Historia del Parque Natural

Cortijo de Zambrano

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Vídeo producido por Natura Films, Antonio Diestro Producciones Cinematográficas

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Vamos a hacer una breve incursión en la Historia del Parque Natural de los Montes de Málaga, actualmente lugar de ocio para muchos de nosotros, si bien su origen curiosamente es consecuencia de una tragedia: catastróficas inundaciones de la capital Malagueña.

Los primeros vestigios de vida en nuestros montes se datan entre finales del segundo milenio y primer milenio antes de Cristo, según el arqueólogo Juan Manuel Muñoz Gambero, quien ha hallado una roca con inscripciones que presumen un tipo de comunicación anterior a la llegada del alfabeto fenicio; en el cerro de Chapera se han encontrado restos de dos dolmenes de la edad del cobre, en Las Peñas de Cabrera hay pinturas esquemáticas en perfecto estado y en la zona del Boticario restos de minas de cobre de la misma época.

Los Montes de Málaga fue el "refugio" al que se desplazaron muchos de los habitantes de la Málaga de entonces, al ser invadida/arrasada por lo Bárbaros (Visigodos), hablamos de la primera mitad del siglo VII. La historia se repitió cuando la Málaga visigoda fue invadida por los musulmanes, pues gran parte de la población huyó y se refugió en los Montes; si bien posteriormente el nuevo gobierno musulmán les obligaba a abandonar los montes y regresar a Málaga - Mālaqa (en árabe مالقة), pues así era más fácil tener controlada a la población y obligarlos a pagar los impuestos. Tras las continuas incursiones de Omar Ibn Hafsún en nuestros montes, Mohamed ben Omeya ben Xoheid "... dió en ellos tierras a algunas tribus, entre las cuales se encontraba la de los Benu Rafaa, con la esperanza de que el agradecimiento las interesaría en permanecer fieles a los emires y mantener el orden cuando el alterasen los enemigos de su soberano." (Historia de Málaga y su Provincia, F. Guillen Robles). Estos mozárabes que huyeron a los montes fueron los que iniciaron en ellos el cultivo de la vid, para la producción de pasas, frutos secos, higueras, almendros... y la producción de seda.

F. Guillén Robles, en su Málaga Musulmana (pag. 231, Tomo I) nos describe nuestros montes durante una incursión de las tropas cristianas: "... escuetas peñas, intrincados matorrales, de cuando en cuando castañares y encinares frondosísimos; dilatados espacios donde crecían jarales y abulagares, veredas empinadas, pasos difíciles, silencio interrumpido por algún salto de agua o por la huida de alguna fiera montés...".

Lo que originariamente era un bosque de encinas, alcornoques y quejigos, tras la Reconquista de Málaga en el siglo XV por parte de los Reyes Católicos, fue convertido tras el reparto de las tierras entre los vencedores, en viñedos (principalmente), almendros y olivos, con la consecuente tala del bosque autóctono, si bien ya existían lagares con anterioridad en la Málaga musulmana. En esta época se incentiva el cultivo de la vid, aumentando la explotación de la superficie de los Montes, desapareciendo aún más el bosque de encina.

En el siglo XVIII se produjo un gran cambio, pues el gobierno de entonces estimuló un gran crecimiento de la población; Málaga era una oligarquía, constituida por bodegueros, si bien no todos eran propietarios de tierras. Para exportar el vino se utilizaba azúcar como estabilizante. En 1.776 se creó el Montepío de Cosecheros para socorrer a los productores de nuestros Montes, se concedían prestamos sin intereses, así como premios para quienes mejorasen los cultivos; su sede se construyó en la plaza de la Constitución, donde sigue existiendo, edificio con fachada barroco-clasista atribuida a Martín de Aldehuela.

El dulce vino obtenido de esas vides alcanzó fama mundial; la zarina de Rusia Catalina la Grande, enamorada del dulzor de los vinos de Málaga, los eximió un año de impuestos arancelarios. En 1.787 la población en los Montes de Málaga alcanzó los 12.185 habitantes, llegándose a contar más de 876 lagares. En el quinquenio desde 1.765 a 1.769 ascendió la cosecha de vino a 2.845.675 arrobas (13 kg/arroba aprox). Nuestro montes también contribuyeron en la construcción de la Catedral de Málaga, pues parte de los impuestos sobre la pasa se cedió para dicho fin (siglo XVIII, Historia de Málaga y su Provincia F. Guillen Robles, pag.557)

Pero todo terminó cuando en 1.878 una terrible plaga de filoxera acabó con todos los viñedos, plaga provocada por el temible insecto phyloxera vastratis, que viene del griego “phylón” hoja y “xeros" seca. Comenzó en una finca conocida como “Lagar de la Indiana” en el término municipal de Moclinejo, propiedad de Don Enrique Molina.

