La Navidad

01.

¡A la Huachi, Huachi… Torito!

Sin lugar a dudas que esta expresión t´ia despertau mucha curiosidá; peyotuaviya, s´ies que te vais enterar qu´es parte de una de las canciones más entonás pa´l Niño Dios en las épocas de Navidá. Dende tres diyas antes del 25 de dishembre, tuita la coriada del barrio nos arrejuntamos pa´formar la pandilla p´adorar al Niñito Jesús. Cada quien, con su pito, pajarilla, o su chin-chín [especie de sonaja o castañuela hecha manualmente con chapitas aplanadas, agujereadas y ensartadas en un alambre] eran instrumentos necesarios p´acompañar tanto al canto co´mual baile en parejas.

-¡Doña Panchita, ¿adoramos al Niño?

-¡Pasen, pasen… ya los estabámos esperándooo…! ¡Tenís que cantar muy juerte y bailar hasta que se rompan los caucachos! ¡Pasen, pasen, sajras; que por lo menos hoy diya n´uestán mataperriando…! Pero aquí n´uay plata! Solo muchos dulces y bizcochos que les podemos convichar… ¡Pasen, pasen…!

Previamente, habíamos hecho una selección de los nacimientos a visitar, pues algunas casas solo daban un par de pesetas para todo el grupo:

-¿Ande los Cuches…? ¡N´uentramos… son misquirichis! No ten dan n´iaguaaa…

-Ande los Gatos, sí´ay que cantar bien juerte y tuitos tenemos que bailar… porque shempre nos dan chicha dulces, fruta y harta propinaaa…

-Pero primero vamos a dentrar ande Las Candelas… a ver si las convertimos… como dicen que son brujas… redepente n´uan armau su nacimiento… Mas creyo que son… jedeques…

-Dirís, herejesss, babas tibias, pero como son las diablas… d´iaseguro no creyen en nadies…

-¡Güeno, güeno… alistarse, de tres en tres, qu´esta vieja loca, es un tanto amarrete, pero bien devotaaa…

-¡Aquí venimos, pa´dorar a su Niñito… como tuitos los añosss…

-¡Solo por esta vez… pasen, sajras badulaques!

Pronto, todos nos hallábamos frente a un hermoso Misterio y su vasto nacimiento que ocupaban una sala entera. Desde nuestros sitios, veíamos cómo subía una serie interminable de gradas y más gradas, fina y primorosamente decoradas con vívidas estampas del campo, pequeñas chacritas con sus racays de sillares y hasta con sus diminutos corralitos llenos de animalitos; incluso había hasta la pequeña copia de un bien hecho molino; asimismo, allí se mostraba nuestras sus peleas de toros y de gallos; mientras una gran estrella en un inmenso cielo, parecía alumbrar toda esa majestuosidad puesta de manifiesto al pie de la hermosa Virgen María, el bondadoso San José y el Niño Jesusito en su cunita de paja.

El Beno, nos hizo una seña y al momento, un entusiasta coro repetía con mucho entusiasmo aquellas letras y sus hermosas melodías aprendidas de nuestros hermanos mayores:

A la huachi, huachi, torito,

torito del portalito;

a las bolitas pasando,

yo las iré contando

Huachi, huachi, torito,

torito del portalito.


En el Portal de Belén hay una rosa hermosa,

que la plantó San José con su mano poderosa


Huachi, huachi, torito,

torito del portalito;

a las bolitas pasando,

yo las iré contando.


Apúrate "chascosa"

con la mamadera,(bis)

porque el Niño llora

y se desespera.(bis)


La vaca barrosa se ha comido el trigo (bis)

y el Niño le dice: "cuidado conmigo".(bis)

El toro azulejo se ha comido el "maíz"(bis)

y el Niño le dice: "cométe no más" (bis)

María lavaba, San José tendía(bis)

y el Niño lloraba del frío que hacía.(bis)

Niño Manuelito ¿qué querís comer?(bis)

"buñuelitos fritos, envueltos en miel" (bis)


AREQUIPEÑISMOS Y RECOPILACIÓN basados en el trabajo de Juan Guillermo Carpio Muñoz:

Adorar: aquí toma el sentido de cantar y bailar para el Niño Dios

Caucacho: zapato corriente y generalmente muy gastado

Convichar: convidar

Coriada: conjunto de coros o grupo de púberes

Chin-chín: instrumento musical rústico, hecho por los adoradores

Jedeque: cariche, quejumbroso; llorón

Misquirichi: coñete, avaro, tacaño

Peseta: moneda equivalente a 20 céntimos de sol

Peyor: peor

Racay: casa improvisada, morada muy humilde

Redepente: derrepente

Sajra: diablo; diablillo

Tuaviya: todavía

Compartido por Jorge Bernedo Paredes en FB, 24 dic. 2020

https://www.facebook.com/groups/1594106787361429/permalink/3212721635499928

02.

