Los fineses están tan acostumbrados a desplazarse sobre los eskis que lo incoporan a la rutina de su vida y la de sus pequeños!! Por las pistas pululaban de todas las edades, aunque los más pequeños son los que menos se cansan..jeje, gracias a sus padres que tiran de ellos y se lanzan por las cuestas abajo que no veas!! ...y a los pulkas ,que como véis están perfectamente tuneados.
Laponia es un lugar plagado de lagos y en esta época están tan helados que gran parte de las rutas pasan por encima de sus aguas, cuando el recorrido se va alejando de la estación de eskí va disminuyendo el número de personas con las que te cruzas en el camino , lo que le da un encanto especial y sólo te acompaña el sonido de los eskis sobre la nieve.
Las que tienen habilitadas y en muy buen estado para el que quiera utilizarlas. Dotadas todas con chimenea y leña apilada, eran un lugar agradable para comer algo , algunos incluso asaban las salchichas....
Qué buen recuerdo me ha quedado de esas "chisqueretas"
La próxima vez llevaremos unas cuantas morcillas de Burgos en la mochila para comer algo calentito en el camino.