Novilladas picadas en Sevilla 2019


27-06-19

JUEVES 27 DE JUNIO, 20ª DE ABONO.

"La gran dimensión de Rafael González abre la puerta grande"

Una oreja en cada utrero le abren la puerta del patio de cuadrillas al madrileño mientras que Navarrete y Marcos se van de vacío.

Se cerraba el capítulo maestrante de novilladas con picadores en una noche típicamente de nuestra ciudad; calurosa y hasta algo incómoda para sentarse en los tendidos de la plaza de toros de Sevilla. José Cruz lidió un conjunto desfondado y desrazado que se defendió, salvo el buen segundo.

En el primer capítulo, Daniel García Navarrete tuvo en sus trastos un novillo que no llegó entero a la muleta. Cabeceaba intentándose quitar de encima la franela del joven nobel y no hubo opción de triunfo alguna con semejante material. El utrero era fino en hechuras y antes, Rafaél González ya dejó claro quién era y qué quería llevarse esta noche de la Maestranza con un vistoso quite por chicuelinas.

El segundo fue un despropósito en presentación. Sin ningún cuajo ni cuartos traseros, largo, alto y con una cara muy lavada y discreta. No era utrero de plaza de primera. Con él comenzó el recital de asentamiento que dio el triunfador de la noche. Rafaél González le dio la bienvenida con un caluroso saludo a la verónica en el que supo salirse a los medios con él haciendo que el animal desarrollase una buena clase y un buen son mantenido en todo su quehacer. Con la muleta, el novillero con dos pases cambiados por la espalda (el segundo ajustadísimo) y una serie al natural arrodillado, hizo sonar la música celestial siempre querida interpretada por Tejera. La distancia que le dio en la primera serie, le faltó como cómputo global en el desarrollo posterior a dichos muletazos. El utrero seguía manifestando esa humillación antes mostrada en dos series profundas y bien ligadas por abajo de González. A partir de ahí, todo bajó un punto de intensidad, cerrando con unas bernardinas una buena labor rematada con una estocada entera. Oreja algo barata y ovación al utrero en el arrastre.

El tercero calló en las frías manos de Marcos. No conectó con el respetable en ningún momento, haciendo que aquello no tomase los vuelos de la emoción y la transmisión. Saludó a su oponente con una larga y varias verónicas de rodillas pero en la que hizo cuarta, el utrero se quedó corto y arrolló empalándolo por el gemelo y dándole un puntazo en el glúteo. No se miró el novillero y tras un buen tercio de banderillas de Miguel Martín y Fernando Sánchez, dio comienzo de rodillas de nuevo, su trasteo muletero. La insistencia fue en vano pues el novillo se agarró al piso y tampoco permitió lucimiento. Fue silenciado.

El cuarto fue como el primero en presentación. Bonito, bien hecho y con sus kilos bien repartidos. En el caballo se le proporcionó un excesivo castigo, sufriéndolo el animal y percibiéndolo el aficionado en su correspondiente lidia muletera. Navarrete templó las embestidas con el capote en su saludo, mientras que Rafael González mostraba sus ganas de más en un templado quite rematado con una brionesa. Como he manifestado un par de lineas más arriba, "Chucero" se dolió del tercio medidor de la bravura pero aun así, fue agradecido cuando Daniel le supo hacer las cosas bien. Por arriba no quería absolutamente nada y cuando se le bajaba la mano, el animal cambiaba radicalmente terminando el muletazo humillado. El novillero le extrajo naturales y derechazos sueltos de bella factura, pero nada más. Escuchó un aviso y fue silenciado.