Los Tres Reyes en Los Perales

A 10 kilómetros de Arequipa, en el Pueblo de Tiabaya, en las faldas de una cadena de cerros se hallan ubicados los viejos Perales cuya edad fluctúan entre siglo y medio y los dos siglos de existencia.

El camino principal se abre al medio entre peñascos, caminos sin salida, casitas de techo de tijera torteados con barro, algunas pocas de sillar, y por allí o por acullá las picanterías.

Pastos verdes, grandes arbustos, el agua cristalina serpentiante que alimenta la tierra fértil por el día y por las noches este paraje se envuelve en encanto, y los que trabajan las chacras por las tardes se van a descansar quedando todo en silencio hasta el nuevo día.

Por todo lo antes dicho, desde tiempo inmemorial este lugar es el más visitado por los aledaños arequipeños en tiempo de Navidad y Año Nuevo pero la fiesta cumbre era la fiesta de los Reyes, ¡la Sacudida de los Perales!.

De todos los distritos iban caravanas, especialmente de la ciudad, los mancebos hacían competencia, montando caballos de paso o trote que obedecían a una voz o clavando las espuelas en los ijares del animal.

Las sillas eran artisticamente repujadas o decoradas con finas incrustaciones de plata, las bridas con aditamentos de metal, hechas por hábiles artistas arequipeños, obras que sólo hacen en algunas partes de Europa y que llamaron justa atención.

Los elegantes chacareros usaban monturas y elegantes pellones "sampedrados" , jipijapas, pantalón blanco, pañuelo blanco al cuello, y colgado de los hombros el vistoso poncho de vicuña, todo artisticamente decorado.

También se tenía que admirar a la mujer arequipeña, que se le miraba intrépida en lindos animales ensillados con montura de gancho y luciendo esbeltos talles, llamativas chaquetas y cauda, la que apenas dejaba vislumbrar la cabritilla abotonada a un costado, lucian una bien contorneada figura, completaba el ajuar amazónico un sombrero coquetón, guante de previl, cotillo de cuero o barilla de membrillo, o en otras épocas iban vestidas con los sugestivos miriñaques.

Si no poseían cabalgaduras se iban a las caballerizas, que hubieron muchas, como la de Torres, al final de la calle Pizarro, donde alquilaban caballos, espuelas, sillas de montar etc, a esto los que alquilaban decían "hay que hacerlos sudar hasta las patas", los afinados al hipismo, solían hacer carreras al costado de la línea férrea camino a Tiabaya, mientras que los pasajeros del tren apreciaban esta distraída competencia.

Los pobretones hacían el camino en burros, a pelo o a pie, los pobres animales cargaban a veces hasta 4 personas, con un paso lento.

Las picanterías se llenaban hasta rebasar, este era el caso de la Beltrán, Vilches, Manrique y demás, las mesas de madera y manteles de tocuyo, encima ostentaban, frutillas, habas, mote, choclos guaguitos, rocotos colorados como la candela y picaban como el diablo, que abrían el apetito, no faltaban los conejos chactados, la ocopa, finalizando, el estofado de gallina, para brindar con vino de uva, aguardiente o chicha de Guiñapo, y se brindaba por los reyes de Oriente.

Todo era acompañado por bandas de caperos venidos de diferentes distritos, que a veces se contaban por docenas, canciones pasadas, o alegres coplas, para los arequipeños románticos un yaraví, o tristes melgarianos, para variar el ambiente, interrumpía el "pianito ambulante", que en número de más de 50 se diseminaban por todo el poblado, tocando marineras que hacían bailar al público con sus pañuelos blancos sacando chispas al pavimento.

Los cantantes criollos entonaban "Las peras de Tiabaya son más dulces que la caña - pero las arequipeñas reales, ¡ay mamita! - valen más de 100 Perales, estas notas de franca alegría, resonaban en todos los ámbitos del paradisíaco y viejo boscaje.

Los "calas calzón sin forro" se encaramaban en los arbustos y parodiando a Sansón, "sacudian los Perales" cuyos frutos caían como maná del cielo, llenando cajones, canastas y hasta los bolsillos, todo por dos reales.

Los Arequipeños siempre fueron trejos y algunos con instintos boxeriles, se iban a las manos por que alguno de los asistentes lanzaba alguna mirada indiscreta a la esposa o en todo caso a la señorita enamorada, se trenzaban mano a mano, mas si uno caía al suelo el otro le decía valientemente "párese".

Dentro de la multitud figuraban personajes característicos, uno de ellos que nunca faltaba en aquel paseo y llenaba las alforjas con las riquísimas peras montado en su caballo blanco y "manzurron" fué el célebre Don Lucas de ancestro distinguido, bonachón y ocurrente como ninguno, cuyos cuentos han traspuesto fronteras, un día fué al carpintero llevando su bastón para que lo corte pues estaba grandecito (por que el se estaba acortando con la edad), cuando el maestro cogió el serrucho para cortarlo por el extremo del regaton, Don Lucas le gritó con voz tonante " ¡Animal!", no de ahí, de donde me esta grande es de arriba!.

En el año 1904, el Prefecto de Arequipa, Coronel Domingo J. Parra, organizó una excursión a los Perales compuesta por todos los veraneantes que se hallaban en Tingo, para esto se trasladaron en 20 carretas que eran empleados en Arequipa para transportar carga. Consistían en una plataforma con paredes, toda de madera, sus dos ruedas toscamente construidas median metro y medio de diámetro y estaban defendidas por llantas de Fierro por tres cuartos de pulgada por cinco de ancho y eran haladas por tres sufridos jamelgos, un guason (el conductor) montaba el de la izquierda.

Los improvisados vehículos fueron adornados con flores y gallardetes, se colocó techo de lona y asientos ocupados por damas, caballeros y niños.

Aquel día la proverbial belleza de la mujer arequipeña de franca sonrisa, trajes modestos y sombreros de "chito", hablaba de la afinidad con la mujer Andaluza, las chiquillas con sus hermosos cabellos rizados, las muchachonas con sugestivas trenzas, y las mamás de empinados "tupe". Los caballeros espingoneados, trajeados y llevando el consabido bastón.

La cavarana partió por la ¡bellísima alameda de frondosos sauces!, que en aquel tiempo unía Tingo con Tiabaya, acompañada por los acordes del batallón Zepita y así llegaron aquella tarde hasta los Perales y subir por el camino polvoriento y pedregoso y cumplir con la costumbre de "sacudir los perales".

En medio de la algarabía policromada, a la hora del ángelus la gente comenzaba a desgranar de entre el choclo de los Perales para recogerse a sus moradas, en esos años se dormia desde las 8pm, hora en que las campanas de algunos templos tocaban en señal de "silencio"!!.

Y así retornaban por el largo camino los paseantes mientras el sol se ocultaba tras de las colinas, y sus ultimos rayos iluminaban tenuemente, entraba la tarde plomiza para dejar un ennegrecido cielo, dejando ver radiantes estrellas que como la de Oriente guió los Reyes, asi también marcaba la ruta de quienes se despedían, tal vez por ves postrera de los añosos y frondosos Perales en los que nuestros padres y abuelos habían pasado momentos de grata ensoñación y futuras promesas.

Con ardor y estusiasmo

Festejaban los Mistianos

Los tres Reyes del Oriente,

Sacudiendo los perales

Y bebiendo muy formales

Chicha, vino y aguardiente

Esos Reyes ya no habrán

En la hermosa Ciudad Blanca,

Por qué más fácil veremos

"Sacudirse" hasta el Volcán!!

Arequipa, enero de 1952

Por: Carlos Muñiz Alcalá


*Diario el Deber, 4 y 5 de enero de 1952.

*Dibujo del reconocido artista arequipeño Sr. Leo Ugarte y Chocano.

Compartido por José Alonso Núñez Gambarini en FB, 05 ene. 2021

https://www.facebook.com/groups/1797275303856291/permalink/2762443184006160





Enlaces relacionados:

Timpusca de peras

Los Tres Reyes Magos de Tiabaya

"Chicha, vino y aguardiente" en Bajada de Reyes

Timpusca ya no hacen con peras de Tiabaya

Ensaladas navideñas

Nacimiento en la Catedral de Arequipa