Sr. Director,
Con asombro he conocido la noticia del ataque y destrucción que sufrió en la madrugada de ayer el comando de Marcela Sabat en Ñuñoa. ¡Que acto más bajo y ajeno al sentir de la enorme mayoría de chilenos y chilenas que deseamos una convivencia armónica, respetuosa y solidaria! La utilización de lumpen a sueldo es un acto delictual, y que existan personas dispuestas a pagar por destruir -ya sea un comando o un letrero gigante- es un hecho lamentable que denigra a la función política.
Quienes poseemos valores democráticos no podemos sino condenar todo tipo de violencia, y más aún si se usa en la contienda electoral, que debe ser terreno de argumentos, ideas, críticas fundadas y propuestas.
Se informó también que había brigadistas armados: una razón más para restringir la tenencia de armas de fuego en manos de particulares, como hemos propuesto en parte de nuestro programa en Seguridad. Una sociedad sana no necesita andar armada, y el monopolio de la tenencia y uso responsable de las armas de fuego debe estar en las policías y las fuerzas armadas.
Álvaro Cabrera Maray
Candidato a Diputado por Ñuñoa y Providencia