La filoxera es nativa de Estados Unidos, donde se desarrolla a expensas de especies salvajes de vid, examinado por primera vez en Estados Unidos en 1.854, en 1.863 entra en Europa por Inglaterra e Irlanda, en este mismo año se extiende a Francia (La Provenza), en 1.868 llega a Portugal y en el 1.878 entra en a España a través de Málaga.

Las tierras publicas eran cedidas para el cultivo de la vid, bien cedidas legalmente u ocupadas sin que nadie lo impidiese, se iban rotulando las parcelas. El concejo facilita que cada vez haya más terreno para el cultivo de la vid; la política del momento era que los propietarios de tierras se las facilitaban para que las cultivasen, a cambió de pagos cuando se generase el producto, esto provocó que muchos se hipotecaban a los propietarios, de modo que si no disponían del dinero en su momento quedaban a las manos de éstos. Esto genera una sociedad de pequeñas parcelaciones, minifundios en manos de los grandes capitalistas propietarios de las tierras arrendadas.

Finalmente, el hombre que trabajaba el campo, estaba empadronado en las poblaciones limítrofes de los Montes, El Colmenar... pero trabaja la tierra que la dejaban donde le dejaban, siendo la mayoría de los casos que estos hombres se veían obligados a trabajar simultáneamente pequeños trozos de tierra un distintas y dispersas parcelas, y los precios cada vez iban más a la baja.

Existía por tanto, grandes y medianos propietarios de terrenos que vivían en Málaga, por ejemplo los bodegueros con terrenos propios, que tenían su vivienda residencial en los Montes, eran grandes casas; mientras que los pequeños propietarios que vivían en los pueblos del entorno como en el hábitat disperso.

Los trabajadores, parceladores y arrendatarios vivían en los propios lagares o en pequeñas casas, en un hábitat disperso para poder estar cerca del terreno a trabajar; estos cada vez se encontraban más empobrecidos pues dependían siempre de prestamos, los alimentos cada vez eran más caros, y por contra el vino cada vez más barato. Conforme pasaban los años, por el ansia de un enriquecimiento rápido, la calidad del vino producido y de la pasa empeoraba.

Al llegar la filoxera, desaparece el cultivo de la vid en los Montes de Málaga, al contrario con otras zonas como Jerez, La Provenza… donde se superó y continuó la producción. A esto se le suma la competencia de los vinos de California y Chile, por ejemplo, de modo que Málaga pierde el mercado. Se comenzó a sustituir al vid por olivos y almendros, resurgió el ganado caprino, la crianza de cerdos, para tras la matanza elaborar sus chacinas… las casa tenían sus pequeñas huertas para abastecerse de alimentos, aparecen nuevas formas de vida, la compra/venta de gallinas/huevos, el lechero,señoras asistentas, la construcción, el retamero con sus borricos cargados de retama para las panaderías de la ciudad… unido a una sobre población de los Montes de Málaga, con familias muy numerosas. Con el tiempo llegó el auge del turismo a la Costa del Sol y esto generó nuevos y numerosos puestos de trabajos, produciéndose una gran transformación. Tras 2000 años, por primera vez, los Montes dejan de tener una función productiva, muchos de sus antiguos pobladores se vieron obligados a emigrar a otros países, ciudades; los que se quedaron en Málaga se asentaros en barrios periféricos, como La Mosca, Mangas Verdes, El Puerto de la Torre, La huertecilla de Mañas, Campanillas, Los Prados, Jarazmin, Suárez… pero conservan la propiedad de sus tierras. En la actualidad, algunos vuelven a reconstruir sus viejas casas, como segunda residencia, con pequeñas cultivos, o como en la zona de Los Portales, donde se está recuperando el cultivo de la Vid.

Junto a los pequeños pueblos ya con cierta envergadura, las pequeñas alquerías iban creciendo de tamaño. Entre el siglo XVIII y 1833 la estructura política sufre un cambio, el Concejo de Málaga comienza a fragmentarse, dividiéndose en ayuntamientos.

Los Montes estaban poblados de Lagares y paseros, en el lagar (de husillo o de viga) lo que se hacía, era la pisa de la uva, guardar el mosto en tinajas y finalmente bajar el vino resultante en pellejos a Málaga mediante reatas de bueyes y mulas, de ahí la acumulación de varios Paradores que existió en la época en la zona de Puerta Nueva, Pasillo de Santa Isabel, pues era paso obligado de estas reatas.

Este vino pasaba de los pellejos a las bodegas donde se realizaba la crianza del mismo. Mientras que los frutos secos se recibían y clasificaban en unos almacenes situados en la zona de calle Agustín Heredia y Calle Vendeja, eran tratados como producto de lujo, para posteriormente exportarlos desde nuestro puerto.

En tiempos de la Reconquista las aguas del río Guadalmedina (río de los Confederados, le llamaban los romanos), que viene del árabe “guad” río “al” de la “medina” ciudad, eran permanentes y tan limpias que abastecían a los vecinos, de echo en 1.490 el Cabildo de la Ciudad prohíbe que ningún ganado las enturbie, especialmente el ganado de cerda.

