La Puebla del Río

Las fiestas de San Sebastián volvieron a ser las que abrieron el año en la provincia de Sevilla, y aquí, tenéis la crónica.

"El Melli", un suceso que contar"

La Puebla del Río fue testigo del proceso de maduración que atraviesa el joven de Sanlúcar, que acaparó opiniones junto al triunfo de "Peregrino" y el rejoneador Alexis Navarro.

Cuando no sepáis donde abrir boca y comenzar a palpitar tauromaquia en fechas de frío y antes de comenzar con el tráfago de la temporada, a escasos treinta minutos de Sevilla en La Puebla del Río, se sitúan las fiestas de San Sebastián. Un lleno a reventar en los tendidos, un ambiente extraordinario, un cartel súmamente interesante y ganas de ver toros. La novillada de Dolores Rufino, falta de finales y en variedad de comportamiento, permitió tres triunfos de distinta rotundidad y fundamento.

Lo más aclamado de la tarde, corrió a cargo de Germán Vidal "El Melli". El sanluqueño se reveló contra la frialdad y la insulsa tarde que estábamos viviendo los que nos hallábamos en la portátil cigarrera. Variado en un vibrante recibo con el percal en el que alternó verónicas de rodillas junto a un par de chicuelinas ceñidísimas y una serpentina, hizo que la emoción comenzase a circular por las maderas del tendido. El eral, de finas pero desiguales hechuras, se deslizó con nobleza y recorrido por las telas de la cuadrilla. Alternó series de profundos y largos derechazos con algunos pasajes bastante buenos al natural, pero en los tendidos a parte de el revuelo y la gran sensación causada por el chaval, se comentaba algo que personalmente veía yo también: poco ceñimiento en el embroque. Salvo ese factor que ha de madurar, calificar de "suceso" su actuación. Estocada en la cruz y los máximos trofeos a sus manos. Vuelta al eral.

"Peregrino", otro de los tres destacados del atardecer cigarrero, realizó una labor en la que la voluntad y entrega fueron los caractéres firmes de la misma. Desde Jerez de la Frontera llegaba este novillero, que ciertamente, también se mostró acelerado y descompuesto, pero siempre intentando lograr (sin conseguirlo en la mayoría de las veces), un toreo profundo. Emocionó, gustó y triunfó. Dos orejas.

Alexis Navarro salió a hombros tras una faena en la que sufrió una aparatosa caída tras un movimiento culpa del mal estado del piso tras las lluvias del fin de semana. La raza, el querer y las ganas de triunfar se palparon en las expresiones del rejoneador. Clavó bien y cabalgó de forma ajustada. Un rabo fue a parar a sus manos.

Álvaro Alfonso fue la viva imagen de la estética y de la tranquilidad en la plaza. Se movió por ella con torería y buen compás. Puede parecer contradictorio (o no), pero el joven lo combinó con la variante de la emoción. Se abrió a la verónica con temple y acabó en los medios. El animal no pudo ser más bronco en esos instantes y siguió por dichos derroteros añadiendo aspereza, descomposición y peligro a sus embestidas. Fue una papeleta, pero consiguió hilvanar buenos muletazos. Oreja.

Manuel Olivero, de Sevilla, en todo momento quiso agradar enseñándonos un toreo clásico y con los remates de inspiración que siempre recetan los elegidos de esto. Pese a ello, le costó cogerle el aire al eral alto y fuerte. Le cortó una oreja tras dejar retazos de calidad.

Nabil "El Morito" expuso una dualidad rara: dificultad con la seda del capote y facilidad y gusto con la franela pese a faltarle mucho rodaje. No tiene mal concepto y sabe lo que debe de hacerle a los novillos, pero hoy no fue su día y se fue de vacío tras un morrocotudo lío con la espada. Ovación con saludos.

Plaza de Toros portátil de La Puebla del Río.

Novillos de Dolores Rufino: Variados de presentación y juego. Extraordinario el 5º.

ALVARO ALFONSO (Sevilla), oreja.

MANUEL OLIVERO (Sevilla), oreja.

PEREGRINO (Jerez de la Frontera), dos orejas.

NABIL ‘EL MORITO’ (Pamplona), ovación con saludos.

GERMÁN VIDAL ‘EL MELLI’ (Sanlúcar de Barrameda), dos orejas y rabo.

ALEXIS NAVARRO (Alcalá de Guadaíra), dos orejas y rabo.

El rejoneador Alexis Navarro, sustituyó a Esmeralda Quintín.