PIRINEOS 2013
CANFRANC – ASTÚN – LE SOMPORT – CANDANCHÚ
Este año está siendo extraordinario en cuanto a nieve en el Pirineo, teníamos que verlo y disfrutarlo.
Decidí que una semana buena sería la que comenzaba el domingo 10 de marzo de 2013. Convoqué a los habituales y respondieron que irían: Geñete, José Angel, Pifo, Angel Solana y Pedro Solana, Manolo Fuencisla y su hijo Javier, Cristina y Javier, Toya, y Susana.
El lugar del Pirineo fue el Aragonés. Quisimos esquiar en el sitio más emblemático del deporte blanco en España: CANDANCHÚ, también lo hicimos en las estaciones vecinas de Astún y Le Somport (Francia). Nos alojamos en el bello pueblecito de Canfranc-Estación en el Hotel Villa de Anayet, nombre de unas de las montañas más esbeltas de la zona, su ladera norte da comienzo a un maravilloso y coqueto valle, la Canal Roya (donde se podían distiguir las huellas de las bicis mías y de Pedrito, cuando pasamos hace años, jejeje), y que forma parte de cadena de montañas que divide las cuencas del Río Aragón y las del Río Gállego.
La salida la dimos a las 10h desde el aparcamiento del Restaurante Magullo (La Lastrilla-Segovia). Fuimos en tres coches, los Solanas en el suyo desde Madrid. Después de degustar una sabrosa hamburguesa en un McDonald’s en Huesca, a las 17,30h estábamos recogiendo las llaves de nuestras habitaciones en el hotel.
En el Valle de Canfranc estaba lloviendo, pero estábamos seguros que en las alturas era en forma sólida. Se podía apreciar la mucha nieve que había caído las semanas anteriores.
Después de una buena cena nos reunimos alrededor de la lumbre de la chimenea de uno de los salones a planificar lo que haríamos en los cinco días que teníamos por delante.
Hemos tenido una climatología desigual, predominando el frío, ¡BIEN!.
El primer día estuvo nublado, nevadas intermitentes e intensas, con momentos de visibilidad aceptable. Esquiamos durante toda la jornada en las pistas de Astún, ¡maravilloso!, quince centímetros de nieve en polvo sobre una gran base de más de dos metros de nieve dura, ¡el sueño del esquiador!. Las pistas de esta estación son anchas con una superficie muy regular, muy cómodas y con gran variedad de pendientes. Sus fueras de pistas de riesgo controlado. Disfrutamos muchísimo. A pesar de ser el primer día nos quitamos los esquís cuando cerraban los últimos remontes.
El segundo día fue extraordinario, había estado nevando durante toda la noche. Repetimos Astún, cuando llegamos a las pistas comenzó a despejarse, ¡qué espectáculo!, ¡MONTAÑAS DE NIEVE!. Fue el día de los descensos por nieve “virgen”. Gran número de pistas estaban sin pisar, nos dio lo mismo, las esquiamos, no nos importaba su “color”, e incluso tampoco nos importó si había pista, bajábamos por cualquier sitio que tuviera pendiente. La sensación de “flotar” en la nieve fue intensísima; muy pocas veces se da la circunstancia para sentirla. Algún revolcón nos dimos, pero nos divertimos a lo grande. El paisaje nos le llevamos guardado en las cientos de fotos que hicimos a los valle y a sus cumbres.
El tercero y cuarto día no dejó de nevar y en las zonas altas hubo fuertes ventiscas. Para los aficionados del grupo al esquí de fondo fueron dos días de un disfrutar inmenso. Estuvimos en las pistas trazadas y marcadas de Le Somport (Francia), que hacen frontera con España. Discurren por un gran bosque de abetos y hayas del Valle de Aspe.
La belleza del recorrido es indescriptible, fueron kilómetros y kilómetros por pistas forestales “cargadísimas” de una nieve extraordinaria, con pendientes en algunas ocasiones fuertes en las que deslizarse era un placer. Esta especialidad de esquí, a la que cada vez me “engancho” más, la habíamos programado incluso en el caso de buen tiempo. En este caso la climatología “adversa” ayudó a que disfrutáramos aún más de los recorridos.
Para el quinto y último día no me salen adjetivos para describir lo extraordinario que fue. Amaneció un día radiante de sol con temperatura baja y una gran nevada. Fue el día de la emblemática CANDANCHÚ, la Estación del Tobazo, de la Tuca Blanca, de Tortiellas, de la Zapatilla….y toda ella presidida por la esbelta silueta del Aspe. No es una estación con muchos kilómetros esquiables, pero todo esquiador español que se precie debería dejar deslizar sus esquís por sus míticas pistas, son la cuna del deporte blanco en España.
No voy a decir los años que tengo, jejeje: ¡¡BAJÉ EL TUBO DE LA ZAPATILLA!!.
Creo que los 13 hemos disfrutado intensa e inmensamente de estos días en el Pirineo: Fuencisla y Manolo han recorrido una y otra vez todas las pistas de Astún–Candanchú ¡no se cansan!, su hijo Javier junto a José Angel, Pifo, Angel y Pedro Solana han navegado por la nieve virgen con la soltura que los delfines lo hacen en los océanos, Geñete es el “purismo” del esquí nos corrige nos traza, Cristina una intrépida y segura todo terreno de la nieve, Javier “Sangarcía” se ha iniciado como un “free rider”, Toya la elegancia y la suavidad en los giros controla cualquier inclinación, Susana no tuvo “bañeras” (para la próxima) pero las pendientes con nieve hasta las rodillas las dominó……….y yo, repito: ¡¡BAJÉ EL TUBO DE LA ZAPATILLA!!
Adiós Canfranc, adiós,
mi lindo Candanchú,
me voy con el recuerdo
de tu montaña azul………(¡¡Todos a la vez!!)