Novillada en Camas

La anual novillada que se celebra en el pueblo de Camas, pasó a ser matinal por las inclemencias del tiempo. Aquí, mi crónica.

22-09-19

"Pepe Martínez revienta Camas"

Cuando ya tocaban las campanas de la tranquilidad y los "por fin es el último" se citaban en las gradas tras una novillada larguísima, salió al ruedo de la coqueta plaza de Camas un joven de figura esbelta pero de formas elegantes. Ya dejó dos medias en un quite a su compañero que fueron como un soplo de aire fresco en los tendidos. Pepe Martínez, con sólo quince años de edad, inundó de toreo a todos los presentes. Con el capote en el saludo le dio sitio, tiempos y movió los brazos a la verónica como nadie en la novillada lo había hecho. Otra media para saborear. En la muleta, optó por empezar en el tercio pasándolo por arriba, pero acompañando la embestida con el cuerpo y fijando las zapatillas al suelo. Torería y compás a raudales, mientras asombrados nos mirábamos unos a otros. Se colocó en el sitio, tiró del animal y cargó la suerte en todo momento. La manera de andarle con un gesto impávido al novillo, toreando a gusto y como siempre se ha hecho. El toreo al natural fue extraordinario con el mentón sobre el pecho. Todos y no sólo él, necesitábamos alegrarnos y saltar de alegría tras una estocada en la cruz, certera y profunda que hizo rodar al novillo. Dos orejones de un peso increíble.

Volvía Jesús Álvarez a los ruedos tras un largo periodo de tiempo sin trenzar un paseíllo. En suerte, le tocó un utrero fuerte y serio pero con buenas hechuras a pesar de ser alto. La firmeza en su labor fue clave desde el inicio, mostrando una buena imagen en un variado recibo capotero. En el caballo empujó en bravo en un solo puyazo derribando bajo una lidia algo desordenada. El buen trato de Juan Marquez con la brega, lo agradeció el animal en una muleta poderosa pero algo acelerada de Álvarez. Fue por el derecho por donde llegaron los mejores momentos. Oreja de peso tras pasaportar a su enemigo tras una espectacular estocada, atacando en tiempo y distancia perfectamente. Tardó en caer.

Alfonso Alonso fue todo voluntad y ganas de agradar en su turno. Banderillearon junto a él, Jesús Rivero y Jesús Álvarez. Con el capote estuvo aseado y con la franela deseó siempre vaciar por debajo de la pala del pitón de un buen eral de El Parralejo. Cortó una oreja tras estocada.

Álvaro Vicario estuvo algo acelerado en su hacer con el capote. El eral a parte de lucir unas hechuras perfectas, no defraudó en comportamiento. Clase, humillación, casta, empuje y mucha codicia. Estuvo a la altura al final de trasteo Vicario en una faena de metraje justo y bien proporcionada. Oreja tras media estocada.

Pese a poseer un buen corte y buena manera de componer, Diego Vazquez estuvo falto de firmeza de plantas. La espada empeoró aún más su labor. Silencio.

Mariano Fernández hizo un recibo corto en lances. Embestida rebrincada en el primer tercio, pero más definida tras el tercio de banderillas. Fue todo con la suerte cargada, llevándose detrás de la cadera y mostrando firmeza en los pies. Gustó mucho en las gradas y se gustó el toreando. Mató de estocada casi entera.

Mario García no estuvo. Falto de confianza en la totalidad de la faena. Dos volteretas mostraron dicha falta. El temple surgio puntualmente por el pitón derecho. Se atascó con la espada.

Alejandro Gordillo dejó un regusto al natural excepcional. Templó bastante la embestida de su oponente por ese pitón, dejando un par de series de gran calado. Oreja.

Liberto Díaz en los primeros compases estuvo falto de confianza en sí mismo, pero en cuanto esto desapareció, dejó momentos de un temple exquisito por el pitón derecho. Oreja.

Plaza de toros de Camas

Ejemplares de Dolores Rufino y El Parralejo: Extraordinario en conjunto.

Jesús Alvarez: Oreja.

Alfonso Alonso: Oreja.

Álvaro Vicario: Oreja.

Diego Vázquez: Silencio.

Mariano Fernández: Oreja.

Mario García: Oreja.

Alejandro Gordillo: Oreja.

Liberto Díaz: Oreja.

Pepe Martínez: Dos orejas con petición de rabo.

Destacar la buena lidia de Juan Márquez y Fernando del Toro.

Pepe Martinez, esperando su animal.