El domingo 17-02-2013 el Grupo de Montaña Diego de Ordás de Segovia llevó a buen término un año más y ya son 40, la Travesía Invernal a las Sierras de la Mujer Muerta y del Quintanar. Los organizadores, en su mayoría veteranos montañeros, pueden estar orgullosos del acontecimiento deportivo, fue todo un éxito. Más de 220 personas venidas de Madrid, Extremadura y varías provincias de Castilla y León, recorrieron las cumbres de estas montañas segovianas.
Entre los asistentes figuraban Andrés Fuentetaja y Pedro Lázaro (el que escribe). Quisimos rememorar la 1ª Marcha que en 1.971 organizó el Grupo de Montaña de la OJE de Segovia, al que nosotros pertenecíamos y que solicitamos se inscribiera en el Calendario de la Federación Castellana de Montaña, con el nombre que aún perdura. A través de un correo electrónico convoqué a los amigos que compartimos rutas y aventuras, fue nuestra amiga Toya la única que quiso acompañarnos y animarnos en ésta efemérides.
De aquella primera marcha de hace 42 años tengo vagos recuerdos. Comenzamos en Navacerrada, el día fue de riguroso invierno, no seríamos más de 20, muchos la hicimos con esquís. Al llegar al Collado de Tirobarras decidimos cambiar la ruta, pretendíamos llegar a Otero de Herreros pero la climatología nos lo impidió, una fuerte ventisca aconsejaba no arriesgar, la terminamos en el pueblo de Revenga. La triste anécdota fue la pérdida de Orión un pastor alemán, el perro de mi amigo Carlines, el hielo le asustó le hizo cambiar de ruta y no volvimos a saber de él.
La Mujer Muerta es la montaña segoviana por excelencia (“mi montaña”). He recorrido sus cumbres en múltiples ocasiones, pero cada vez que subo me parece la primera. He soportado vientos huracanados (¿recuerdas Pedrito?), fortísimas ventiscas que hicieron que me retirara antes de hacer cumbre (¿os acordáis, Juan, J.M.Cubillo, Tomás?), las raquetas me han ayudado a recorrer su cordal con grandes espesores de nieve, he contemplado desde sus cumbres la casi totalidad del Sistema Central: Gredos, Guadarrama, Somosierra, Los Picos de Urbión, La Sierra de la Demanda,….……; ¡incluso las Montañas Palentinas! de la Cordillera Cantábrica. Esquiando, he descendido la fuerte pendiente de la ladera que partiendo de la Peña del Oso se dirige al Valle del Río Moros (¡cómo disfrutamos ese día!, que lo cuenten Carlos, José Angel, Pablo).
La Marcha de ayer volvió a ser “única”, además de la Sierra de la Mujer Muerta recorrimos casi todo el perímetro de la Sierra del Quintanar, que están unidas a través del Puerto del Pasapán. El día fue precioso. Cuando alcanzábamos la cumbre del Cerro de la Muela (también conocido por la “almohada”) veíamos llegar un frente nuboso entrando por el oeste, el espectáculo de nieve, nubes y sol fue grandioso. En los valles se formaban “mares” de nubes de los que emergían las cumbres como pequeñas islas; cuando por momentos se retiraban, el fondo de los valles aparecía tapizado del verde de las copas de los pinos. Si hubiese sido fotógrafo ¡qué fotos os enseñaría!.
Pero todo esto no lo dan gratis, sudamos, nos cansamos, me dolieron los pies, ¡no importó!, pero el precio fue bajo para lo mucho que disfrutamos.
En este momento me estoy acordando del sabroso caldo de cocido que llevé abrasando en un termo, de la botella de vino y los “preñaos” de chorizo a los que nos invitó Toya, el bocata y la cerveza que compartí con Andrés. ¡Exquisiteces!.
Esta mañana de lunes me he acercado a la Canaleja, en nuestra segoviana Calle Real, y he visto la Mujer Muerta, toda blanca que es como más me gusta,………..y he prometido volver.