JAVIERA GALDONA (1775-1776)

«Aunque se empeñen padres y, si v. m. quiere, el rey y sumo pontífice»: la resistencia de un hombre a cumplir con su palabra

Archivo Diocesano de Pamplona (ADP), c.2432, núm. 12

La joven María Francisca Javiera Galdona, de 22 años, era una hidalga «de distinguida calidad», nacida y residente en Motrico. En 1774 había advertido que don Agustín Antonio de Urreiztieta, barón de Oña, «la manifestaba mucho afecto y cariño». En febrero de 1775 un amigo íntimo del barón expresó a Javiera las intenciones de este de contraer matrimonio con ella y que respondiera si estaba de acuerdo. Ella aceptó y comenzaron a intercambiarse cartas, y hasta abril «corrieron amándose recíprocamente».

A partir de esa fecha comenzaron a tratar seriamente del casamiento, y tanto por carta como de palabra de dieron mutuo consentimiento. Ella fue discreta y no lo hizo público, tal y como le había pedido el barón; pero este comunicó su intención a miembros de su familia y amigos, y pronto el asunto era conocido por buena parte del vecindario. Pero en septiembre, por otra carta, el barón le expresó su deseo de no continuar adelante con el compromiso; una determinación sin vuelta atrás: «aunque se empeñen padres y, si v. m. quiere, el rey y sumo pontífice, pues antes escogeré una triste relegación o destierro que cejar en ella».

Por esta razón, Javiera, ante el peligro de verse burlada y humillada en su honor, inició un pleito contra el barón, en el que numerosos testigos reconocieron la existencia de la relación y de la promesa. Aunque el barón, durante el proceso, negó tener cualquier obligación, el tribunal diocesano de Pamplona fue taxativo al condenarlo, el 31 de julio de 1776, so pena de excomunión mayor, a contraer matrimonio en el plazo de quince días. El barón apeló ante el juez metropolitano del arzobispado de Burgos, pero Javiera, que había visto ya reconocida la razón de su causa, tomó, con gran dignidad, la decisión de apartarse del pleito para que el barón «pudiese disponer de su persona».

En su carta, Javiera Galdona pedía al barón de Oña, «toda tuya», que le diese permiso para comunicar su compromiso a sus parientes, pues los rumores de los esponsales comenzaban a divulgarse por la villa de Motrico.

Tinta a partir del retrato en miniatura de Fredrika Carleson, de Nicolas Lafrensen (h. 1778)

Carta de María Javiera de Galdona para el barón de Oña (fol. 46r-46v) (1775, septiembre, 8, Motrico).

«Señor barón:

A mi madre y a mí, las gentes parientes de nuestra obligasión siempre nos preguntan cuándo me caso con v. m. Y no podemos asertar a responder, porque v. m. me tiene encargado el secreto ‑que lo guardaré hasta que v. m. me diga‑, y lo qué deberemos responder, porque conocemos que nuestras gentes discurren desconfianza, porque oyen por fuera que los señores padres de v. m. lo han dicho porque v. m. les ha dicho nuestro casamiento, y que se alegran mucho, y nosotras también, de que v. m. se haya explicado con dichos señores padres. Y nos dirá v. m. si nos explicaremos con nuestros parientes, para que no tengan sentimiento de no decirles. Y espero las órdenes de v. m. a quien le deseo mucha vida y alegre en mi compañía, que así será, queriendo Dios. Y espero todo de v. m. que yo soy toda hasta la muerte de v. m.

Motrico y septiembre 8 de 1775.

Fina servidora siempre de v. m.

María Javiera de Galdona

Sr. Barón de Oña».

© De la ilustración, Concha Pasamar

© De los textos y transcripciones, Jesús M. Usunáriz

"Universos discursivos e identidad femenina. élites y cultura popular (1600-1850)” (HAR2017-84615-P)