La Feria de la Ciencia

La Feria de la Ciencia

Alfonsi Cañamero. IES Victoria Kent. Torrejón de Ardoz (Madrid)

Con el nombre de “I Feria Madrid por la Ciencia”, la Dirección General de Investigación de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid organizó en mayo del año 2000 unas jornadas, cuyo objetivo era mostrar la ciencia de forma directa y asequible, fuera del marco en el que normalmente se desarrolla. En el Pabellón de la Casa de Campo y durante tres días, centros de investigación, museos y alumnos de todos los niveles, desde Primaria a Bachillerato, realizaron en vivo y en directo diferentes experimentos. El carácter interactivo de los stands, dirigidos a público de todas las edades y, en especial, la actuación de los alumnos hicieron que este evento fuera un gran éxito.

El año siguiente se organizó la “II Feria Madrid por la Ciencia” en un espacio mayor, el Parque Ferial Juan Carlos I (IFEMA). Es en esta edición cuando el IES Victoria Kent, de la mano de Miguel Ángel Gómez, participó por primera vez, en colaboración con el IES Antonio Machado. Algunos alumnos, dirigidos por él, prepararon diferentes experiencias relacionadas con las energías renovables, construyeron un horno solar, un aerogenerador, etc. Esta experiencia le gustó tanto que nos convenció a los profesores del departamento de Física y Química y, más adelante a los de Matemáticas, para preparar nuestros propios proyectos Efectivamente, hasta este momento, el resto de profesores del departamento fuimos espectadores, pero a partir de ahí la maquinaria se puso en marcha, y empezamos a preparar nuestra participación para la siguiente convocatoria.

Al principio de curso seleccionábamos un tema, en este caso “Materiales sorprendentes de la vida cotidiana”, que se ajustaba muy bien a la línea de trabajo que seguimos en el instituto, en la que las experiencias prácticas siempre han ocupado un lugar preferente y hemos ido recopilando a lo largo de los años todo tipo de objetos de uso cotidiano que nos puedan servir para buscar alguna explicación científica. De forma paralela, los experimentos que preparábamos se iban publicando en nuestra revista “El rincón de la ciencia”. Aceptado el proyecto nos pusimos manos a la obra, reservamos un espacio en el laboratorio y lo convertimos en un pequeño taller, donde desarrollamos nuestras ideas y empezamos a experimentar con plásticos solubles, papilla de maíz, etc. Allí los alumnos ensayaban y entre todos preparábamos el decorado y todo lo necesario para los tres días de la III Feria. Nos llamó la atención que alumnos, que no eran de los más brillantes, sufrían una especie de metamorfosis dejándonos sorprendidos con su actuación.

El éxito de la feria iba en aumento, a partir de 2003 en la IV edición se amplió la duración a cuatro días y el espacio ocupado: uno de los pabellones más grandes de IFEMA. Siguiendo nuestra línea de utilizar materiales cotidianos, nos centramos en las transferencias de calor bajo el título “Frío, calor y botijos”. Elegimos para nuestras experiencias: las bebidas autocalentables, las bolsas de frío o de calor y el clásico botijo, del que no todo el mundo conoce su fundamento.

Con la experiencia adquirida íbamos perfeccionando tanto la selección de los experimentos como la puesta en escena de los mismos. Para la siguiente edición presentamos la que fue una de nuestras mejores propuestas, “Imanes en acción”, donde intentamos mostrar propiedades de los imanes de forma original y presentamos una sección de ingeniosos juguetes donde el campo magnético tiene un importante papel.

Más adelante y fruto de la colaboración con el departamento de Matemáticas surgieron nuevas propuestas, mostrando los puntos de encuentro de la física, la química y las matemáticas: “¡Vaya curvas!”, dedicado a la parábola y la elipse; “La ciencia de las mil y una pajitas” y “La ciencia de la ilusión”. Esta última propuesta fue, sin duda, la más elaborada y complicada de todas; nuestros alumnos tuvieron que convertirse en magos. Nosotros buscábamos las experiencias que pudieran servir para hacer algún truco de magia y dábamos a los alumnos alguna idea de cómo realizarlo; enseguida nos dimos cuenta de la desbordante imaginación de los chicos que innovaron y mejoraron la presentación.

En su novena edición con el tema “Ciencia repulsiva”, presentamos una colección de experimentos donde aparecen fuerzas de repulsión. Buscamos una ayudante muy especial “Enriqueta” (cabeza de las que se utilizan en las peluquerías) que soportó las descargas eléctricas sin rechistar.

Durante todos estos años, al poco tiempo de acabar cada Feria, Miguel Ángel ya tenía nuevo tema para la siguiente; de vez en cuando aparecía con el denominado experimento crucial del día y de esta manera supo entusiasmarnos a todos poniendo en marcha experimentos originales y sorprendentes. La Feria de la ciencia ya se había convertido en un importante acontecimiento, siendo una referencia para la organización de eventos similares en otras ciudades españolas (Sevilla, Mallorca, Murcia, Zaragoza), incluso hubo representación de una universidad portuguesa.

Cada año, una vez terminada cada Feria, en colaboración con el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de Madrid (MUNCYT), repetíamos algunas experiencias, durante un fin de semana, en las jornadas denominadas “Chicos y grandes”. Además los alumnos, instruidos por el personal del Museo, hacían de guías en la visita de éste, en las denominadas “Visitas muy animadas”.

Siempre tuvimos el apoyo del equipo directivo y de nuestros compañeros. Un día lectivo se organizaba una excursión masiva para que la mayoría de alumnos del instituto pudieran ver la Feria, algunos de ellos y muchos profesores volvían a ir el fin de semana y pasaban allí casi todo el día en lo que decían que fue una experiencia inolvidable.

La décima edición se convocó y habíamos presentado el proyecto sobre juguetes científicos, pero nunca llegó a celebrarse. Desaparecida la Feria de la Ciencia, el MUNCYT y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) organizaron por primera vez en 2009 una Fiesta de la ciencia, durante un fin de semana y al aire libre, manteniendo la estructura de la Feria pero a pequeña escala. Actualmente este evento se llama “Finde científico” y va por su cuarta edición. Hemos participado en tres ocasiones: “Aire, sol y agua” (2009); “Frío, frío… muy frío” (2010) y “La ciencia de la magia” (2011).

En los tres últimos años no hemos participado en este tipo de eventos, el volumen de trabajo al que tenemos que hacer frente, el cansancio que supone echar muchas horas extras, el fin de semana agotador y muchas circunstancias hacen que ya no podamos seguir con estas iniciativas.

Desde un punto de vista personal las distintas ediciones de la Feria nos han permitido conocer a muchos compañeros de otros institutos, contrastar y tomar ideas, convivir con nuestros alumnos, etc. Todo ha sido enriquecedor y muy divertido.

Miguel Ángel también es el promotor de nuestra participación en algunos concursos, como el XXIV concurso de becas de Investigación Didáctica “Investiga el entorno y exponlo”, donde obtuvimos una mención honorífica con el tema “Publicidad, ciencia o ficción”. Su entusiasmo y sus innovaciones hacen que todos los que formamos parte del Instituto Victoria Kent estemos orgullosos de poder compartir trabajo y amistad con él.