La palabra compromiso deriva del término latino compromissum y se utiliza para describir a una obligación que se ha contraído o a una palabra ya dada
Una de las preguntas que más se repiten durante el proceso de iniciación masónica es ¿Se compromete Vd… …...? La respuesta, como no podría ser de otra manera obviamente, es invariablemente afirmativa. Conscientemente afirmativa, aunque seguramente quien se reafirma en el compromiso es desconocedor de la realidad a la que se está comprometiendo.
¿Se exige un compromiso ciego? Por supuesto que no, en todo momento se le indica cual es la naturaleza del compromiso que está adquiriendo. La naturaleza del problema radica en que, en ese momento, se es incapaz de conocer, quizá si intuir, hasta donde nos llevará esa aceptación; resulta imposible, en ese momento, ser conscientes de cuáles son las verdaderas y últimas consecuencias de un compromiso que, en bastantes casos, incluso se tardan años en comprender en toda su magnitud.
Compromiso con uno mismo, y su entorno, porque uno es quien es más aquello que le rodea de forma más cercana, en círculos concéntricos que según se alejan del epicentro que somos cada uno de nosotros van diluyendo ese compromiso.
Compromiso con uno mismo que se traduce en ese trabajo sobre la propia piedra bruta y que nos llevará a tratar de ir eliminando, en la medida de las propias posibilidades y capacidades, los pequeños y grandes defectos que llevamos con nosotros y que nos llevará a trasladar nuestros cambio a nuestro entorno y por tanto a hacer realidad ese compromiso que asumimos de trabajar por el Progreso de la Humanidad.
Compromiso con el taller, con la logia. Un compromiso que si se entiende realmente irá más allá de una presencia quincenal, meramente física, pasiva, exclusivamente litúrgica.
Se traducirá en el trabajo y en la asunción plena de cualquiera de las oficialías de una logia, sin importar cual ésta entienda que es la adecuada porque todas, si realmente comprendemos el Arte, son importantes
Compromiso, con los Hermanos, en lo material y en lo espiritual. Entendiendo que construimos y no destruimos y que eso nos debe llevar a una dinámica de comportamiento especial en la que todos nuestros esfuerzos deben centrarse en reunir lo disperso, en encontrar el común denominador que nos permita trabajar en armonía por encima de diferencias políticas, religiosas, filosóficas ….
Compromiso con la Orden, encarnada en nuestro caso con lo más próximo, la Federación. Un compromiso que comenzará por conocer la historia de ambas como medio para entender dónde estamos y para qué, de dónde venimos, como nacimos, que vicisitudes atravesamos y como se fueron superando. Es la vida de aquello en lo que creemos, la razón del compromiso que se nos exige y que aceptamos, a ciegas porque confiábamos en quien nos lo exigía, y que el tiempo debe llevarnos a aceptar con total conocimiento de causa.
Compromiso, casi sacerdocio, porque la masonería es una manera de vivir, difícil y complicada, exigente pero gratificante. Asumámoslo realmente, con plenitud, en cualquier grado, a cualquier nivel, pero siempre que sea compromiso y no un pasar.
Se dice que alguien se compromete, cuando se implica al máximo en una labor, poniendo todas sus capacidades para conseguir llevar a cabo una actividad o proyecto y de este modo aportar con su esfuerzo para el normal funcionamiento de un grupo, sociedad o empresa.
Al comprometernos, ponemos al máximo nuestras capacidades para sacar adelante la tarea encomendada.... todo lo demas es actuar en conveniencia
V.·.M.·. L. Carlos Morales