Prinobius myardi: aspecto y hábitos

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Ejemplares macho y hembra de Prinobius myardi:

Ejemplar macho de Prinobius myardi

Los adultos de Prinobius myardi son insectos grandes y de cuerpo alargado, con tegumentos de color castaño más o menos claro u oscuro en función de la luz, con pilosidad abundante entre cabeza y pronoto y entre éste y el borde anterior de los élitros, la pilosidad es más dispersa pero presente en el resto del cuerpo (probablemente se va perdiendo con el roce). Cabeza y pronoto están densamente punteados y rugosos. Como buenos Cerambícidos o longicornios las antenas son largas pero en esta especie no demasiado,  no superando en longitud el extremo posterior de los élitros. Presentan espinas pequeñas en los bordes laterales del pronoto, más marcadas en los machos (fotos 1 y 3), mientras que en las hembras (fotos 2 y 4) la espina principal está junto al ángulo final. Los élitros también son rugosos y están surcados cada uno por cuatro nervaduras, la tercera poco marcada y a veces interrumpida al final. Presentan patas robustas más bien largas y fuertes mandíbulas. En los machos el pronoto tiene los lados subparalelos, poco convergentes, y presenta dos placas triangulares un poco hundidas en la mitad delantera de éste; en las hembras los bordes externos del pronoto son claramente convergentes hacia la cabeza y sólo presenta un área central irregular con escasa rugosidad.


Foto 1 (macho):

                                                                    

Foto 2 (hembra):


Foto 3 (macho):


Foto 4 (hembra)

Las larvas (descritas en Mulsant, 1859) viven en madera de frondosas, tanto si está en buen estado, con el árbol vivo, como si se trata de madera de árboles muertos, troncos caídos y tocones en los primeros estados de pudrición. Podemos ver alguna foto de huevos y larvas en la Ficha 350 del Ministerio de MedioAmbiente y Medio Rural y Marino. Tardan varios años en desarrollarse y los primeros adultos comienzan a verse desde finales de junio y primera quincena de julio, pudiendo avistarse ejemplares incluso hasta principios de septiembre. Al menos esta es la fenología que he podido constatar en la Provincia de Málaga. En todo caso los ejemplares que se puedan ver en agosto y septiembre siempre estarán debilitados y con poca vitalidad. La literatura científica, con amplias series de ejemplares capturados, indica claramente una emergencia de los adultos de esta especie desde la segunda mitad de junio (López-Pantoja et al., 2005, 2006, 2011). 

Aunque su distribución está condicionada fundamentalmente por las especies del género Quercus, Prinobius myardi es una especie polífaga, pudiendo atacar a otras especies de frondosas (Martínez, 2014); la referencia a su presencia en coníferas (Özdikmen, 2013), debe ser puesta en duda. No obstante dada la pobre extensión y variedad de las forestas autóctonas en la provincia de Málaga, yo apenas la he encontrado en unas pocas especies distintas de Quercus, destacando algunas poblaciones sobre fresnos (foto 6), en los que siempre escoge la parte del leño en descomposición. Prinobius myardi es una especie termófila, cuya presencia por encima de 1000 m de altitud es muy ocasional.

Foto 5 (macho):

Sin duda lo que más me ha llamado la atención al intentar localizar a esta especie es su fuerte tendencia a formar densas poblaciones en los mismos árboles año tras año, lo que es coherente con los estudios publicados que apuntan a una tendencia a la dispersión menor en P. myardi que para sus primos los Cerambyx (Lopez-Pantoja et al. 2005, 2006, 2008, 2011) con los que en ocasiones comparte los árboles hospedantes. La fidelidad de la especie a los mismos árboles determina que éstos aparezcan con multitud de perforaciones, especialmente en la dura y persistente madera de las encinas, donde conforma auténticos "coladores" (fotos 7 y 8). Frecuentemente su actividad determina el desprendimiento de la corteza de los hospedadores.

Foto 6 (fresno en borde de arroyo):


Foto 7, Viejo tocón de encina  multiperforada con restos de Prinobius myardi:


Foto 8, tocón de encina multiperforado por P. myardi: 

Los ejemplares adultos son estrictamente nocturnos. Casi nunca he observado ejemplares durante el día, período en el que se encuentran refugiados en el interior de los troncos, en grietas, afractuosidades o en los orificios de emergencia (fotos 9, 10 y 12).  En ocasiones sacan las antenas a última hora de la tarde para tantear el ambiente (foto 11). Sin embargo, excepcionalmente sí he localizado en dos ocasiones ejemplares durante el día: siempre se trataba de adultos rebozados en serrín (Fotos 13 y 14 y las dos presentaciones al final del texto) que habían excavado una oquedad en el tronco desde su superficie, refugiándose en la misma. Estas oquedades excavadas eran fondos de saco, sin comunicación con el interior de los troncos. En estos casos se trataba siempre de ejemplares machos, probablemente desubicados de sus orificios de emergencia o lugares de refugio, que habrían practicado dichas excavaciones para protegerse del calor, luz y depredadores.

