OTRO 17 SIN TÍ

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17-06-20

No sé cómo tengo el valor para escribir esto Iván, pero mi corazón aún te sigue dando las gracias. Aquí donde los mortales no tenemos más que la gloria que tú nos dejaste en pleno decadentismo taurómaco, ya han pasado tres años y tu recuerdo sigue vagabundeando en las mentes de los aficionados cuál espectro que nos arrojó en Aire-sur-l'Adour, la luz de la verdad que a veces, nos muestra la tauromaquia.

En una de esas veces, fue a tí a quien le tocó cobrar el diezmo del sacrificio. En aquel trance se desvanecieron las festividades, las alegrías de la fiesta, las ínfulas del triunfalismo, los intereses de unos y otros o los tejemanejes, para que apareciera la maldita verdad del toreo como es la muerte y hacernos ver que la mediocridad nunca fue contigo. Sin embargo, lo agraciado y justo de los héroes es que nunca acaban bajo una lápida, sino en libro de la historia. Espero que la malinterpretación no surja sobre estas líneas, pero teniendo en cuenta que la muerte de alguien nunca beneficia, la tuya jugó como excepción y lo hizo de sobre manera aportándole a este mundillo de belleza insuperable atacado y vilipendiado que tanto amabas y amamos, ese toque tan duro de veracidad y memoria que en numerosas ocasiones olvidamos.

Johan Liebheart dijo que “la vida no es igual para todos, solo la muerte es igual para todos” y tú Fandiño, verificaste aquello tan tradicional así como cierto de que no existirá fallecimiento más honroso, que en una plaza de toros ya que nadie entrega su vida y se la ofrece a aquello que te la puede quitar. Tú moriste libre como tantos te han reconocido. Con la plena satisfacción de haber finalizado el trayecto hacia la personalidad de uno mismo por el vericueto de la verdad. Porque estás donde la mayoría de los mortales sueñan y jamás estarán.

Gracias león. Nunca te olvidaremos.