Capítulo 2: Cambio, vulnerabilidad y decisiones
CARACTERÍSTICAS DE UNA TOMA DE DECISIONES EFICAZ EN UN CLIMA CAMBIANTE
La investigación llevada a cabo por Recursos Mundiales apunta a que los desafíos particulares que presenta el cambio climático requerirán estrategias de toma de decisiones que presenten ciertas características que se ajusten a los tipos de cambios, incertidumbres y vulnerabilidades que describe este informe. En las secciones siguientes explicamos por qué es necesario que la toma de decisiones de adaptación sea ágil, preventiva, flexible, duradera o sólida, dependiendo del tipo de cambio al que pretenda hacer frente. Una toma de decisiones que presente estas características tiene más probabilidades de evaluar los riesgos climáticos adecuadamente, formular planes que tengan en cuenta la incertidumbre, y pasar las pruebas del tiempo y la aceptabilidad. Sin embargo, estas cinco características de los tipos de toma de decisiones para combatir el cambio climático no son de ningún modo exhaustivas. Una serie de principios de gobierno también será esencial si queremos que la toma de decisiones de adaptación sea eficaz y ayude a los más vulnerables.58
CINCO CARACTERÍSTICAS PARA UNA TOMA DE DECISIONES EFICAZ
La necesidad de una toma de decisiones ágil
Ágil
Un proceso de toma de decisiones ágil podría crear por anticipado políticas y planes para después de que el cambio climático haya tenido lugar, para reaccionar al mismo con rapidez.
A la hora de afrontar las consecuencias de fenómenos extremos, los procesos de toma de decisiones tendrán que reaccionar rápidamente ante la información sobre los impactos en la población y los ecosistemas causados por dicho fenómeno. Lo ideal sería que los gobiernos pudieran con el tiempo pasar de una toma de decisiones ágil a una preventiva, de aliviar los efectos de los desastres a reducir los riesgos y estar preparados para ellos. Bangladesh, uno de los países más propensos a los desastres naturales, (véase la página 100), constituye un buen ejemplo de este tipo de progresión en las políticas nacionales.
La necesidad de una toma de decisiones preventiva
Preventiva
Un proceso de toma de decisiones preventivo podría crear por anticipado políticas y planes para antes de que tenga lugar un cambio climático, es decir, el proceso de toma de decisiones se prepararía para dicho cambio climático y sus impactos.
Dada la naturaleza acumulativa del cambio climático y su duración en el tiempo, la necesidad de anticipar y actuar frente a los riesgos climáticos con antelación es especialmente urgente. Aparentemente, los cambios climáticos que están aumentando hoy en día y que no reduzcan su intensidad a corto plazo podrían manifestarse durante décadas como cambios potencialmente irreversibles. Entre los ejemplos encontramos la pérdida de capas de hielo glaciar, de culturas únicas y de diversidad de especies, o el deterioro de ciertos sistemas biológicos, físicos e hidrológicos.60
Por lo tanto, si queremos alcanzar los objetivos de desarrollo y medioambiente, los procesos de toma de decisiones deben ser proactivos, anticipando los fenómenos extremos, la variabilidad y los cambios a largo plazo y sus consecuencias.
Por ejemplo, un planificador podría decidir no instalar una central hidroeléctrica en un área que podría sufrir sequías en una década.
La necesidad de una toma de decisiones flexible
Flexible
Un proceso de toma de decisiones flexible es aquella que adapta los planes y políticas de los cambios climáticos en curso, reajustando cada respuesta en base a los conocimientos adquiridos en experiencias previas y a las nuevas condiciones.
A medida que aumenta la temperatura global, las condiciones podrían cambiar con rapidez, a lo largo de los días, estaciones y años. La toma de decisiones deberá ser flexible, o adaptativa, y tendrá que ser capaz de adaptarse a la nueva información y condiciones para poder responder al dinamismo de un clima cambiante (véase el Cuadro 2.6). Tal y como planteamos en este informe, hay varias formas de aumentar la flexibilidad de las decisiones, entre ellas la disposición de revisiones regulares y la inversión en el seguimiento continuo de los cambios en las condiciones. Dependiendo de las medidas adoptadas, la flexibilidad puede suponer un gasto importante o modesto. Por ejemplo, la creación de procedimientos de revisión en los planes a largo plazo puede ser económica y permitir reevaluar periódicamente de las estrategias.
La necesidad de una toma de decisiones duradera
Duradera
Un proceso de toma de decisiones duradero genera planes y políticas que se adaptan a la naturaleza permanente de ciertos tipos de cambio climático.
Una toma de decisiones duradera que genere respuestas sólidas y a largo plazo es de gran importancia a la hora de gestionar los cambios climáticos permanentes. Esto requerirá planes y políticas que abarquen horizontes a largo plazo, más allá de los ciclos políticos y la creación de políticas a corto plazo. Esta toma de decisiones también hará necesario un compromiso por parte de los donantes más allá del ciclo tradicional de proyectos, así como un liderazgo fuerte y comprometido por parte de los gobiernos, para favorecer que las decisiones soporten los cambios que tengan lugar durante largos periodos de tiempo. En los capítulos sobre diseño institucional e información debatimos estas y otras condiciones.
La durabilidad no tiene por qué estar en conflicto con la flexibilidad, aunque pueda parecer que estas características son opuestas. Por ejemplo, es posible desarrollar un plan a 50 años con procesos de revisión cada cinco años, garantizando así tanto que el proceso se dé a largo plazo como que exista la posibilidad de hacer cambios en el curso del mismo para responder a las circunstancias que vayan evolucionando.
