DOLOMITAS DE BRENTA. 22-29 enero 2011.
No recuerdo una semana tan fantástica de esquí como ésta. Ya son unos cuantos años los que llevamos saliendo en enero!; sol, frío y mucha nieve, son circunstancias difíciles de encontrar a la vez.
¡Qué bonitas son las Dolomitas!, son muy diferentes del resto de los Alpes; su aspecto está caracterizado por amplísimos valles cubiertos de bosques y prados (en este caso nevados) con numerosos y aislados macizos montañosos, las de Brenta son como una isla dentro de los Alpes.
Pensé en muchas zonas de los Alpes que no conocemos y no nos dará tiempo a conocer. En las Dolomitas ya habíamos estado en el año 2007, en las de Véneto, me fascinaron, se puede ir varios años y no las recorreríamos en su totalidad; a muchos kilómetros de éstas resulta ¡qué hay otras Dolomitas!, las de Trento, “pues hay que ir” y fuimos.
Han sido unos cuantos meses de preparativos, contactos con agencias inmobiliarias, compañías aéreas, alquileres de coches; pero no supone esfuerzo y menos con la ayuda de Kike, sin él no se hubiera podido gestionar esta aventura.
Por fin el veintidós de enero a las tres y media horas a.m., nos juntábamos los veinticuatro ilusionados esquiadores (bueno veintitrés, David comenzó en Madrid) en MERPANSA ¡cómo no! es el lugar de concentración para las “marchas de los martes”. Salvo un pequeño incidente con el apellido AYUSO, que nos retrasó el vuelo más de media hora, a las diez y media horas estábamos en los mostradores de la agencia de alquiler de coches haciendo las gestiones para recogerlos; pero como todo no puede salir perfecto, vino el “follón”, la agencia nos dio coches que para llevar el equipaje hubiéramos necesitados las habilidades de los “moros” cuando se dirigen a Marruecos. Después de cuatro horas salimos de Malpensa-aeropuerto-Milán, con un vehículo más de los contratados, una furgoneta que nos sacó del apuro de las maletas. El trayecto hasta nuestro punto de destino resulto cómodo, a pesar de la distancia de 350km.
En el pequeño pueblo alpino de Mezzana, en el Valle del Sol, se encontraba nuestra urbanización, MARILLEVA-900. Los apartamentos, sin ser de lujo, eran cómodos, exentos de “ácaros” y en “primera línea de playa”; al teleférico que nos ponía en el gran área de esquí de Folgarida-Marilleva-Madonna di Campiglio no hacía falta mover los coches para llegar a él.
¡Cuánto hemos esquiado y lo bien que lo hemos hecho!, ¡qué pistones!, ¡qué maravilla de pistas negras!, ¡que bonitos trazados tenían!, ¡que nieve tan fantástica (dura-polvo)! y todos los recorridos con vistas, impresionantes paisajes, que los apreciábamos con más intensidad en los larguísimos descensos de sus pistas azules entre soberbios bosques de abetos canadienses y alarces (los abetos que parecían estar secos); las pistas rojas eran espectaculares; recuerdo principalmente una en el Puerto Tonale larguíííííma, con unos cambios de pendientes divertidísimos. Salidas “fuera de pistas” no se han podido hacer, a pesar de la gran cantidad de nieve que había, pero estaba dura y entrañaba peligro, de todas las maneras no han faltado bonitas gincanas entre los abetos que nos hacían poner a prueba toda nuestra técnica para mantenernos en píe, los “arriesgados” saltos en las pistas preparadas hicieron “volar” a más de uno.
Moviendo los coches, no más de 30km, hemos podido conocer la espectacular Estación del Paso Tonale-Ponte di Legno, también la coquetona Estación de Pejo que es la puerta al Parque Nacional del Stelvio (dicen que es el paraiso, habrá que ir en verano), en el único lugar que durante unas tres horas hubo nubes altas, pero después solazo.
A pesar de que algunos habíamos llevado fabada Litoral, que nos las comimos, cenábamos en el restaurante de Máximo, donde nos ”pusimos finos” de pasta italiana, a mi me pareció que todo está muy rico, eché de menos la gaseosa. El desgaste de energías durante la jornada deportiva le reponíamos con los sabrosos bocatas de lomo jamón y chorizo que Kike nos había suministrado, acompañado de medio litro de birra sentados en las terrazas de las cafeterías más altas, para de paso, llenar nuestras retinas de todas las cumbres que nos rodeaban.
Como los músculos, según transcurrían los días, se ponías duros y tensos, unos cuantos decimos relajarlos “tomando las aguas”, piscina, jacuzzi, sauna, relax; ¡eso sí! con todo lo que sudamos a la salida tuvimos que reponer líquidos.
Parece mentira, desde septiembre de 2010 preparando la aventura y se ha pasado en un “pis pas”.
¡Pero qué es un viaje si no lo cuentas!, por eso yo lo dejo escrito, no quiero que se me olviden las bonitas sensaciones que he tenido en las Dolomitas con todos vosotros; Un abrazo a Julio, a Manolo, a Alfredo, a Rafa, a Manu, a Alfonso, a Marco, a Juan Carlos, a Chema, a Adolfo, a Felicísimo, a Geñete, a Javier, a Mariano, a Toño, a David, a Pifo, a Kike, a Andrés, a Carlos, a Tomás y a lo más guapo de la excursión a Marta y a Susana UN BESAZO.
"El Capi"
********************************************************************************************************