Resumido del libro “Si Esto es Magia: El Poder Olvidado de la Hipnosis”, por Guy Lyon Playfair. (Edición original publicada por Editorial Jonathan Cape, 1985. Edición 2011, White Crown Books).
Resumen de parte del capítulo 1:
Todo el cuerpo del paciente, excepto la cara, el cuello y el pecho, estaba cubierto por una substancia negra. Lo iban a operar en el Queen Victoria Hospital (Londres). El anestesista notó unas carnosidades verrugosas de 5 mm sobre los brazos y las piernas.
Este hospital tenía fama mundial en materia de cirugía plástica y el equipo de cirujanos iba a ver qué podía hacer por el paciente (llamado John en el relato). Esto sucedía en 1950.
Le realizaron algunos transplantes, de la zona del pecho, a las manos, pero esto no tuvo éxito.
El anestesista (Albert Mason) era también muy habilidoso con la hipnosis y ya había tenido varios éxitos removiendo verrugas con trabajo de hipnosis. Se preguntó, si una verruga se puede remover con hipnosis ¿porqué no millones de ellas?
Se lo comentó al cirujano, quien no se sintió nada cómodo con esto y lo miró agriamente.
Entonces Mason decidió hacerlo por su cuenta. Hipnotizó a John y le dijo que las verrugas se iban a caer de su brazo izquierdo y que volviera en una semana.
Cinco días después la capa negra había desaparecido. Y a los diez días la piel de ese brazo se veía completamente normal (el otro brazo continuaba con la capa negra).
El cirujano no lo podía creer. El diagnóstico indicaba que era una enfermedad congénita, que desde 1904 había sido consideraba incurable.
El cirujano le dijo a Mason: “Serás mejor que tengas una explicación, ya que a John lo vamos a presentar (como caso) dentro de dos días en la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra. Pero ni Mason ni nadie tenían una explicación.
Esto generó comentarios como “Esto demanda una revisión de los conceptos vigentes sobre la relación entre mente y cuerpo” y “esta cura no tiene precedentes y es inexplicable”. El editor de la revista “British Medical Journal” comentó sobre “la necesidad de realizar más trabajo científico sobre la relación entre la mente y la piel”.
Bien, Mason continuó tratando a John con hipnosis. Logró mejorías de entre 50% y 95% en brazos y piernas. Las palmas de las manos quedaron sin rastros, sin embargo, la mejoría no fue tan buena en los dedos.
Un año después, John había cambiado mucho, tanto física como emocionalmente y hasta había conseguido un trabajo. Aunque su “curación” nunca llegó al 100%, las zonas en las que desaparecieron las verrugas, permanecieron igual (no hubo recaídas).