SOY ÁLVARO CABRERA, licenciado en Artes y magíster en Educación. Tengo 34 años, vivo en Providencia junto a mi esposa Pilar y nuestra pequeña hija Alicia, y quiero representar en el Congreso la voz de miles y miles de ciudadanos que, al igual que yo, desean mejorar sustantivamente la calidad de vida en su comuna y su país.
Pertenezco al grupo Nueva Izquierda, conformado por jóvenes decididos a renovar la política con ideas progresistas para el siglo XXI. Somos más de 30 ex dirigentes de las mejores universidades del país quienes, sumados a un gran equipo, estamos construyendo un proyecto amplio, unitario y convergente que compartimos con vastos sectores de independientes, de la centroizquierda concertacionista y del Juntos Podemos.
Quiero ser diputado porque sé que los jóvenes tenemos mucho que aportar para reconstruir la política y ponerla al servicio de la comunidad, con nuevas ideas, con excelencia técnica y gran compromiso social. Somos la alternativa real para que los parlamentarios ya cansados puedan retirarse a sus casas, y no tengan que repetir el triste espectáculo de la sala vacía y los innumerables proyectos de Ley abortados por falta de quórum.
Tenemos la energía para mejorar nuestra salud pública y previsión social, frenar el abuso de las ISAPRES y las AFPs, para acabar con la discriminación de la mujer en los planes de salud y garantizar una vida plena para nuestros adultos mayores a través de una AFP pública.
Trabajaremos por una adecuada regulación de los mercados que evite abusos hacia los consumidores, para que los trabajadores podamos ejercer la negociación colectiva, y por una reforma tributaria que aumente impuestos a las grandes empresas y fortunas. Promoveremos una política integral de seguridad ciudadana, que no sólo sancione, sino que también atienda la prevención de los delitos.
Fui presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH, el año 2000, y trabajo en la misma Universidad. Conozco bien los problemas de la educación. Promoveré un sistema descentralizado para una educación pública de excelencia que termine con las desigualdades actuales y con la progresiva privatización de las escuelas.
Trabajaré por poner fin al lucro en la educación y al endeudamiento crónico en las universidades. Apoyaré la generación de una nueva Constitución Política para el país, que exprese la voluntad real de la ciudadanía y que defina un Estado moderno, eficiente y socialmente responsable, que garantice efectivamente los derechos de la ciudadanía.
Estos son los cambios necesarios para que Ñuñoa, Providencia y todas las comunas del país sean lugares en los que se viva con tranquilidad y alegría, donde los barrios vuelvan a ser espacios de encuentro. Donde la cultura, el deporte y las artes derroten al estrés, y donde la Democracia plena y participativa sea una forma de vida que se respire al caminar por nuestro vecindario.
¡Vamos por más Democracia!