El quinto fue toda una lámina. Fuerte y musculado y con la cara cerrándola hacia arriba mostrando las palas de los pitones. Rafaél González se estiró magníficamente a la verónica, enjaretándole una docena de esas templadísimas y con la suerte cargada rematadas con un par de medias en los medios. El utrero mostraba un son y una clase excepcional además de la humllación y el tranco de más que acompañaban cada embestida. Bien picado y tras un eficaz tercio de banderillas, se rajó contra todo pronóstico y cuando creíamos que las ilusiones iban a irse por el sumidero de la mansedumbre, Rafaél le dejó la muleta en la cara y extrajo todo lo que tuvo su segundo. Hubo una veintena de derechazos y un puñado de naturales extraordinarios, con la mano muy baja y dejándole la muleta levantada levemente al final para engarzar con el de pecho. Emocionante labor la ejecutada por el joven que cortaría una oreja tras otra estocada entera y esta sí, muy merecida. Encomiable la actitud de este novillero, que a mi juicio está sobrado para tomar la alternativa.

Cuando Navarrete intentaba acoplarse a las embestidas del sexto, Marcos acabó saliendo de la enfermería recién operado y sin escuchar las opiniones de los médicos que le habían curado el puntazo. Su actuación a un novillo grande pero proporcionado fue escasa en transmisión y emoción o más bien nula. Fueron muchos pases y pocos muletazos los dados por el joven, que acabó aburriendo a muchos por desgracia. Silencio tras aviso para cerrar la noche.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Novillos de José Cruz: Bien presentados salvo el 2º, que a la postre fue el mejor del encierro. Desfondados y desrazados.

García Navarrete: Silencio y silencio tras aviso.

Rafael González: Oreja y oreja.

Marcos: Silencio y silencio tras aviso.

Buenos pares de banderillas de Miguel Martín y Fernando Sánchez.

Parte médico de Marcos: ‘Herida por asta de toro en el pliegue del glúteo izquierdo, con dos trayectorias de 3 y 7 centímetros, operado bajo anestesia local’. Pronóstico ‘menos grave’.


20-06-19

JUEVES 20 DE JUNIO, 19ª DE ABONO

"El temple y los naturales de Emilio Silvera y la actitud de Calerito"

Fuente Ymbro lidia una novillada variada en la que Emilio Silvera destaca sobre sus compañeros paseando una vuelta al ruedo. Calerito hizo lo propio en el segundo y Daniel de la Fuente no tuvo su mejor noche.

En una de las fechas más ilustres en toda la historia taurina de Sevilla como es el Corpus, la empresa Pagés compuso un cartel de interés en el aficionado, sobre todo para el de esta ciudad. Dos promesas de la misma y otra de la provincia hicieron el paseillo en la decimonovena de abono para lidiar los utreros de Fuente Ymbro con una maravillosa entrada en los tendidos baratilleros.

Emilio Silvera volvía a la Maestranza tras cuajar una buena actuación el pasado año, y este, iba a hacer lo mismo pero con una técnica visiblemente mejorada. El primer animal de Gallardo, fue un utrero que nunca se definió en los dos primeros tercios, embistiendo a media altura y arrollando en ciertas ocasiones. Junto al tercio de varas, los garapullos terminaron de asentar la buena embestida de este novillo. Emilio Silvera intentó lucirse con la seda, dejando ciertas ganas de más entre los que desde arriba presenciábamos su hacer. Sobre la mano derecha, hilvanó dos y tres series muy templadas, haciendo que el público receptivo estuviese con él metido en la faena. Una tanda de naturales de frente destacó también. Acabó con su oponente de estocada pidiéndose excesivamente la oreja para el joven. Vuelta al ruedo.

El segundo sí marcaba los caminos desde el principio. Calerito estuvo muy inteligente con un utrero manso aquerenciado en tablas. Pese a eso, supo mantener alta la temperatura de la emoción en los tendidos mediante muletazos suaves y bien trazados aunque faltos de ajuste en casi la totalidad de ellos. Ya en tablas, instruyó algunos naturales de bella factura hasta que el público se aburrió de un arrimón innecesario tras tener la faena hecha. Mató de estocada pidiéndose la oreja con más fuerza. No tenía la presidenta (con buen criterio) los argumentos necesarios para otorgarla, paseando Calerito la segunda y última vuelta al ruedo de la noche.

