El paso del tiempo acostumbra a borrar las existencias particulares de los individuos que han conformado lo que suele denominarse gente común. Más aún en el caso de las mujeres, que en contadas ocasiones han cobrado voz propia, incluso en aquellos momentos históricos de mayor protagonismo para las clases populares.

Esta exposición persigue precisamente sacar del anonimato, dándoles nombre, a algunas de estas mujeres a quienes el azar ha querido rescatar en los papeles de otro tiempo. Las emociones expresadas a través de su voz y de su letra han permitido articular esta muestra en torno a dos universos que fueron también femeninos.

El universo oral, aunque preservado hasta la actualidad gracias a la escritura, contempla la voz de las mujeres en su rutina diaria, alejada del silencio y las buenas palabras del ideal femenino. En esta rutina se suceden situaciones de confrontación con otros hombres o mujeres; es aquí cuando se da rienda suelta a un comportamiento descortés, manifestado fundamentalmente en los insultos de una lengua ofensiva conservada en las declaraciones de los pleitos por injurias (Archivo General de Navarra).

El universo escrito y la privacidad femenina se plasman a través de una serie de cartas de tema amoroso en las que se dibuja un perfil femenino cortés, que mezcla la expresividad de la emoción con la práctica de la retórica epistolar. Estas cartas de letra femenina, esgrimidas como pruebas en pleitos por ruptura de promesa matrimonial (Archivo Diocesano de Pamplona), constituyen, además, testimonios en primera persona sobre la vida cotidiana de cada época y, muy especialmente, del papel social y discursivo que estas mujeres adoptan en torno al cortejo y el matrimonio.