Salida al campo, Junín y Cerro de Pasco

El arte rupestre más temprano del Perú, una salida al campo con el arqueólogo Daniel Morales y estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Entre el 19 y 21 de junio del 2008, la base 2006 de arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el licenciado Daniel Morales Chocano, profesor del curso Arqueología del Perú I, nos invitaron a participar de la salida al campo a uno de los circuitos más famosos e importantes de la arqueología peruana. Este es un circuito dirigido de cuatros días por la impresionantes punas de Junín y Cerro de Pasco.

El licenciado Daniel Morales, es uno de los más importantes arqueólogos peruanos y en febrero del 2008 nos concedió una interesante entrevista sobre sus estudios de arte rupestre[1], donde destacamos una de sus más importantes contribuciones al estudio de este material arqueológico, es decir la propuesta de la primera secuencia cronológica del desarrollo del arte rupestre en el Perú (Fig. 1). El inicio de esta secuencia encuentra su fundamento en los sistemáticos estudios del Morales en la zona de Junín, llevados a cabo desde su época de estudiante hasta la actualidad, y cuyo marco de evidencia física se puede ver en la extraordinaria cantidad y calidad de sitios arqueológicos de la zona entre los que destacan los sitios con arte rupestre.

Figura 1. Secuencia estística del arte rupestre peruano (Morales 1993).

La salida a las punas de Junín y Cerro de Pasco ha sido diseñada por el profesor Morales y se incluye como parte de su cátedra universitaria. Ya hemos mencionado en otra reseña que las salidas al campo son una tradición de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos desde los tiempos del Maestro Julio C. Tello, y el arqueólogo Daniel Morales sigue claramente una línea educativa que es clásica de nuestra formación universitaria y que fue institucionalizada por el padre de la arqueología peruana. En general la salida es espectacular y el profesor Morales la llama como aquella para una arqueología de “extremos climáticos”, lo cual es absolutamente real.

Todo el circuito de hace sobre los 4000 mil msnm. y para personas no nativas requeriría de un proceso de aclimatación de varios días, los estudiantes pasaron una dura prueba al ser expuestos al medio ambiente de puna, y el profesor Morales dio el mejor ejemplo de aliento para promover la investigación nacional en las condiciones reales de nuestro país donde las evidencias de nuestras antiguas civilizaciones se encuentran expuestas.

Los primeros sitios en ser reconocidos consistieron en aleros rocosos con evidencia de ocupaciones precerámicas, la cuales pueden datarse aproximadamente entre los 10 mil años antes de nuestra era. De acuerdo al profesor Morales, estos sitios, como el alero de Tilarniyoq (Fig. 2), constituyen parte de los sistemas de residencia estacionaria y campamentos permanentes y temporales de los grupos humanos que dominaban las punas de Junín, y que tenían una economía basada en la caza de camélidos. La mayoría de los sitios mostraron gruesas capas de sedimentos arqueológicos acumulados con abundante material lítico, restos de fauna, y evidencia de quema localizada, hornos y otros; además de superposiciones culturales tardías. El profesor Morales estudió y excavó varios de estos sitios bajos las indicaciones del Dr. Ramiro Matos de la UNMSM y el Dr. Peter Kaulike del Seminario de Historia Rural Andina de San Marcos, esta experiencia es sobresaliente.

Figura 2.

El sistema vital de cazadores de puna incluía un extenso territorio asociado y diversos tipos de paradas estacionarias, es bastante claro que los grupos humanos utilizaron el ecosistema de puna con base primaria de su desenvolvimiento, sin embargo es probable que debieron incluir paradas en regiones más templadas como la suni y quechua o avanzadas en ambas vertientes andinas. La “puna” (Pulgar Vidal, 1946) es una importantísima región natural andina ubicada sobre los 4000 msnm., caracterizada básicamente por un clima frígido, un territorio de pampas onduladas, afloramientos rocosos, púquios, ichu (gras duro) y camélidos.

Otro de los sitios visitados fue la famosa cueva de Pachamachay, excavada por el arqueólogo americano Jhon Rick, la cual se ubica sobre un promontorio rocoso elevado. Toda la base física esta constituida principalmente de piedra caliza y la cueva debió formarse por la disolución de esta debido al flujo permanente de agua en la zona. Al igual que los aleros rocosos anteriores, la cueva esta cubierta literalmente de grandes sedimentos culturales. El profesor Morales examinó conjuntamente con sus estudiantes la cueva (Fig. 3) desarrollando explicaciones sobre las condiciones de vida en la zona, especialmente vinculadas a la laguna de Chinchaycocha, el ecosistema lacustre, y las salinas de San Blas; es evidente que el área expone un condicionamiento especial para el desarrollo de las poblaciones precerámicas en este territorio.

Figura 3.

