Miguel Hernández
Octava XXXIV

Huevo

Coral, canta una noche por un filo

y por otro su luna siembra para

otra redonda noche: luna clara,

¡la más clara!, con un sol en sigilo.

Dirigible al partir llevado en vilo,

si a las hirvientes sombras no rodara,

pronto un rejoneador galán de pico

iría sobre el potro en abanico.