Tras la tala del bosque autóctono, los Montes se quedaron desnudos, esto sumado a las lluvias torrenciales dio lugar a históricas inundaciones de nuestra ciudad; las lluvias arrastraban las tierras y por ello cauce del río perdía poco a poco su profundidad.

La primera inundación de la que se tiene noticias sucedió en 1.544, la segunda en 1.548, le siguieron 1.580, 1.608, 1.611, 1.614 ésta arrastró un puente de cantería que se construyó en la antigua Puerta de Antequera (hoy Puerta Nueva); le siguieron 1.626, 1.628 y 1.635. La más violenta ocurrió un 22 de Septiembre de 1.661, nuevamente arrastró el referido puente tras su reconstrucción y el de Santo Domingo, generó perdidas valoradas en 2.978.000 ducados, fallecieron 400 personas. He localizado una curiosa carta fechada en el año 1.628 describiendo una de esas inundaciones, carta escrita por el Padre Comendador del Convento de la Merced, puedes leerla pinchando aquí.

La primera inundación de la que se conservan fotografías ocurrió en Septiembre de 1.907, entre el 23 y el 24, derribó el puente de la Aurora, obstruyó el de Santo Domingo y el de Tetuán, provocó daños por importe de 5,5 millones de pesetas y 21 personas fallecidas.

A lo largo de los años se sucedieron muchos proyectos para resolver el problema, pero nunca se ejecutaron por falta de recursos, reconducir el cauce del río con muros de mampostería, incluso ya entonces se hablaba de desviar el curso del río, tras las inundaciones de l.661 Ximénez Mendoza enviado por el Rey Felipe IV propuso desviarlo por detrás del Convento de la Trinidad para llevarlo a desaguar en las playas de San Andrés, puedes ver un antiguo mapa con esa solución pinchando aquí.

Hasta que los Montes no dejaron de ser una importante fuente de ingresos para la burguesía malagueña, no resurgió un verdadero interés por resolver el problema de las inundaciones, recurriéndose al Patronato General de España. Fue finalmente en 1.919 tras otra crecida, cuando el entonces Director General de Agricultura Don José Estrada redactó un nuevo proyecto por importe de 11.727.037 pesetas, aprobado en 1.927 por el ministro de Fomento, Conde de Guadalhorce; comenzando su ejecución el 13 de Septiembre de 1.930 bajo la dirección del Ingeniero de Montes José Martínez-Falero y Arregui, según reza en una placa ubicada en un mirador que como homenaje lleva su nombre, ubicado en lo que fue la finca de las Melgarejas; lo podéis visitar en el Parque Natural:

Se construyeron diques de contención, albarradas de piedra para corrección de barrancos, formación de viveros para posteriores plantaciones, construcción 52 Km. de caminos de 3,5 a 4 metros de ancho y 10 Km. de senderos, repoblación forestal de los Montes de Málaga, Monte de Gibralfaro, que viene del árabe “yebel” montaña “faruk” del faro (en esta cima había un faro de origen fenicio) y Monte del Calvario con 26 millones de plantitas de Pinus Halepensis (Pino Carrasco) a parte de chopos, álamos blancos, eucaliptos, etc. Se expropiaron 77 fincas con un total de 4.938 hectáreas, algunas fincas conservaron su propiedad, si bien tuvieron que variar el cultivo y atenerse a un plan que les trazara la Administración Forestal; las casas expropiadas en mejor estado se adecuaron para el uso del personal facultativo, guardas, capataces, obreros, viveros y almacén. En el proyecto se pensaba actuar sobre 12.835 hectáreas de las 18.123 hectáreas que componen la cuenca del río, aunque al final por cuestiones presupuestarias tan sólo se repoblaron 4.938 hectáreas, como veis aún queda trabajo por hacer.

Como obra complementaria se construyó el Pantano del Agujero por un importe de 2.286.586 pesetas, la obra fue inaugurada por el ministro de fomento señor Gasset, se comenzó en 1.911 y concluyeron en 1.917.

El I.C.O.N.A. (Instituto para la Conservación de la NAturaleza) inauguró el entonces Parque Forestal en el año 1974, por ello quienes vivían en nuestros Montes lo llamaban y siguen llamando como "El Forestal".

Finalmente, el Parque Natural Montes de Málaga fue declarado como tal en la Ley 2/89 de 18 de Julio (BOJA no 60, de 27 de Julio de 1989).

Aquí lo dejo, no he querido extenderme demasiado, si os ha interesado esta información y queréis profundizar en más detalles, podéis hacerlo pinchando sobre este enlace a un muy interesante documento, redactado por el Ingeniero de Montes José Martínez-Falero y Arregui.

El siguiente vídeo es una reseña al pasado del Parque Natural, emitido por Canal Sur TV y subido a youtube por el Museo de la Miel de Colmenar: