MARYAM MIRZAKHANI

1977-2017

Nació en Teherán (Irán), en 1977. Allí creció y le tocó vivir la guerra entre Irán e Irak. En 1994, con 17 años, fue miembro del equipo iraní que participó en las Olimpiada Internacional de Matemáticas ganando una Medalla de Oro (junto con otros 29 estudiantes); su puntuación fue de 41 puntos, cuando hubo 22 estudiantes con la puntuación máxima de 42 puntos. En 1995, repitió su logro obteniendo la puntuación máxima de 42 puntos (junto con otros 14 estudiantes).

Se licenció en matemáticas en la Universidad de Sharif, Teherán, en 1999, y realizó sus estudios de doctorado en la Universidad de Harvard, donde conoció a su director de tesis doctoral, experto en geometría hiperbólica.

El número de curvas geodésicas cerradas en una superficie hiperbólica crece de forma exponencial en función de su longitud. Se llaman geodésicas simples a las que no se cortan a sí mismas. En 2004 la tesis doctoral de Mirzakhani presentó una fórmula para estimar cómo crece el número de geodésicas simples en una superficie hiperbólica en función de su longitud (Maryam Mirzakhani, “Growth of the number of simple closed geodesics on hyperbolic surfaces,” Annals of Mathematics, 168: 97-125, 2008).

En su tesis doctoral también obtuvo una nueva demostración de una conjetura del físico Edward Witten, Instituto de Estudio Avanzado de Princeton, Nueva Jersey, sobre el espacio de moduli (cuya primera demostración fue obtenida por Maxim Kontsevich, Institut des Hautes Études Scientifiques, París, quien fue galardonado con la Medalla Fields en 1998, en parte, por dicho trabajo). Tras hacer su tesis en Harvard, ha tenido puestos de investigación en el Instituto Clay de Investigación en Matemáticas, y en la Universidad de Princeton.

Profesora e investigadora en geometría y sistemas dinámicos de la Universidad de Stanford, California, también posee la nacionalidad estadounidense.

Maryam Mirzakhani trabaja en superficies hiperbólicas, espacios de moduli y sistemas dinámicos, campos en los que muestra “una ambición audaz” según su director de tesis Curtis McMullen (Universidad de Harvard).

Ha trabajado en espacios de Teichmuller, la geometría hiperbólica, la teoría ergódica y la geometría simpléctica.

Se le otorgó el Premio Blumenthal para la Promoción de la Investigación en Matemáticas Puras en 2009 y el Premio Satter de la American Mathematica Society en 2013.

Las medallas Fields son el premio más importante a escala mundial en el ámbito de las matemáticas. Sólo pueden otorgarse como máximo cuatro medallas por ICM, y sólo a matemáticos que no hayan cumplido aún los 40 años. Las medallas, acuñadas en oro, llevan el nombre del matemático canadiense John Charles Fields (1863-1932), su promotor, y se otorgan desde el Congreso Internacional de Matemáticos celebrado en Oslo en 1936. Especialista de la geometría de las formas inusuales, creó nuevas maneras de calcular el volumen de superficies hiperbólicas extrañas. Coautora de “Teoría de Números”, publicado en Irán (1999).

Las mujeres siguen sin estar lo suficientemente presentes en la investigación matemática, y Mirzakhani es un modelo para atraer a más mujeres a los primeros puestos. Ella encarna una rara combinación de habilidad técnica, gran ambición, una visión de a largo plazo, una curiosidad profunda.

En el 2014 se convirtió en la primera mujer galardonada con la Medalla Fields otorgada por la ICM en Seúl, y considerada el premio Nobel de las matemáticas, por sus “impresionantes avances en la teoría de superficies de Riemann y sus espacios modulares”.

Mirzakhani se describe a sí misma como lenta, pero constante. Necesita masticar los resultados durante años. Ella piensa las matemáticas con imágenes y enfoca los problemas difíciles garabateando en grandes hojas de papel.“Cuando una piensa en un problema matemático difícil y no quiere anotar todos los detalles, dibujar garabatos ayuda a mantenerse conectada al problema” Maryam Mirzakhani.

Hace cuatro años, se le diagnosticó un cáncer de mama. Tras sucesivas recaídas, la metástasis avanzó implacable. El sábado 15 de julio de 2017 murió. Estaba casada y tenía una hija. La Universidad de Stanford no hizo público el lugar del fallecimiento. Tampoco importó. Mirzakhani era universal.

Aunque para la posteridad Mirzakhani quedará como un ejemplo de matemática pura, hubo un tiempo en que deseó ser escritora. Leía, imaginaba personajes y soñaba con otros mundos. Su fascinación por la literatura, como ella misma reconocía, era absoluta, pero pronto, apoyada en su propia excepcionalidad, fue arrastrada a otra dimensión.

“Maryam se fue demasiado pronto, pero su legado permanecerá en los miles de mujeres a las que inspiró. Era una brillante teórica y también una persona humilde que aceptó honores solo en la esperanza de que podrían animar a otros a seguir su camino. Su contribución como académica y como modelo de motivación es significativa y duradera”, afirmó el rector de la Universidad de Stanford, Marc Tessier-Lavigne.