Algo más atacado en tren delantero fue el novillo de Ymbro que protagonizó el tercer capítulo. Daniel de la Fuente se lo sacó a los medios andándole con buenas maneras. Pese a estar suelto durante primer y segundo tercio, la lidia pecó en demasía de un cierto desorden. "Liqui" destacó en voluntad, pues su labor estuvo presidida por un toreo que nunca llegó arriba. Descolocado y por fuera, logró los mejores momentos al natural. Pinchó más de cuatro ocasiones y fue silenciado tras aviso.

Para la cuarta parte de la función, estaba enchiquerado un utrero largo de hechuras y algo alto. Un mal ejecutado tercio de varas apagó al novillo y lo condenó a verse envuelto en un quehacer mal estructurado de Emilio Silvera. Pese a todo ello, el sevillano mostró de nuevo el magnífico temple que atesora dándose cuenta algo tarde de que el pitón del toro era el izquierdo. Hubo un natural con el que la Maestranza rugió en la profundidad de la noche y del mismo muletazo. A partir de ahí todo se cimentó sobre la mano izquierda sucediéndose los buenos y templados naturales. Le faltó cambiarle los terrenos al animal, cosa que era demasiado evidente y que el novillero no hizo. Con unas manoletinas en las que pudo sufrir algún susto, pinchó una oreja algo más clara que en su primero y mató de estocada trasera en el segundo intento. Ovación tras aviso.

El quinto fue todo un espectáculo sobre el albero de Sevilla. Fuerte, muy musculado y con cuajo. Pese a que eran buenas, el utrero poseía hechuras de toro cuatreño. Salió este con pies y arreando. El mejor tercio de varas de la noche y probablemente de todas las novilladas que llevamos este año se daría con este "Sabueso" y Manuel Jesús Ruiz Román. Toreando a caballo le habló al utrero en dos señores puyazos con unas arrancadas alegres y emocionantes del animal al peto del picador. La plaza se lo agradeció con una sonora ovación más que merecida. Tuvo calidad este novillo, pero le faltó empuje y continuidad en sus embestidas, siempre provocadas por Calerito. Algunos muletazos de buena factura en una faena con un final tedioso y algo pesado. Dejó un pinchazo hondo y saludó.

En el sexto se vio por segunda vez a un Daniel de la Fuente voluntarioso. Fue derribado en un primer encuentro con el piquero y fuertemente castigado en el segundo tras haber sido recibido con un farol por su lidiador. Al castigarse tanto al animal en el segundo encuentro, no hubo emoción en sus embestidas. Pinchó y estocada baja para acabar la noche. Mala nota para "Liqui".

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Novillos de Fuente Ymbro: Bien presentados y variados de presentación. Buenos 1º, 3º y 4º. Bravo en varas el 5º y manso el 2º.

Emilio Silvera: Vuelta al ruedo tras leve petición y ovación con saludos tras aviso.

Juan Pedro García "Calerito": Vuelta al ruedo tras petición y saludos.

Daniel de la Fuente: Silencio tras aviso y silencio.

Entrada: Casi 3/4.


13-06-19

JUEVES 13 DE JUNIO, 18ª DE ABONO

"Los silencios de la noche"

Pablo Páez y Parrita dejan detalles en una noche apática en la plaza de toros de Sevilla. La novillada de Soto de la Fuente resultó desrazada.

Caía la noche en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla cuando se abrieron las puertas del patio de cuadrillas para que Aquilino Girón, Cristóbal Ramos "Parrita" y Pablo Páez trenzasen el paseíllo. Los pupilos de Soto de la Fuente no cumplieron con las expectativas creadas por cuadrillas y novilleros, saliendo muy parada en el último tercio.

