Ya ha pasado un año y otra vez en bici a Pedraza. Dice Toya, una de las habituales que esta vez no ha podido venir, que siempre vamos el día del Corpus Christi, no, pura coincidencia. Vamos a primeros de junio porque la primavera está pletórica de colores, de luz y de sabores, jejeje….el cordero parece que sabe mejor.
Hacía tiempo que en el Tío Pintao no éramos tantos para la aventura, fuimos diez, Valeriano, Pifo, José Angel, Jesús –el americano-, Kike, Javier “sangarcía”, Cristina, Begoña, Juanlu y yo.
A las 9,30h comenzamos con la exigente cuesta hasta el Sotillo, algún despiste, pero todos conseguimos que Antonio se levantara de la cama y un año más nos deseara “buen camino”.
¡Qué bonito es llegar a Cabanillas!. Este año el Río Ciguiñuela llevaba mucho agua, daba gusto verle. Junto al esquileo hicimos la primera parada y llenamos los bidones de agua en la fuente del pequeño y rústico jardín municipal.
En la intersección del Cordel de Cabanillas con la Cañada de la Vera de la Sierra nos estaban esperando Juan Diego y sus dos cuñados, que venían de Palazuelos. A partir de ese punto somos trece los ciclistas.
La Cañada es un “jardín” es un placer rodar por ella.
Primera dificultad, cruzar el Río Pirón. Unos descalzos, otros con el propio calzado de la bici, Pifo montado, ¡y todos con los píes mojados!.
Sorpresa al llegar a Sotosalbos. En este precioso pueblo, de obligada parada siempre que hacemos esta ruta, vive la abuela de Juanlu, que nos obsequió con un estupendo “tentempié”, tortilla, chorizo, queso, cerveza, agua, vino, todo riquísimo, en el bonito patio de su casa.
Atravesar el soto de Pelayos del Arroyo se hace duro, la pista de tierra que le atraviesa “pica” hacia arriba y es larga, pero queda compensado el esfuerzo por lo relajante de su entorno, praderas verdes, multitud de flores, el cantueso empieza a estar en su máximo apogeo, hasta las Sierras del cercano Guadarrama parece que animan.
Coincidimos en algún momento con el trazado del Camino de San Frutos, que para comodidad de los que lo transitan tiene un buen firme y a nosotros nos evita posibles peligros al descenderle para llegar a Santiuste de Pedraza.
Con un pedalear rápido pasamos Requijada sin detenernos. A una velocidad punta de 58 km/h “volamos” desde ese pueblo a la Ermita de la Vega, aquí sí que paramos, hay que volver a grabar en nuestras cámaras y en nuestras retinas esta preciosa joya del románico.
El Río Cega, casi como en el año 2010, con mucho caudal. Yo tampoco me quité los zapatos, un poco más húmedos los pies no importaba, algunos llevaban las zapatillas de agua que estaban recomendadas en la convocatoria. Pifo, un año más, volvió a intentar cruzar el río montado en su bici y un año más acabo con el agua hasta el cuello.
Ahora tocaba disfrutar del monte de encinas, enebros y jaras que teníamos por delante, aunque para ello tuvimos que empujar un rato las bicis. En lo más alto, en un prado, están las “porterías” de futbol, creo que sólo son utilizadas una vez al año por nosotros, nos sirven de “marco” a nuestra foto de grupo.
Quedan dos kilómetros para la meta, hay que salvar una bonita y trialera bajada y subir 200 metros (con los que había soñado toda la noche) para llegar a la puerta de entrada al pueblo. Para casi todos nosotros, esta corta distancia, es un reto el no bajarse de la bici, este año lo hemos conseguido unos cuantos, pero la corona de laurel me la voy a colgar yo,jejeje, no por haber llegado el primero sino porque era el mayor del grupo.
Cuando llegamos a la Plaza de Pedraza ya estaba el resto de acompañantes tomado el “vermut”. Los andariegos nos contaron que el recorrido de este año les había gustado mucho y que el guía Adolfo dominó los caminos como si fueran los pasillos de su casa. Comenzaron en Torre Val de San Pedro.
El asado fue exquisito. Dentro de las limitaciones de comodidad que ofrece el Mesón de Manrique, todos estuvimos a gusto.
Para terminar la jornada no podían faltar unos cafés y cubatas en la Plaza de Sotosalbos, este año no nos atrevimos a llegar a ella en bici.
Un saludo para los 29 del grupo y un recuerdo para tod@s aquell@s amig@s que no han podido disfrutar la aventura este año, pero que no se la perderán en 2014.