Los sedimentos arqueológicos de las cuevas y aleros rocosos donde se ha detectado la ocupación precerámica exponen muchísimo material lítico de todo tipo, puntas, preformas, raederas, punzones, núcleos, etc; este material, tal como ha verificado el profesor Morales ha sido saqueado y prácticamente se ha removido de la superficie de Pachamachay; es muy probable que grupos de estudiantes escolares mal dirigidos hayan formado colecciones irregulares de puntas y otros objetos trabajados. Todo este material cultural es irremplazable y no debe ser removido de los sitios bajo ninguna condición, su perdida constituye una verdadera desgracia para el estudio del paisaje cultural de estas poblaciones antiguas.

Posteriormente a Pachamachay visitamos los yacimientos arqueológicos precerámicos de Ondores (Fig. 4), los cuales se localizan directamente al oeste de la laguna Chinchaycocha. Estos sitios se ubican sobre una larga cadena de farallones rocosos, al pie de la base de los afloramiento y en todo el gran talud frontal que da hacia el litoral lacustre. Este sitio es espectacular y muestra una extraordinariamente amplia y extendida falda de sedimentos con muchos materiales culturales expuestos. Este tipo de sitio demuestra en extenso, como precisó el profesor Morales, la larga permanencia de lo sistemas de ubicación de campamentos estacionarios de litoral lacustre, que son parte de los más grandes sistemas de pervivencia compleja en las punas de Junín de los cuales tenemos evidencia. La vista al lago es impresionante por su belleza y combina paisajes culturales de varios periodos, como un capaq ñam (camino real) Tahuantinsuyu y corrales más contemporáneos (Fig. 5).

Figura 4.

Figura 5.

Luego de visitar estos campamentos, entramos a Cerro de Pasco para reconocer el yacimiento de arte rupestre de Huayllay. Este se ubica al interior de es un bosque de piedras de más de 10 mil hectáreas de extensión constituyendo prácticamente la mayor concentración montañosa que encima esta área de punas en la región. El bosque de piedras amuralla literalmente la pampa noroeste de la laguna de Chinchaycocha (Fig. 6) conformando una integridad visual paisajística que contextualiza todo el conjunto cultural visitado. Es decir, pampa, laguna y montaña conforman una unidad multicomponente con ecosistemas integrados y que fueron aprovechados plenamente por los pobladores precerámicos y de todas las épocas posteriores, en Junín y Cerro de Pasco.

Figura 6.

La visita final a Huayllay es una brillante estrategia didáctica de la arqueología contemporánea que el profesor Morales viene implementando en su cátedra desde hace muchos años. Este sitio complementa en forma natural los contextos de vida y desenvolvimiento cultural de los pobladores precerámicos previamente identificados en sus bases, campamentos y refugios, mediante las imágenes pintadas rupestres que reflejan los procesos cognitivos de los estos mismos pobladores de las punas centro andinas. El profesor Daniel Morales es el único arqueólogo peruano que incluye la secuencia más comprensiva y completa del estudio multicomponente de la arqueología precerámica del Perú que usa el arte rupestre en forma sistemática para entender nuestro pasado; y este es sin duda un reflejo de la tradición Sanmarquina de los estudios arqueológicos iniciados por Tello.

Hayllay es uno de los más espectaculares sitios arqueológicos de arte rupestre del Perú. El sitio es inmenso y su arte rupestre esta constituido principalmente por pinturas, las que ocupan facetas expuestas de rocas, en aleros, cuevas y paredes naturales. Las pinturas rupestres, como prácticamente todas las evidencias rupestres del Perú, forman parte de complejos arqueológicos multicomponentes en gran y pequeña escala, tal como ha sido advertido por el profesor Morales durante toda la visita; en este sentido Hayllay expone éste material en contextos circunscritos a su entorno inmediato con materiales arqueológicos asociados como lítico y otros que constituyen la base primaria de su comprensión arqueológica. Sin embargo, como hemos dicho, estas pinturas se entienden ampliamente en contraste a todo el complejo cultural de puna andina.

El arte rupestre de Hayllay es multitemporal y deben haber al menos tres o cuatro tradiciones sostenidas con temáticas relacionadas (camélidos), las cuales se encuentran aparentemente combinadas en el territorio dominado por los afloramientos de rocas. Algunas claves importantes para la comprensión intra material de estas evidencias se encuentran en algunos aleros de profundidad o semi cuevas como la llamada “Cuchipinta” donde las pinturas se ubican en una de las paredes externas del interior rocoso (Fig. 7). En Cuchipinta las pinturas muestran una organización no aleatoria para la disposición de las pinturas, con posibles superposiciones, lo que indica una historia compleja de pintado rupestre en la zona. Este panel presenta motivos naturalistas estilizados con pinturas masivas seguidos de delineamientos y posibles representaciones geométricas.

Figura 7.