El primero de la noche se dolió de la mano derecha justo antes de que se le administrarse el primer puyazo. Novillo bien hecho, y que en todo momento mantuvo un buen son y una clase excepcional. Al llegar a la franela de Aquilino Girón que volvía tras una buena actuación el pasado año en la de Partido de Resina, blandeó y se vino abajo pecando de falta de transmisión en el hacer del novillero granadino. Lo mimó, y supo extraerle algún natural de buena factura, pero no remontó en emoción la faena y fue silenciado.

"Gitanito" lució unas bellísimas hechuras añadiéndole su buen remate. Hizo segundo, protagonizando un papel de manso y de aspereza en grandes cantidades. La lidia fue un desorden en toda regla gracias a la complicada condición del animal, pero también aclarar que el susto que se llevó Pedro José Mariscal fue por la colocación del utrero pasada la segunda raya hacia los adentros, poniéndole este un par de banderillas muy comprometido. También lo fueron los otros dos pares. Colándose el animal por el pitón izquierdo, llegó a coger al torero de fea manera pero sin más consecuencias que un fuerte golpe en el costado. El animal apretaba y no tenía una embestida franca. Un prenda en toda regla. Fue silenciado tras dos avisos.

Pablo Páez debutaba con picadores en Europa en la plaza que le vio crecer como novillero sin caballos el pasado año. Mantiene el gusto del toreo clásico que siempre se ha enseñado en la escuela sevillana. El jóven novillero local fue el único que supo conectar con los tendidos en el primer tercio ejecutando lances con la seda rosa de buen gusto. Era serio el novillo y Pablo Páez acabó entendiéndolo por el pitón izquierdo, recetándole una decena de despaciosos naturales que gustaron en los tendidos. Le costaba al animal salirse de los vuelos siendo pegajoso, cosa que impidió mayor lucimiento. Marró con la espada dándose de nuevo otro silencio más en el paraíso maestrante pese a la buena actuación del novel.

El cuarto fue recibido en toriles por Aquilino Girón. Tuvo transmisión el utrero en los primeros compases del último tercio, pero le faltó finales en una faena que fue comenzada en los medios y de rodillas por el lidiador. La Maestranza seguía sumida en el más absoluto aburrimiento y hastío trance que proporcionaban los utreros de Soto de la Fuente. En el tercer muletazo se quedaba corto "Guapetón", que sólo fue eso, bonito. El revolcón sufrido cuando cogió la muleta con la mano izquierda no tuvo mayores efectos que el susto. Mató de estocada baja para ser silenciado.

Parrita sorteó como quinto un utrero con hechuras de toro pero con una lámina preciosa y proporcionada tanto por delante como por detrás. Encontró un mínimo lucimiento con el capote, marcándole los caminos a un animal que lo hizo bien en los primeros tercios humillando y mostrando cierta clase. Parrita estructuró una faena en la que supo conectar con el público extrayéndole muletazos y series por ambos pitones de muy meritoria forma. Lo mató siendo él silenciado y tocándose las palmas al novillo.

Para Pablo Páez fue un sexto algo falto de remate y de presencia para lidiarse en esta plaza. El utrero se paró en el último tercio al igual que toda la novillada. Mató tras dos pinchazos y descabello. Sexto silencio consecutivo para cerrar la noche.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Novillos de Soto de la Fuente: Bien presentados pero descastados y sin posibilidad de triunfo.

Aquilino Girón: Silencio en su lote.

Cristóbal Ramos "Parrita": Silencio tras dos avisos y silencio tras aviso.

Pablo Páez: Silencio tras aviso y silencio.

Destacó la buena lidia de David Parrilla al segundo y los pares de Ecijano II.

Entrada: Media plaza.


06-06-19

JUEVES 6 DE JUNIO, 17ª DE ABONO

"El triunfo de Diosleguarde no tapa el desastre ganadero"

En una noche vacía y sin mucho contenido artístico que ver y disfrutar, Manuel Diosleguarde supo extraerle lo poco que tenía a su lote. Javier Orozco no tuvo oponentes y Fernando Navarro no tuvo su noche. El despropósito ganadero fue el denominador común.

La alegría de saber que tras una semana de duro trabajo y esfuerzo, hay toros en la plaza más bella del planeta, contrasta con la realidad impuesta por los utreros de Dolores Rufino en el día de ayer sobre el albero Maestrante. Los focos se posaron sobre el finalista de las novilladas sin caballos de hace dos años, Manuel Diosleguarde. Hicieron bien los aficionados en fijarse en él, pues fue lo más destacado de una soporífera noche sobre la piedra de las localidades de la Real Maestranza.

Metidos ya en la noche más oscura, saltó en primer lugar un animal de bella lámina traducida en buenas hechuras y colocación de pitones. A los hombres a caballo de Javier Orozco no le dieron tiempo a salir a mostrar sus dotes cuando el novillo se dolió de la mano derecha teniendo que salir el primer sobrero de la ganadería titular. Supo encontrar un mínimo lucimiento con el capote, pero aún menos en la zocata. Ya le avisó su oponente en un feo trámite por la mano derecha para después ser cogido levemente. Sin mayores consecuencias, le arrancó algún derechazo de buena factura al lado de la puerta de la enfermería a un "Tresnavajas" parado y sin fuelle. Silencio para el rondeño.

Fernando Navarro no estuvo confiado ni metido en la noche en ningún momento. Esa desconfianza fue evidente en su quehacer al basto segundo. Tampoco el novillo era el mejor para hacer el toreo, es más, nunca llegó a ir metido en la muleta del sevillano. Navarro no supo gobernar la áspera y descompuesta embestida del pupilo de Dolores Rufino, estando fuera de sitio y sin colocarse en todos los intentos que hizo por agradar al respetable. La noche empezaba a sufrir el duro castigo del sopor. Sonó un aviso y fue silenciado.

Mordiendo salió el tercer debutante de la terna Manuel Diosleguarde, marcándole el camino al mejor presentado tercero con una larga cambiada en el tercio y un buen ramillete de verónicas. El utrero fue manso, desclasado y descastado. No se picó al igual que durante toda la tarde, y el salmantino se inventó una faena a base de tesón y querer. En los medios, los derechazos se sucedían a la vez que la desacompasada embestida del animal bajaba en intensidad. Llegó a sufrir una aparatosa voltereta además de un pisotón que se hizo eterno en los tendidos maestrantes. El dolor se llegó a palpar en los aficionados. Acabó de forma efectiva su faena y paseó la vuelta al ruedo entre las caras de alegría del público. No se salvaría de la pitada en el arrastre el oponente caído.

Perfectamente presentado el bonito colorado que hizo cuarto, íntegro y con una bonita estampa. La lápida de la mansedumbre y el descastamiento encabezaban el enterramiento que se vivía en la Maestranza cuando Javier Orozco le intentó hacer faena a este animal. "Tresolares" estuvo parado, sin movimiento alguno que permitiese un mínimo contenido artístico sobre el piso sevillano. Quiso y no pudo sobre las rayas del tercio en el tendido tres el novel, pero agarró la espada y dio muerte a su oponente. Tras una estocada atravesada que hizo guardia y un pinchazo, se echó el manso dándose otro silencio y otra pitada en el arrastre.

Para el quinto, estaba enchiquerado otro novillo basto y sin remate alguno. Fernando Navarro se mostró algo más confiado y logró endosarle derechazos de buena factura a base de dejarle la muleta puesta en la cara a su segundo novillo. El respetable estaba deseando ver un mínimo, pero no llegó a tomar altura esa faena. Silencio.

