sentido de su presencia impresente por el efecto mismo volátil de las imágenes ascendentes proyectadas, lo sofisticado era que el discurso sobre el screen parecía a su vez sobre la intagibilidad de un imaginario respecto al cual la obra intercambiando los parámetros de lo mediático y lo autóctono elucidaba y descubría más de lo que de por si confirmaba en los discursos consabidos, el imaginario, de hecho, como el screen, es un concepto intangible.
Cuando Hernández diez hizo su obra -- fines de los ochenta--no imaginaba que treinta años luego la pantalla estaría transformada en un universo táctil volatilizado, casi imperceptible e intangibilizado a través del cual con el internet y la cultura digital todo ocurriría a través de ella, pero ya desde entonces a mí me evoco dimensiones no muy lejanas de aquello en lo que el screen ha devenido para nosotros.
Su obra alegorizo desde entonces la mejor imagen que hasta hoy dispongo en mis clases para discutir cual es la dimensión filosófica y simbólica del screen para la subjetividad hoy, justo cuando los estudios sobre el screen han pasado a ser toda una nueva área de la teoría del media y la antropología.
Son estas pues las cosas que a su respecto centraron mi inclusión de imágenes de su arte en mi conferencia en fondren library, 1996 así como luego en el rice media center si bien en esta última ocasión tampoco solo-- acompañado de la discusión de muchos otros artistas en un curso paralelo a mi curaduría con Surpik--, incluimos un film entrevista sobre su arte, donde además de sus patinetas, el placer erótico, imágenes proyectadas glandes en cloude up en el momento de la eyaculación, centro su atencion.
Una obra que vi sin embargo solo muy recientemente en su facebook me ha confirmado la base fundada y no meramente interpretativa de mi hermenéutica. Esta me resulto por motivos distintos, pero en el mismo sentido, desconcertantemente atractiva, ahora se trataba de una pantalla de televisión en el puro cristal desprovista de toda su parafernalia plástica de monitor sumergida en el agua pero visible de modo enteramente transparente dentro de un recipiente acrílico cúbico semejante a una pecera.
Aquí el efecto alógeno en torno a la intagibilidad de la pantalla para la subjetividad y el imaginario no era conseguido por la vía de un intercambio entre dimensión antropológicas de la cultura y aquellas mediáticas del screen sino a través del acento sobre la inmaterialidad semántica de su materialidad cristalina, como el agua el screen es transparente y cristalino en su transparencia, su materialidad es sólida indudablemente a diferencia del aqua que es líquida pero lo que respecta a lo liquido o aquello que la liquidad evoca no es su materia sino su fenoménico de presencia el modo volátil a través del cual la imagen a través suyo se intagibiliza, ella es impulso eléctrico, honda, transmisión, señal, está presente y no lo está al mismo tiempo, en vivo o diferida, es de por si un modo del ser especular como esas especies cristalinas que habitan plegándose y desplegándose en el mar, especies suigeneris de moluscos.
Acá no se trataba en cambio de una pantalla prendida sino antes bien suspendida sin imagen, sin visión y sin audio más que por el modo en que el espectador reflexiona al verla a través del agua como el habitad ecológico adecuado en tanto tropo lingüístico a su extraño modo de ser o de albergar los seres.
Hay aquí una lectura ecologizada, ambientalizada e incluso sentimental del media
Acaso no devenimos más afectivos en tanto más interactivos y lúdicos?, el media establece un mundo de laxidad, plasticidad, adecuación, flexibilidad. Si con el la cultura se media y se remedia devenimos entonces cultura con el media.
Este tropo ecológico de la pantalla dentro del agua no es acaso una invitación a repensarnos a propósito del screen?, que significa para nuestra subjetividad una superficie cristalina que media entre nosotros y el mundo de nuestros objetos denotados?, no son acaso la visión, la tactilidad y el sonido para nuestra subjetividad, proyecciones en nuestro interior idealizado del mundo de los otros tamizado por nuestra subjetividad individuada hacia adentro y proyectada luego hacia afuera esa individuación simbolizada?, no nos reunimos acaso siempre con los otros en una suerte de superficie intermedia donde se encuentran nuestras proyecciones y las suyas?
Y que es el imaginario sino precisamente el nombre que damos a esa superficie intangible?, no exterioriza acaso el screen vuelto superficie que media el lugar que de por si corresponde al imaginario?, el mundo de los sueños es de una dimensión similar
El uso del video proyectado continuo esporádicamente apareciendo de modos diversos en algunas de sus instalaciones como por ejemplo en una versión de sus piezas sobre las patinetas mostrando en monitores repetidos las imágenes de estas decoradas, o la imagen proyectada sobre un mueble de madera en su obra "Ceibo".
Lo anterior contrasta con la preponderancia que el mismo Hernandez diez ha dado ha desacralizar lo rebuscado, lo extraordinario, lo entrecomillado o edulcorado en favor de redimir lo mundano, aparentemente banalizado, popular o vernáculo como algunos han apuntado respecto a algunas de sus obras como por ejemplo su muestra "Chiviados" donde minimaliza de forma simple y reiterativa en torno a la madera ordinarios palos de escoba y destupidores de baño, o en línea similar su remitencia a pensadores complejos como Kant a través de sus imágenes masificadas por el consumo y la cultura popular de lo que esta última ha vuelto toda una estética que los cubanos llaman 'poppis' o 'tacos' zapatos plásticos confortables de marca deportivos.
Complejo también pues por otro lado todas estas búsquedas están relacionadas a verdades sociológicas y antropologías, en el capitalismo avanzado contemporáneo la cultura recrea el consumo y se reinventa a sí misma a través de aquel por lo tanto ideologías de otrora que contraponían los máss medias y lo autóctono, consideraban contrapuestos los códigos de un minimalismo filosófico rebuscado y el minimalismo que en sentido opuesto masivo e industrializado caracteriza de por si las estéticas del diseño industrial utilitario, el pensamiento más sofisticado y el sentido más ordinario del confort, el mercado libre y el consumo no funcionan más.
La reculturizacion del consumo obliga a una antropología de los neologismos y las reinvenciones culturales a través de lo cual Kant no será más aquel Kant auroleado por una imagen inaccesible y encriptada sino un Kant que va en 'poppis' porque no?, un Kant reinterpretado y reinventado como decían en un numero de october "Kant after duchamp", como no volver a pensar los aprioris después de duchamp?, pero en el mismo modo en que pintar a la virgen María desnuda es un tabú para los cristianos ortodoxos igualmente tampoco dejara de serlo para la cultura encriptada llevar a Kant en las marcas mundanas y ordinarias de un par de tenis deportivos o por sugerir otra serie de Hernández diez en las etiquetas del vestuario.
References
Hernandez San Juan Abdel, on how to be ecologicals in art, published at economy today newspaper, ojo pinta page, coordinated by Maria di made, Caracas, 1993
Hernandez San Juan Abdel, Venezuelan art in computer, text of the catalogue of 100 Venezuelan artists working in computers focusing the water, crated by Maria Clara Fernandez and Ricardo benaim, viasa, Caracas, 1994
Hernandez San Juan Abdel, beyond the intertextual, lecture discussed at the fondren library lectures auditorium as a guest of the faculty of classical and Spanish studies, coordinated by Surpik Angelini and hector urrutibeity, rice university, Houston, Texas, USA, 1996
Hernandez San Juan Abdel and Angelini Surpik, Jose Antonio Hernandez dies, pp, including the presentation of the film a zombie in interface on Hernandez dies, a parallel multimedia course, rice media center, Houston, 1997