La necesidad de una toma de decisiones sólida
Sólida
Un proceso de toma de decisiones sólida puede dar como resultado planes y políticas que sean efectivas a la hora de gestionar una gran variedad de posibles impactos asociados con un tipo de cambio climático determinado. Esto es necesario debido a la incertidumbre que rodea a la duración, escala y alcance de algunos tipos de cambio climático.
Teniendo en cuenta la incertidumbre en cuanto a cómo se desarrollarán los impactos climáticos, es necesario que existan unas estrategias sólidas para la toma de decisiones, para que este asunto no pierda importancia y sea eficaz para diferentes situaciones de cambio climático. Intervenciones sólidas son aquellas que funcionan ante una amplia variedad de condiciones climáticas y permiten que comunidades y ecosistemas prosperen y estén preparados para múltiples riesgos posibles. Por ejemplo, un sistema de producción de electricidad distribuida que se basa en múltiples fuentes de generación puede soportar los cambios en los patrones de precipitación mejor que una central hidroeléctrica con una producción parecida, pero que puede ser vulnerable a situaciones de sequía extrema.
Características de la toma de decisiones
Para una toma de decisiones que refleje estas características no siempre será necesario empezar de cero. Concretamente, para climas extremos, ya existe una gran variedad de estrategias tanto de respuesta como de prevención. Los gobiernos del mundo entero se han comprometido a mejorar su capacidad de respuesta y preparación para los desastres naturales, basándose en las conclusiones extraídas.61 Además, la comunidad internacional para la gestión de desastres está proponiendo prácticas mejoradas para integrar los riesgos climáticos y entablando relaciones con los expertos en adaptación al cambio climático.62
Las estrategias de gestión de riesgos, por su parte, han aumentado la capacidad de los países de reducir y transferir riesgos al hacer frente a fenómenos extremos.63 Por ejemplo, el gobierno de China destinó más de 3.000 millones de dólares a la prevención de inundaciones entre los años 1960 y 2000. Según el Banco Mundial, las inundaciones que tuvieron lugar durante este periodo hubieran causado una pérdida adicional de 12.000 millones de dólares en daños64 si no se hubieran tomado estas medidas. Si no se toman medidas de prevención (lo cual ocurre a menudo), el desarrollo de los planes y políticas de contingencia puede mejorar la respuesta a los desastres mediante la implantación de sistemas de alivio y recuperación.65
Para otros tipos de cambio, podría ser necesaria una transformación importante en los procesos de toma de decisiones. La flexibilidad es esencial para abordar la variabilidad intensificada. Adoptando estrategias que puedan adaptarse a las circunstancias cambiantes y a la información nueva, los encargados de desarrollar las políticas y los donantes pueden reducir la vulnerabilidad de poblaciones y ecosistemas ante los cambios en los ciclos climáticos estacionales e interanuales.
Se pueden extraer algunos ejemplos específicos de esta investigación, descritos más detalladamente en capítulos posteriores, como por ejemplo inversiones de los gobiernos en actualizaciones continuas y globales de la información relevante para las decisiones, que se puede incluir regularmente en las actividades de adaptación.
A la hora de prepararse para los cambios a largo plazo en el sistema climático, los encargados de tomar las decisiones tendrán que decidir entre atender a las preocupaciones inmediatas, como las necesidades humanas básicas, o dedicarse a la prevención de impactos futuros (por ejemplo, la subida del nivel del mar) que requieren una acción para la adaptación temprana (por ejemplo, las decisiones sobre si aumentar la protección de las costas). Muchas de las decisiones que se tomen hoy, especialmente aquellas que son difícilmente reversibles, como la construcción de infraestructuras y la implantación de políticas de desarrollo, 66 afectarán a la capacidad de las generaciones venideras de hacer frente a los efectos duraderos del cambio climático.67
Los encargados de tomar las decisiones también tendrán que lidiar con las incertidumbres que rodean a los impactos del cambio climático. Si la sociedad fracasa a la hora de planear ciertos impactos y de adoptar medidas sólidas para combatirlos, se perdería el dinero invertido y se reducirían los objetivos de desarrollo. Una planificación deficiente también puede conducir a soluciones costosas con resultados negativos, como la construcción de grandes centrales hidroeléctricas en zonas en las que los niveles de precipitación podrían descender, o la expansión a lo largo de la costa en ciudades vulnerables a la subida del nivel del mar.
Para evitar estos resultados, los gobiernos deberían diseñar planes y políticas que funcionen en situaciones climáticas diversas. Una forma conseguir un equilibrio entre los objetivos políticos a corto o largo plazo y la incertidumbre es aumentando la creación de políticas de adaptación que impidan tanto bloquearse ante la vulnerabilidad futura como cerrar las puertas a una acción más agresiva si fuera necesario.68 En un nivel muy básico, por ejemplo, los ingenieros pueden diseñar puentes que puedan levantarse en el caso de que la subida del nivel del mar sobrepase las estimaciones iniciales (véase también los mapas de ruta de decisión del Capítulo 6). En este informe se sopesan ésta y otras soluciones.
La complejidad de tomar decisiones eficaces frente al cambio climático con la vulnerabilidad como telón de fondo y la incertidumbre rodeando sus impactos requiere unas respuestas políticas y una planificación globales. Los siguientes cinco capítulos describen como la toma de decisiones de adaptación puede hacerse más eficaz si se adoptan los siguientes cinco elementos clave, adaptados para combatir el cambio climático: participación ciudadana, información relevante para las decisiones, diseño institucional, herramientas para la planificación y creación de políticas y recursos.