Cuando el reloj marcaba casi las doce horas de la madrugada del viernes, saltó el último novillo de la noche. No tuvo el mismo éxito con el capote Diosleguarde en este utrero, pero la torería ya antes mostrada, la estupenda forma de andarle a los novillos y el gusto en todos sus movimientos se citaron de nuevo para cerrar festejo. Doblándose con él, logró arrancar los primeros olés desde el tendido. El novillo era mirón y tenía sus teclas, pero Manuel se las supo tocar e hilvanar las series templadas por el pitón derecho. Lo más destacado de la noche se estaba dando en aquellos momentos pero cuando creíamos que todo el protagonismo de la noche se lo iba a llevar Diosleguarde con bastantes argumentos para ello, apareció de la nada un presidente cicatero y orgulloso negándole una indiscutible oreja al novillero. Error tremendo del palco. Paseó otra vuelta al ruedo.

Sacando conclusiones, me quedo con las formas de Manuel Diosleguarde. También decir, que esta ganadería no debería volver el año que viene a esta plaza por sus ya más que evidentes fracasos.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Novillos de Dolores Rufino: Bien presentados pero mansos, descastados y sin posibilidad alguna de triunfo.

Javier Orozco: Silencio en su lote.

Fernando Navarro: Silencio en su lote.

Manuel Diosleguarde: Vuelta al ruedo y vuelta al ruedo tras petición y aviso.

Saludó en banderillas Morenito de Ronda.

Entrada: Media plaza.


26-05.19

DOMINGO 26 DE MAYO, 16ª DE ABONO

"Antonio Grande quiere ser torero"

El joven salmantino muestra una gran dimensión ante sus dos oponentes cortando una oreja. Kevin de Luis no tuvo su tarde y El Rafi dio una vuelta al ruedo en el sexto.

Cuando en Madrid están en plena ebullición con la Feria de San Isidro, este domingo en Sevilla nos hemos saciado con la segunda novillada que estaba programada dentro del abono tras el ciclo abrileño. El calor presidió el enclave en el que se desarrolló el festejo durante toda la tarde y los allí presentes disfrutamos de ella en los momentos que pudimos. Kevin de Luis, Antonio Grande y El Rafi lidiaron una desigual novillada del maestro Espartaco, pero que mantuvo un denominador común como fue la buena condición en sus animales.

Tuvo que saltar al albero maestrante el primer sobrero de la tarde tras verse en el mismo un primer utrero sin fuerza alguna. El sobrero fue un novillo hondo y cuajado que abría la cara y que la metía bien en todo momento. Kevin de Luis volvía a la Maestranza tras el triunfo del pasado año, pero no supo qué hacer para repetirlo aun teniendo un colaborador más que aceptable delante. Antes del trasteo muletero, Antonio Grande ya dejó claras sus intenciones de agradar con un quite por chicuelinas. En los medios, comenzó con un susto el novel al arrebatarle la muleta de la mano izquierda tras querer iniciar la faena directamente por esa mano. Se repuso y lo siguió intentando dejando algún natural estimable ante un utrero que nunca dejó de mostrar su clase en las embestidas. Fue silenciado tras aviso después de fallar a espadas mientras veía como "Desgreñado" era ovacionado en su arrastre.

En el segundo capítulo el entretenimiento subió gracias a la disposición de un novillero salmantino llamado Antonio Grande. Su antagonista estaba magníficamente presentado; fino de cabos, vareado y nada exagerado. A parte de estar bien presentado, tuvo dos características en su embestidas que marcaron su comportamiento en toda la lidia: lo tardío que era y la humillación. Era reservón, y Antonio y su cuadrilla debían llegarle mucho a la cara para que éste diese el juego que ellos querían. La labor de este joven fue encomiable en todo su hacer, desde el templado recibo a la verónica pasando por un galleo muy torero para dejar en el caballo al animal. En la muleta, el animal mostró clase a parte de esa cualidad antes descrita. Antonio Grande era todo tesón y ganas y supo darle a lo que tenía delante, los tiempos adecuados en la primera mitad de la faena. Los derechazos eran largos y ligados mientras que por el pitón izquierdo sucedía lo mismo. Tal vez la espada (media estocada en el sitio) fuese el argumento óptimo para que José Luque no concediese de manera injustifcada una oreja que pidió todo el respetable. Todo quedó en una vuelta al ruedo tras gran petición. Valentón escuchó palmas en su arrastre.

