Oryctes nasicornis: hábitat

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El escarabajo rinoceronte Oryctes nasicornis es una especie fundamentalmente xilófaga, ya que sus fases larvarias se alimentan de madera en descomposición. En los hábitats naturales, las larvas ocupan la parte basal y subterránea de árboles decrépitos y tocones, exclusivamente frondosas, no tolerando la resinosa madera de las coníferas. Por tanto su hábitat natural lo constituyen los bosques de frondosas y los bosques galería.

Bosque mediterráneo de frondosas bien conservado:

La especie no está presente en los bosques puros de coníferas como pinares y abetales. Esto no quiere decir que no la podamos encontrar en terrenos ocupados principalmente por pinos: siempre que en estas zonas existan bosques galerías cercanos o árboles planifolios aislados existe la posibilidad de hallar ejemplares de la especie, cuyo origen siempre será los planifolios, nunca los aciculifolios. Fuera de su exclusión por las coníferas, Oryctes nasicornis es una especie muy polífaga, desarrollándose las larvas entre las raíces y el subsuelo, alimentándose tanto en fagáceas como en árboles de ribera, así como en especies cultivadas por la mano del hombre (López-Colón, 2003; Alvarado et al., 1996).

Bosque mixto de pinos (repobados) y encinas (naturales):


Alcornoque viejo derribado y restos de Oryctes nasicornis hallados en su base:

Oryctes nasicornis presenta cierta flexibilidad ecológica, que le permite desarrollarse en sustratos mixtos en los que se mezcla la madera con la materia orgánica en descomposición o bien directamente en el compost puro y duro (sin madera), lo que determina que en ocasiones pueda verse favorecida por la actividad humana. Por ello en los países de clima continental (donde la especie podría ser menos abundante en hábitats naturales que la Región Mediterránea) se le ha clasificado como especie sinantrópica, esto es, que vive en asociación o favorecida por la actividad del hombre. Hay que tomar estas afirmaciones con prudencia, ya que su nicho ecológico original es la madera en descomposición [un recurso, por cierto, muy escaso en la actualidad tanto en los hábitats aparentemente naturales como en los transformados, pero que en ausencia de intervención humana concentraba gran parte del flujo de energía de los bosques naturales]. Su capacidad saprófaga es explotada por la especie principalmente en relación a la actividad humana, aprovechando desechos de explotaciones agrícolas y ganaderas tradicionales, cada vez menos frecuentes en las sociedades industrializadas.

Esta cierta flexibilidad ecológica determina que se trate de una especie relativamente frecuente, en el sentido de que está extendida por la mayor parte del territorio, si bien nunca con alta densidad. En las zonas humanizadas también puede encontrarse presente a tenor de lo indicado anteriormente y de los escasos estudios publicados (Parque del Retiro en Madrid: Huerta, 2001; extraradio de Roma: Fattorini et al., 1999).

Aunque mis salidas campestres rara vez son a zonas muy humanizadas, en varias ocasiones he podido encontrar a Oryctes nasicornis en zonas periurbanas bastante ajardinadas o incluso en un parque 100 por 100 urbano, lo que abunda en la mayor flexibilidad ecológica de esta especie en relación a otras de las tratadas en esta web (Martínez, 2012).

En todo caso, en los hábitats naturales la especie se localiza con mayor frecuencia en árboles viejos y decrépitos y en tocones, habitando entre las raíces de éstos hasta que los mismos están casi completamente descompuestos. Así contribuyen al reciclaje de la madera en sus últimas fases de descomposición, cuando ya no puede ser habitada por otras especies como los grandes cerambícidos o incluso los lucánidos.

Restos hallados en un jardín botánico periurbano:


Plantación de pinos con vieja encina en la cual había restos de Oryctes nasicornis:


Restos hallados en una olmeda abandonada de cortijada en ruinas (dos siguientes fotos):


Tronco de quejigo muerto inserto en olivar al borde de la montaña en el que hallé restos de Oryctes nasicornis y Lucanus barbarossa y un ejemplar vivo de Cerambyx welensii:


Restos hallados en nogal moribundo de finca abandonada:


Viejo tocón de alcornoque que albergaba algunos restos de Oryctes nasicornis: