Nevada arequipeña

"...en la edición de El Comercio, sección Provincias, y bajo el título: "Ven causa de nevada arequipeña", y con el sub-título: Psiquiatra estudia la causa del mal, se dice que el doctor Carlos Newenschwander Landa y otros colegas, con aparatos ad-hoc y de electroencefalogramas, tratarán de estudiar y curar a los arequipeños de la nevada.

Protesto airadamente:

La Nevada para nosotros los arequipeños natos y netos, es como el rocoto, nos pica o nos puede hacer daño, pero lo seguiremos comiendo. ¿A qué vienen esos estudios y gastos inútiles si hasta ahora nadie ha muerto de Nevada? Al contrario, es una influencia que nos proporciona satisfacciones: de entrar en cólera y ser calmados, o tener la vehemencia de un azogado. Si lejos de ser un defecto o un mal es una cualidad, ¿porqué hemos de tratar de borrarla del mapa como a la gripe o el paludismo? Ya lo estoy maliciando: el doctorcito nos va a venir con la cantaleta de las recetitas, las píldoras, las inyecciones y hasta las lavativas. Eso si que no, no lo hemos de consentir nosotros los arequipeños que nacimos junto con nuestra Nevada y que forma cuerpo con nosotros; de ese adorno para mí, enfermedad para el médico, vivimos orgullosos como los habitantes de Londres que también tienen su "Splín" y los orientales su "Amock".

Debido quizá a la Nevada, la tierra de Arequipa ha sido cuna de hombres ilustres, de poetas, escritores, pintores, mecenas y hasta melonchas. Nada menos, acaba de ser laureado hace poco el poeta Rodríguez Olcay [César "Atahualpa" Rodríguez]; ese viejo añoso muy pocas veces sacó la nariz fuera de las tierras arequipeñas y sin embargo, supo cantar como la alondra sus madrigales a la tierra donde el trigo crece hecho pan.

Pero, ¿qué cosa es la Nevada?... -se lo voy a decir- ¿Ud. no se ha sentido descompuesto y con frío, y para calentar el cuerpo se ha tomado dos dedos ralos de licor fuerte?, pues bien... Eso es la Nevada; pero para padecer de Nevada no se necesita ingerir licor, solamente se requiere haber nacido en Arequipa y vivir allí.

Habiendo tantos males curables e incurables que atacan al hombre y lo destruyen, da grima que los profesionales gasten su tiempo, talento y dineros en querer curar un mal que no es mal, sino más bien un adorno en la persona. Dónde se ha visto a un arequipeño sin Nevada; es como quererle quitar las pulgas a un perro. Alzo mi voz d eprotesta

De Ud. atento y seguro servidor..."


Manuel Sayán Avila
Chorrillos
L.E. 2838007


Carta a El Comercio. Lima, 9 oct. 1966, p. 2



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"Fiestas patrias" de Arequipa