Es divertido que muchas veces que la gente, cuando ve los resultados asombrosos que se puede lograr con hipnosis, por ejemplo, meter a trance a un extraño en cualquier lugar, le dicen a uno “¡Por favor, enséñame a hacer eso!” o “¡Haz que él haga tal cosa!” (si, la esposa para que el marido cambie, o la mamá para que cambie el hijo).
Mucha gente se imagina (quizás por lo que han visto en Mandrake, o gracias a las fantasías de Hollywood) que es posible lograr que alguien haga las cosas más insólitas y además instantáneamente, con apenas un “gesto” hipnótico.
Pero resulta que no es así. Por un lado, es absolutamente imposible que a través de hipnosis se pueda inducir a alguien a hacer algo que vaya en contra de sus principios y valores. Por otro lado, no sería ético intentarlo.
Al mismo tiempo, usted puede tener la plena seguridad de que la hipnosis es algo muy, pero muy seguro y sin efectos secundarios, siempre que sea manejada por un profesional serio y competente.
La hipnosis ofrece resultados como estos: En una sesión de diversión: “se te olvidó el número 6” y el sujeto, al contar de 1 a 10, salta de 5 a 7 sin darse cuenta. En una sesión terapéutica: Dejó de fumar en solo una hora.
Continuando con lo divertido, muchas personas, al ver los impresionantes resultados que se obtienen, como en los ejemplos anteriores, mantienen la creencia de que uno tiene un “superpoder”.
Recuerdo que tuve un alumno con el cual hice una demostración, que consistió en que se le olvidara el nombre (tranquilos, solo por unos minutos). A partir de ese día, cada vez que reveía con otras personas siempre me pedía que “usara mis superpoderes” para algún propósito.
Bueno, usted lo sabe, no hay tal cosa. Lo que hay es una buena tecnología. Y después que la gente lo ve a uno haciendo una actividad con hipnosis, la gente habla de uno. Y eso le dice a muchas personas que la hipnosis puede lograr resultados sorprendentes.