La perfección hecha utrero saltó al ruedo en el tercer apartado de esta novillada picada. Cerrando la cara pero con sus dos armas bien puestas y unas hechuras preciosas. Como aclaré antes, todos los animales tuvieron esa buena condición que permite crear obras de interés ante el que paga la entrada. Este animal tuvo un mejor inicio de muletazo que final ya que colocaba la cara, pero la soltaba desbaratando los quehaceres del francés "El Rafi". Anduvo algo frío en el saludo de capa. No se entregó en demasía en el caballo el utrero y tras un solvente tercio de banderillas, comenzó templado la faena por abajo. Todo se diluyó y no tomó altura por los numerosos desarmes que sufrió. Fueron silenciados ambos.

Kevin de Luis quiso y no pudo en su segundo turno de la tarde. El cuarto fue un utrero que cerraba en demasía la cara y era algo basto de cuartos traseros y además no ofreció grandes posibilidades de triunfo. El novillero no estuvo acertado en terrenos ni en maneras de lidiarlo. Le faltó ese sitio que le aconsejaba su banderillero Curro Robles desde el burladero. Escuchó un aviso siendo silenciado tras una labor insípida.

El cuarto era de inmejorable estampa. Bellísimo este utrero, con cuajo, rematado y con la cara bien puesta, se partió la mano derecha teniendo que ser apuntillado magistralmente por el puntillero Juan García. El que hizo de segundo sobrero pertenecía a Dolores Rufino y era más basto que el titular lesionado. La tarde estaba sumida en una espiral de desilusión y aburrimiento hasta que cogió la muleta el salmantino Antonio Grande que tras hacer un saludo a la verónica muy despacioso, brindó al público al igual que sus dos compañeros de cartel y comenzó el trasteo con torería en el tercio. El novillo no humillaba y por lo tanto, pasaba sin clase alguna por la zocata del Antonio Grande. Pese a todo eso, logró sacarle una veintena de grandes y templados naturales. Puso a todo el mundo de acuerdo en una faena de silencio maestrante. Pudiéndole a un novillo áspero y que se quedó corto en el tramo final de la faena, le cortó una oreja tras pasaportarlo de estocada entera. Se le nota un oficio maravilloso a este torero que llegará muy lejos si sigue en este tono.

El Rafi cerró la tarde con una buena actuación en el sexto que a la postre, sería el mejor animal que Espartaco lidió en la Maestranza. Rebosó clase, humillación y nobleza por los dos pitones. Estuvo muy pulcro y acoplado ante esa embestida el francés que inició su trasteo con dos series de estupendos naturales arrancando los olés del templo del toreo sevillano. Mientras que el utrero seguía metiendo la cara y repetía, volvió a enjaretarle dos series buenas por ese pitón, pero ya por el derecho comenzó a quedarse corto. El final fue torerísimo, y tras una estocada entera, se le pidió la oreja pero todo quedó en una vuelta al ruedo. Buen novillo de Espartaco.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Novillos de Juan Antonio Ruiz Espartaco y el 5º BIS de Dolores Rufino: Con buena condición en su totalidad y de magnifica presentación. Buenos 1º y 2º y de gran calidad el 6º.

Kevin de Luis: Silencio tras aviso y silencio.

Antonio Grande: Vuelta al ruedo tras gran petición y oreja.

"El Rafi": silencio y vuelta al ruedo.

Entrada: Menos de media plaza.