DOS OREJAS DE LEY SÓLO UNA CONCEDIDA

Al fin y al cabo, como simples mortales que somos, nos sentamos una vez más y vemos aquello pasar como una representación taurina del tempus fugit. "Vamos a ver si vemos torear hoy", se escuchó en los bajos del tres. Y es que claro, echando la vista atrás, a ese aficionado que posa sus deseos en lo que queremos todos (ver torear), pues le pesan las decepciones de las novilladas anteriores. Qué dura es la Maestranza cuando se pone caprichosa (y qué bueno que se ponga así). Hoy la ilusión se posaba en uno de Linares y la mosca detrás de la oreja la teníamos tras las buenas recomendaciones hacia un vallisoletano, todo ello con la vuelta del apellido Durán y el debut de los pupilos de Clotilde Calvo en la Maestranza. La presidencia agarró protagonismo también.

Tardó en cogerle el aire Curro Durán al cuarto, pero lo importante es que se lo cogió. El castaño tampoco llegó a concretar nunca su estilo en la embestida. El de Utrera le alargó siempre el viaje y eso hizo que se desarrollase la clase que el animal llevaba dentro. Torció el renglón de la faena hacia la belleza, hacia la estética. Compuso y dejó que aquello fluyera. Lo mató de un volapié tremendo en toda la cruz y cayó una oreja. Volviendo al tema presidencial, sólo sabrá José Luque (un gran aficionado, por cierto) el por qué de una concesión y de no otra, habiendo mayorías de petición en ambas. Se nos cayeron los palos del sombrajo cuando el primero echó el freno mucho antes de lo previsto. Curro Durán inició faena bajándole la mano y por abajo y en sendas series metió al público en el trasteo. Mensajero fue un novillo encastado, pleno en poder y en empuje por lo que todo lo que hizo se tradujo en una emoción maravillosa… hasta que dijo basta. Fluyó poco por el pitón izquierdo y la chispa de la faena se diluyó. Recibió al novillo para entrar a matar y cobró una estocada de muerte instantánea algo desprendida. Saludó una ovación.

Saltó la liebre en el tercero. Mario Navas se encajó a la verónica dejando un aroma de gusto y de firmeza sensacional en su primer contacto con esta plaza. Enseñó con suma facilidad que conoce y sabe exponer los resortes del toreo. Todo prosiguió ese mismo cauce. Le enjaretó una media templada dejándolo en el caballo antes de hincar rodilla en tierra y bajarle la mano hasta el extremo para que la Maestranza rugiera. Al utrero le faltaron finales pero Mario tapó defectos con el gusto y el calado que tuvo todo lo que le hizo. Hubo dos naturales a pies juntos y de frente que tuvieron mucho de esta tierra. Qué bien estuvo. ¿El dilema? El de la presidencia, que le birló al joven una oreja pedida por toda la plaza para que volviera a surgir un debate que se prolonga en el tiempo: ¿cuál es el criterio? La única realidad es que en la pasada feria llovieron trofeos a mansalva y ahora un novillero se va a casa sin lo que le pertenecía. Menos mal que Sevilla se entera cuando un torero está y le exigió la vuelta al ruedo. Pitada monumental al presidente.

En el sexto, tras la buena lidia de Juan José Domínguez y los grandes pares de Roberto Blanco (que saludó), Navas tuvo que verse con un novillo que con un ojo pasaba y con el otro te veía para revolverse. Le sorprendió en un muletazo y fue volteado sin consecuencias. Saludó una ovación al compromiso.

El segundo, muy justo de los cuartos traseros, apuntaba virtudes pero sin llegarlas a redondear y así se quedó hasta que fue despedido por la puerta de arrastre. Marcos Linares tragó con él pero haciéndolo, sabiendo cuál era el terreno y cómo eran los tiempos. Dejó muletazos profundos y un sentido de la colocación muy bueno. Pudo salir al tercio a saludar. Con el quinto, un manso negado a embestir y a su aire, no tuvo opción alguna.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

20ª de abono / 1/3 de plaza

Novillos de Buenavista: correctos de presentación salvo el 2° y el 6° y de buena condición pero sin llegar a rematar. El mejor fue el 4°.

Curro Durán: ovación con saludos y oreja.

Marcos Linares: ovación con saludos en su lote.

Mario Navas: vuelta al ruedos tras fuerte petición y bronca al palco y ovación con saludos.

Saludó Roberto Blanco en el 6°.