José Saramago
Al infierno, señores...
Al infierno señores, al infierno de los hombres,
Donde no hay hogueras, sino desiertos.
Venid todos conmigo, hermanos o enemigos,
A ver si poblamos esta ausencia
Llamada soledad.
Y tú, claro amor, palabra nueva,
Que tu mano no suelte mi mano.