Reflexión final

He agrupado estas tres partes de la programación porque tienen en común que deberían ser la meta de nuestras unidades didácticas. No deberíamos seleccionar, priorizar, ninguna de ellas. Como mucho podríamos decir que en determinadas unidades vamos ha hacer más hincapié en unos objetivos que en otros pero globalmente al final del curso deberíamos haber tratado de conseguir todos los objetivos, utilizado los criterios de evaluación y desarrollado todas las competencias básicas.

En el diseño de la L.O.E. se encuentran los tres apartados interrelacionados de forma que podemos decir que las competencias básicas son reformulaciones de los objetivos y que los criterios de evaluación en cada tema son conceptos y procedimientos relacionados con los objetivos y las competencias. Muy importante es la labor de concretar, establecer subcriterios y niveles de logro para cada gran criterio de evaluación que aparece en la legislación.

Concretando el lenguaje tenemos en el BOC.

- Objetivos generales de ESO.

- Objetivos generales del área de Ciencias de la Naturaleza.

- Criterios de evaluación.

A estos criterios de evaluación los denominan a veces objetivos específicos (de una unidad, de una tema, etc), y también objetivos didácticos. No conviene enredarse con las palabras. Estos items me van a servir para controlar si los alumnos han alcanzado (y en que nivel) una serie de metas concretas que me he propuesto al comienzo de la unidad. Recorren el abanico, o deben recorrer el conjunto de objetivos y competencias de la programación general.

Podemos analizar en el archivo adjunto el trabajo de ayer desde este punto.

En este punto hay que remarcar que aunque una unidad didáctica comienza con la relación de objetivos, competencias, criterios etc... la mayoría de los enseñantes no dedican suficiente tiempo a esta tarea. Los objetivos didácticos de una unidad son extremadamente importantes, deben dirigir nuestra labor, y sirven para tomar decisiones sobre contenidos o metodología. Es importante pues discutirlos, explicitarlos y realizar una evaluación final para ver la coherencia entre lo que se piensa, los que se hace. lo que se dice y lo que se pone en práctica en clase.

Por ejemplo (siguiendo a Neus SanMartí, Didáctica de las Ciencias experimentales) si marcamos estos objetivos generales:

1) Aprender a trabajar en equipo, organizar el trabajo, buscar información y en general aprender a aprender.

2) Desarrollar el pensamiento lógico (clasificar, comparar, deducir, justificar...)

3) Utilizar el lenguaje correctamente para elaborar y transmitir ideas científicas.

4) Disfrutar haciendo ciencia.

5) Utilizar técnicas de trabajo experimental como medir, utilizar la lupa y el microscopio, realizar un montaje "para", etc

6) Preparar a los estudiantes para etapas posteriores de la enseñanza

7) Aprender a respetar el medio natural y utilizar estrategias para mejorar la propia salud

8) Aplicar la ciencia a la vida cotidiana

9) Adquirir conocimientos sobre teorías y hechos científicos

10) Desarrollar actitudes científicas como la curiosidad, el espíritu crítico, la perseverancia,

Y decimos que por dificultades de tiempo tenemos que priorizar tres y eliminar completamente otros tres el resultado es:

Esta coincidencia nos permite afirmar que aunque consideremos que un objetivo es muy valido, aunque venga en el desarrollo legislativo realmente no lo vamos a tener en cuenta y en realidad lo vamos a abandonar.

Es un juego perverso el de la selección de objetivos, en realidad no podemos abandonar ninguno y la verdadera selección debe estar en los objetivos didácticos (concretando los criterios de evaluación) y en los propios contenidos.

ANÁLISIS DE ALGUNOS LIBROS DE TEXTO

Podemos ver como aborda este problema un libro tradicional en el archivo adjunto.

O como las editoriales pueden ir cambiando sus propuestas para ¿mejorarlas?

Algunas ideas sobre la reformulación de los criterios de evaluación o sea sobre los objetivos didácticos (no soy experto en semántica)serían: