Tolosa, 1 de agosto de 1973
Tolosa, 1 de agosto de 1973
Montañera, ingeniera y profesora universitaria. Primera mujer en subir 14 ochomiles.
LA MUJER DE LAS MONTAÑAS
Nació en Tolosa y practicaba deportes de montaña con su familia desde pequeña.
¡Le encantaba la montaña! Un sentimiento que le ha proporcionado muchas alegrías. Practicar deportes de montaña era algo habitual en la vida de Edurne, pero nunca se planteó dedicarse plenamente a ello. Con 15 años, empezó a escalar con su primo Asier, compañero de infinidad de aventuras y que llegarían a coronar montañas que superan los ocho mil metros y, perforan las nubes. A sus 16 años, la curiosidad y ganas de superarse la llevaron a coronar el Mont-Blanc y las montañas más altas de Europa.
El mayor triunfo que cualquier apasionado de la montaña ansía es hacer cima en cada una de las cumbres de la cordillera del Himalaya, en Asia, y llegar a la cima de ese enorme monte llamado Everest. Éste fue el siguiente reto de Edurne, quien, mientras perseguía estos sueños, se formaba también como ingeniera y trabajaba en la empresa familiar en Tolosa.
Su primer trabajo fue como ingeniera en la empresa familiar, dedicada a la construcción de cortadoras y bobinadoras de papel: “PASABAN SA.” Más adelante, fundaría su propio negocio, Un pequeño hotel rural y restaurante en el País Vasco, de nombre “ABELETXE”.
En 2001, fue a su primera expedición al Everest (8.848m). Era una oportunidad única en su vida poder escalar un pico de más de 8.000 m, es una experiencia que pocos montañeros pueden permitirse, pero verse cara a cara con el techo del mundo, es un sueño hecho realidad.
En aquel momento, Edurne, a sus 28 años, era una desconocida en la tierra montañera. Pero cuando regresó a casa, llevaba la cumbre en su memoria, y la adicción al Himalaya en las venas; ¡tenía que regresar!
El K2 (8.611 m), que aquel año celebraba el 50 aniversario de la primera subida, esperaba a Edurne en 2004. Sólo unos metros más bajo que el Everest, definida por mucha gente como una de las montañas más peligrosas del planeta.
Junto a un programa de TV se organizó una expedición con cámaras y los mejores Himalayistas nacionales. Ella, igualmente, no estaba del todo decidida… además, se daba la triste casualidad de que ninguna de las mujeres que lo habían conseguido hasta ese momento, estaba viva para contarlo.
Hacía tanto frío durante el día en la montaña, que la complicación de los últimos pasos y el tiempo gastado poniendo cuerdas y abriendo paso al resto de expediciones, gastaron toda la energía que les quedaba. La bajada se convirtió para Edurne, muy cansada y con los pies congelados, en una lucha por no morir. La aventura llegó a su fin con una recuperación en el hospital y dos dedos amputados.
La desastrosa experiencia llevó a Edurne a repensar su futuro. Necesitó mucha calma
y tiempo para plantearse la opciones, hasta la idea de dejar de ir a la montaña. Descansó y continuó con sus estudios. Cuando viajó a Pakistán (2005), y coronó la cumbre del Nanga Parbat, no tenía claro cómo seguir su carrera: “Volví a enviar solicitudes de trabajo en proyectos de ingeniería”, recuerda ella.
Edurne, finalmente, se hizo una pregunta clave, si sería feliz ejerciendo como ingeniera. Pero su respuesta fue que no, ella prefirió seguir con su pasión, la montaña.
Tras tomar esa decisión, recuperó los viajes con sus amigos y se adentró en rutas que ella siempre quiso hacer, decidiendo libremente su camino. Esta autonomía fue tan correcta que, en 2010, se convirtió en la primera mujer que coronó las 14 montañas más altas del planeta.
Edurne es, hoy día, un ejemplo de esfuerzo, pasión y dedicación.
En la actualidad sigue escalando montañas y viajando muy a menudo a Asia, pero sus motivaciones se han ampliando, pues está implicada en ayudar a comunidades más necesitadas en Nepal.
Fuentes de información:
“50 veces rebelde”, varios autores/as, edit. Erein y
w.w.w. Edurne Pasaban.com
Escrito por: Amaia y Aitor