Si bien la presencia de Prinobius myardi es fácil de constatar en base a sus perforaciones en los troncos de frondosas, especialmente quercíneas, el hallazgo de ejemplares vivos es otra cosa. No sólo son rigurosamente nocturnos, sino que además parecen ser más escasos que sus primos los Cerambyx, o al menos eso es lo que ponen de manifiesto los estudios publicados sobre la afección de estas especies a las Dehesas. Mi experiencia personal es coincidente, de forma que, una vez localizada una población, con varias encinas afectadas y multiperforadas, el hallazgo de un solo ejemplar no resulta nada fácil, menos aun varios de ellos interactuando. Hay que esperar a que entre la noche, y, con suerte, será posible localizar algún ejemplar deambulando por la superficie de algún tronco multiperforado, o bien encontrarlos aun sin asomarse al borde de los orificios o saliendo de ellos (Fotos 11 y 12). Con mayor frecuencia machos que hembras (Martínez, 2014), siendo éstas bastante difíciles de observar, lo que parece atribuirse a su mayor movilidad (Lopez-Pantoja et al. 2006, 2008, 2011). En esta web sólo hay fotografías de cuatro hembras, que son las únicas que he podido observar vivas de un total de 48 ejemplares avistados en los que he podido determinar el sexo. 

Como ocurre con estas especies grandes, es factible detectar su presencia gracias al hallazgo de restos más o menos completos de ejemplares (Fotos 17 y 19), difíciles de confundir con otras especies a poco que tropecemos con un élitro o parte del pronoto o la cabeza. Sin embargo el más conspicuo indicio de presencia de la especie es la existencia de los orificios de emergencia de los adultos en la superficie de los troncos afectados. Estos orificios no son redondos sino ligeramente elípticos o a veces ovalados (Foto 21), como resultado de unas galerías que en su tramo final son más perpendiculares que oblicuas a la superficie del tronco, a diferencia de los orificios de Cerambyx, cuyas galerías de emergencia son muy oblicuas a la superficie del tronco y generan una abertura muy alargada.

Foto 9, ejemplar en grieta:

                                                                        

Foto 10, ejemplar en grieta


Foto 11. P. myardi asomando las antenas de su orificio de emergencia a última hora de la tarde 

                                                                    

Foto 12,  P. myardi en orificio de emergencia:


Foto 13:

                                                                                        

Foto 14:

Prinobius myardi se distribuye alrededor de todo el Mediterráneo por ambas orillas y por Asia Menor hasta Irán (Kovács & Ottó, 2013; MERKLMantía et al., 2010; Nappini & Bracalini, 2008; Özdikmen, 2007, 2008, 2013; Ponel, 1993; Quentin & Villiers, 1981; Rapuzzi & Sama, 2006; Rapuzzi & Georgiev, 2007; Sama et al., 2008, 2010; Sidoti & Colletti, 2006). En la Península Ibérica su presencia está bien constatada en Andalucía Occidental y Extremadura, pero parece faltar en la mitad Norte, siendo muy escaso en el Este, con algunas citas recientes en Valencia, Castellón  y Cataluña que parecen reclamar un mayor esfuerzo de prospección en dichas áreas.(González et al. 2007; Lencina et al., 2004; López & Maestre, 2005; Pérez et al., 2015; Ventura & Llurba, 2010; Vives, 1984, 2000). También se le ha citado en Jaén y conjunto montañoso Cazorla-Segura, donde he tenido la ocasión de observas perforaciones atribuibles a esta especie. Por tanto su área preferencial parece ser las zonas de clima cálido y oceánico, habiéndosele asociado al área de distribución del alcornoque. Esta coincidencia biogeográfica no implica una mayor preferencia por su madera, ya que la especie se muestra indiferente entre encinas, quejigos o alcornoques, localizándose (en la provincia de Málaga) las poblaciones más aparentes sobre encinas, si bien ello puede obedecer a la mayor dureza y persistencia en el tiempo de la madera de esta especie, que puede llegar a convertirse en una trampa mortal al impedir a los ejemplares la emergencia completa (Foto 22). Prinobius myardi aparece junto con Cerambyx welensii en las fases terminales de las dehesas en el Suroeste Peninsular, donde puede ser muy abundante. En la Provincia de Málaga se encuentra distribuido desigualmente, no siendo raro únicamente en los rodales de bosque autóctono del extremo occidental, de clima más húmedo.  A pesar de ello, no es abundante y los adultos o imagos resultan difíciles de observar.

Al igual que Cerambyx welensii, esta especie no está protegida ni se encuentra catalogada bajo ningún grado de amenaza

Foto 15;

                                                                        

Foto 16:


Foto 17, restos de P. myardi en Almogía  (Málaga):


Foto 18, área con presencia de  P. myardi:


Foto 19:


Foto 20: tres achacosos ejemplares a comienzos de septiembre  de 2010:


Foto 21:


Foto 22:  restos de una hembra de P. myardi atrapada durante la emergencia en la dura  madera de una encina:

P. myardi otro acercamiento
Prinobius myardi acercamiento

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