Otros aleros muestran también pinturas con historias particulares complejas, como la presencia de diversos parámetros estilísticos diacrónicos que incluyen siempre representaciones naturalistas estilizadas de camélidos con cuerpos de pintado en área, seguido por camélidos delineados algunos de ellos con “mechones de pelajes” representados por flecos interiores corporales formando especies de “achurados”. El profesor Morales identificó esta característica corporal naturalista de las representaciones animales, “los pelajes”, siguiendo uno de lo mitos andinos del origen de la domesticación de camélidos. Según nuestras observaciones combinadas al menos en Huayllay las representaciones de camélidos parecen iniciarse con las figuraciones naturalistas con pintura en área para continuar con los silueteados con o sin representaciones de pelajes. El profesor Morales identifica estos camélidos como vicuñas, lo cual es bastante coherente respecto del tipo de representación figurada hallado en los sitios (Fig. 8).

Figura 8.

Otros motivos muy probablemente posteriores incluyen figuraciones con tendencia a los geometrismos y figuraciones geométricas netas (Fig. 9), hay variaciones temáticas mínimas, pero hasta los periodos más tardíos, quizá durante el dominio Cusqueño en la zona, es claro que las representaciones de camélidos son dominantes en la imaginaria de los pintores de Huayllay. Esta representación, que es estadísticamente representativa, expone fuertemente el condicionamiento geográficos que la región imprime (un habitad especifico de camélidos) y que es sistemáticamente advertido como base de la economía de caza predominante en todas las estaciones de cazadores de puna de la región andina central. Aunque los condicionamientos de esta relación deben ajustarse, es absolutamente claro, tal como ha expuesto el profesor Morales, que existen todas las condiciones para el establecimiento de hipótesis de asociación cultural y cronológica de las primeras fases de pinturas rupestres en Huayllay; las que ya han sido expuestas contundentemente por Morales en su secuencia cronológica del arte rupestre peruano (1993).

Figura 9.

Huayllay es, no obstante esta propuesta, un yacimiento prácticamente inexplorado, siendo imperioso realizar serios estudios arqueológicos en sus materiales culturales, como estas pinturas, lo que el profesor Daniel Morales ha dicho repetidas veces. Los yacimientos arqueológicos con arte rupestre del Perú requieren serios estudios que incluyan programas de protección y puesta en valor definitiva. Parte del trabajo desenvuelto durante esta salida fue la propuesta de parámetros de protección y la recomendación pública por la valoración de estas reliquias dentro del marco de reconocimiento de una maravilla natural peruana como es el bosque de piedras de Huayllay. Ningún sitio en el Perú tiene el lujo de ser una maravilla natural y una maravilla arqueológica, Huayllay lo es, y es la herencia ancestral que debemos cuidar, proteger y estudiar para los nuevos hombres de las punas y andes peruanos.

Aunque hemos supervalorado los aspectos de la salida que incluyen solo la parte precerámica y el arte rupestre, el profesor Morales nos introdujo a las salinas de San Blas (Fig. 10) con cuyas investigaciones propuso su tesis de licenciatura. Este es probablemente el yacimiento cerámico más rico del Perú, con una secuencia ininterrumpida de materiales cerámicos estratificados que van desde el Periodo Inicial (2000-1000 ane.) hasta los tiempos coloniales, y republicanos. Posteriormente visitamos la llacta de Pumpu, estudiada por los arqueólogos Ramiro Matos y Alfredo Altamirano de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde pudimos estudiar arquitectura pre-inca, y cusqueña imperial en una zona de puna, y en esta secuencia visitamos también arquitectura colonial asociada con evidencias de manposterial cusqueña fina reusada.

Figura 10.

Como se puede ver esta salida es un verdadero lujo de recreo histórico y sin ninguna duda el más completo de la arqueología peruana. Es notable como el arqueólogo Daniel Morales nos expone a todos los periodos del desarrollo nacional, y en las condiciones de nuestras punas extremas nos enfrenta sin reparos a los problemas de nuestro pasado milenario; todos nuestros intereses son colmados bajo la tutela de este gran profesor sanmarquino, quien deliberadamente nos refleja el pasado con panoramas vívidos de gentes en movimiento, donde todos nos hemos visto en el tiempo, y donde todos seguimos aquí. En términos de investigación rupestre, esta salida es un modelo comprensivo de acercamiento a esta reliquia cultural y los que asistimos a ella hemos apreciado como la verdadera investigación metódica es la clave para comprender las quillcas de la historia nacional, que solo intelectuales como el arqueólogo Daniel Morales pueden exponer cabalmente.

Lima, 25 de julio del 2008

Gori Tumi Echevarría López

Arqueólogo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR)

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[1] Echevarría López, Gori Tumi. 2008. “Entrevista al arqueólogo Daniel Morales Chocano”. En APAR: http://groups.google.com/group/apar_peru/web/entrevista-al-arquelogo-daniel-morales-chocano

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Para citar este artículo:

ECHEVARRIA LOPEZ, Gori Tumi. 2008. El Arte Rupestre más temprano del Perú, una salida al campo con el arqueólogo Daniel Morales Chocano y estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En Salidas al Campo de APAR: http://groups.google.com/group/apar_peru/web/el-arte-rupestre-ms-temprano-del-per-una-salida-al-campo-con-el-arquelogo-daniel-morales-y-la-unmsm