Día 1

Llegó el día en el que con muchas ganas y ilusión despegamos rumbo a la capital de la baja Sajonia, Hannover, una de las ciudades más importantes del norte de Alemania.

Una vez allí y después de recargar las pilas con un buen bocata, nos hemos adentrado a conocer la ciudad siguiendo la ruta de la línea roja. Se trata de una larga línea roja pintada en el suelo que tiene 4.200 m de longitud y atraviesa el centro urbano para conectar 36 atracciones de primera categoría.

Hemos callejeado por el centro histórico de Hannover (Aldstadt), la zona más bonita y animada de la ciudad. Hemos contemplado sus callejones y calles empedradas, sus cafeterías, sus galerías y pequeñas tiendas y sus típicas casas con entramados de madera.

Destacamos cuatro paradas del recorrido:

1. La iglesia (Marktkirche). Esta antigua iglesia medieval es de estilo gótico transformada en un templo luterano. Es uno de los pocos edificios que no fue destruido por completo durante la Segunda Guerra Mundial.

2. Lago Masch (Maschsee): un precioso lago ideal para pasear y desconectar.

3. El Nuevo Ayuntamiento de Hannover que recuerda a un gran palacio real con su impresionante cúpula.

4. Las nanas: son tres voluminosas esculturas de colores vivos, que están situadas a orillas del río Leibniz. Las nanas representan mujeres pintadas de colores chillones que recuerdan a las diosas de la fertilidad.

Después de este primer contacto con la ciudad y sus habitantes, nos fuimos a descansar y a preparnos para la visita que nos esperaba al dia siguiente en la escuela WasserKampstrasse.