Día de la Canción Criolla



EL DÍA DE LA CANCIÓN CRIOLLA


Por: César Coloma Porcari

Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo

La música criolla representa el alma del Perú, y es necesario recordar, además, que muchas de sus principales canciones han sido compuestas por peruanos provenientes de distintos lugares del país.

Por ejemplo, Rosa Mercedes Ayarza de Morales, nacida en Lima, pertenecía a una distinguida familia ayacuchana. Mario Cavagnaro vio la luz en Arequipa, y Augusto Polo Campos, de familia bajopontina, nació en Puquio porque sus padres se encontraban allí en ese momento.

Mario Cavagnaro




Uno de los primeros valses peruanos fue “Al pie del Misti”, compuesto en la Ciudad Blanca, a fines del siglo XIX, por Eduardo Recavarren, arequipeño. No se ha estudiado, aún la importancia que, en la historia de la música peruana y latinoamericana, tiene esa composición musical.

El año 1911 la empresa Columbia Graphophone Company, de Nueva York, contrató al dúo Montes y Manrique (integrado por los limeños Eduardo Montes y César Augusto Manrique), para que grabaran en sus estudios, y así, los dos artistas peruanos viajaron a la gran metrópoli norteamericana. Allí permanecieron varios meses y grabaron una gran cantidad de discos, de marineras, polkas, valses y yaravíes.

Estos dos peruanos fueron, tal vez, los primeros artistas latinoamericanos que grabaron, para una de las empresas disqueras más importantes del mundo, en esa época, música del Nuevo Mundo. Y grabaron alrededor de un centenar de discos, muchos de los cuales han sido recuperados en los últimos años. Estos, luego de un proceso de restauración, han sido reproducidos por diversas instituciones y personas, y por ello podemos apreciar las bellas canciones interpretadas por Montes y Manrique, en el año 1911, como “La Palizada” y otras no menos famosas.

Lamentablemente, hasta la fecha, no se ha estudiado a cabalidad, la obra de Eduardo Montes y César Augusto Manrique, a pesar de su importancia como pioneros en la difusión de la música peruana a nivel mundial. Debemos recordar que sus grabaciones neoyorquinas podían ser adquiridas en muchos lugares del planeta.

El Presidente Manuel Prado y Ugarteche tuvo mucho interés en promover la cultura e identidad nacional. Por ello estableció el “Día de la Canción Criolla”, a celebrarse el 31 de octubre de cada año.

En el Diario Oficial “El Peruano” (año 104, N° 1161, Lima, viernes 20 de octubre de 1944, p. 3), se publicó la Resolución Suprema s/n, del 18 de octubre de 1944, mediante la cual el Presidente Prado instituyó dicha celebración. El texto de la norma legal mencionada es el siguiente:

“Día de la Canción Criolla

Resolución Suprema

Lima, 18 de octubre de 1944.

Vista la adjunta solicitud presentada por el Centro Social Musical “Carlos A. Saco” y otras instituciones similares; y

CONSIDERANDO

Que el arte popular contribuye al afianzamiento de una conciencia nacionalista, por lo que conviene estimular sus manifestaciones;

SE RESUELVE

Declárase el 31 de octubre “Día de la Canción Criolla”, que se destinará a difundir la música comprendida dentro de la mencionada denominación.

Regístrese y comuníquese.

Rúbrica del señor Presidente de la República.

Laroza”.

Debemos recordar, también, que el 24 de junio de ese año 1944, en presencia del Presidente Prado, se había estrenado, en el Cuzco, la fiesta del Inti Raymi (César Coloma Porcari: “Los 75 años del Inti Raymi en el Cuzco”, en: “Voces”, Revista Cultural de Lima, año 10, N° 37, Lima, 2009, pp. 43-45). Se pretendió, así, rescatar una celebración prehispánica que había subsistido, con una imagen católica y occidental, en el antiguo Corpus cuzqueño.

El Día de la Canción Criolla sirvió, en sus primeros años, para reconocer y valorar nuestro acervo musical y rendir tributo a los compositores nacionales más destacados. Ojalá que setenta y dos años después de ser establecido por el Presidente Prado, esta fiesta recupere su antiguo esplendor.


* Conferencia sustentada en radio Filarmonía, el 27 de octubre de 2016.


(Publicado en “El Pueblo”, Arequipa, lunes 31 de octubre de 2016, p. 6).