EL ANFITEATRO. — las luchas de los gladiadores eran de origen etrusco y se practicaban en Roma, desde muy antiguo, en el Foro, al aire libre. La idea del primer anfiteatro surgió en tiempo de César, uniendo dos pequeños teatros desmontables de manera que el fondo (arena) quedase cerrado. El primer anfiteatro de piedra fue construido en tiempo de Augusto.
El Coliseo fue edificado por Vespasiana y Tito (siglo i de J. C.); podía contener hasta 50.000 espectadores. El anfiteatro se destinaba principalmente a las luchas de fieras y de gladiadores y a veces simulacros navales (naumachiae), llenando de agua la arena. Las naumachiae se celebraban también en lagos ex profeso; en tiempo de Claudio 19.000 hombres tomaron parte en -una naumachia.
APOLO. — Su culto es antiquísimo y nació probablemente en el Asia Menor. En Grecia fue, después de Zeus, el dios más venerado: su poder se extendía a todas las esferas de la naturaleza y de la vida humana, y aunque podía ejercer influencias nefastas, era por principio un dios protector, que producía el entusiasmo
sereno y equilibrado; fue principalmente dios de los oráculos en su templo de Délos, y dios de la poesía y, como tal, conductor o patrono del coro de las Musas;
algunas veces se le identificaba con el Sol (Helios). Fue introducido en Roma, seguramente en época de los Reyes, a través de los griegos de Cumas; tenia su
templo en el Campo de Marte; la mitología le hace hijo de Júpiter y Latona, y hermano gemelo de Diana, u m a r s y a s era hijo de un sileno del Asia Menor,
inventor de la flauta frigia; quiso competir con Apolo, inventor de la lira, y fue vencido; Apolo, en castigo, le hizo desollar vivo y su piel, hinchada como un
odre, fue suspendida en su fuente a semejanza de la urna de los dioses fluviales.
LOS BANQUEROS.—La usura era endémica en Roma; la practicaron de antiguo loa patricios como medio de desposeer a los pequeños propietarios y aumentar
sus tierras y sus clientes; el interés usurario ilegal solía ser muy crecido. Los grandes personajes para practicar la usura se escudaban en los banqueros
(argentarii) y en los agentes de cambio (nummularii), que en la época de las grandes conquistas adquirieron una importancia extraordinaria, a consecuencia
de las proporciones que alcanzó el comercio y de la necesidad que teníanlos ricos de colocar sus inmensas riquezas.
LOS OFICIOS.—En la Roma primitiva los oficios eran ejercidos principalmente por hombres libres que se quedaban en la calle sin tierras y sin patrono; los
esclavos y los libertos fueron eliminando de los oficios y profesiones a los hombres libres; ésta fue la causa de la masa enorme de inactivos, fermento de revoluciones, a la que el Estado alimentaba por medio del reparto de víveres (frumentationes). Las herramientas utilizadas por los romanos en toda la extensión del Imperio tenían un parecido extraordinario con las que se usan hoy en día; es indudable, pues, que las prácticas en los oficios deben a aquellos remotos tiempos más de lo que se suele creer.
LA BASÍLICA. — Entre los edificios del Foro, centro de la vida pública de las ciudades romanas, descollaban las curias y las basílicas. La curia servia a la vez para reuniones y asambleas y para oficina. En el adjunto plano de la Curia Julia, hoy iglesia de San Adriano, se ven las oficinas del senado (secretarium) [A], el atrio IB] y la sala de reuniones [Cl, de '¿5 m. de largo por 18 de ancho. ]] Las basílicas eran muy numerosas; a principios del Imperio se contaban cinco alrededor del Foro; la más antigua era del s. I I a. de J. C. La planta habitual de la basílica era una gran nave rodeada de una galería.porticada de dos pisos; en los corredores del piso bajo se hacían las contrataciones; los del piso alto servían para pasear. Para mayor capacidad del edificio se multiplicaron las naves, al igual que habían hecho ya los griegos; generalmente eran de tres naves, y a veces de más. De la basílica romana tomó el templo cristiano la estructura y el nombre y muchas veces el edificio mismo, como en el de Tréveris, que reproducimos. En la planta de la basílica de Pompeya se ve el emplazamiento del tribunal, en el fondo, frente a la puerta de entrada, pues las basílicas estaban destinadas especialmente a funciones de justicia.
EL CALZADO. — La toga exigía el zapato que cubre todo el pie (calceus); con la stola o la synthesis se llevaban sandalias (solesei. Los senadores usaban el
calceus encarnado atado con correas (corrigiae) y un arco de luna de marfil; era uno de los distintivos de que estaban más celosos; entrar a la categoría de senador se llamaba cálceos mutare. La sandalia fue, no obstante, el calzado preferente, es a medida que Roma iba atemperándose a las costumbres griegas.
EL CAMPAMENTO. — El ejercito romano hacia sus marchas de día y al pernoctar se fortificaba en un campamento, que era un pequeño trasunto de la ciudad,
No faltaban, pues, el ara, el forum para las asambleas con un estrado para las alocuciones, etc. El prsetorium era el cuartel general y residencia del cónsul
o pretor, procónsul o propretor que tenia el mando supremo con imperium, o sea con poder absoluto. La autoridad suprema era simbolizada por el
paludamentum, o sea la capa de púrpura |l Las guardias en el campamento se relevaban cada tres horas. De aqui la división de la noche en cuatro velas,
empezando a las seis: primera vela, segunda vela, etc., que pasó a la vida civil. Los ejércitos permanentes en la época imperial solían construir campamentos
fijos que se llamaban castra stativa. Estos castra tuvieron mucha importancia en la romanización y dieron origen a ciudades como, en España, León, nombre derivado de legio.
EL CIRCO. — Los circos para las carreras son de construcción más antigua que los anfiteatros; correspondían a los hipódromos griegos, de los cuales los
romanos seguramente tomarían modelo; en el s. m a. de J. C. existían ya el Circus Maximus y el Circus Flaminius. Las carreras apasionaban a las multitudes;
eran generalmente presididas por un magistrado o el emperador (praeses), que arrojaba un paño (mappa) para dar la salida a los carros alineadosen los carceres.
LOS JUEGOS PUBLICOS. — Los juegos públicos formaban parte de las ceremonias del culto y como tales eran organizados por los magistrados. Se dividían
en carreras en el circo, luchas en el anfiteatro y representaciones teatrales. Había: a) los Ludí Magni en honor de Júpiter, convertidos después en Ludi Romani, que se celebraban del 4 al 19 de septiembre: b) los Ludi Plebeii, que organizaban los tribunos del 4 al 17 de noviembre, y c) diversos Ludí dedicados a los dioses Cibeles, Ceres, Apolo v Flora.
CERES. — Deméter era en Grecia la diosa de la tierra nutricia y de los cereales; era hermana de Zeus, del cual tuvo una hija, Proserpina, Persepíione,
KoreJ, que fue raptada por Plutón. || En Roma el culto a Ceres era muy antiguo, pero a principios del siglo v a. de J. C. se asimiló al de Deméter hasta el punto que sus sacerdotisas eran griegas, Triptolemus fue un héroe de Eleusis a quien Deméter cedió su propio carro tirado por dragones para que enseñara la agricultura a los hombres.
BACO. — Dionysos, dios de la vegetación, es también el dios de la fuerza vital que' se manifiesta en el entusiasmo sin freno (orgia) y también en el éxtasis
que arrebata el alma; por esto también es el dios de las almas y de la resurrección; en el ambiente popular toma la forma vulgar de dios del vino. Pan suena la flauta pastoril (syrinx) e infunde a veces un terror inexplicable a rebaños y ejércitos (pánico). Los silenios son dioses de los ríos y las fuentes, convertidos en acompañantes de Dionisos. En la mitología griega Dionisos es hijo de Zeus y Semela. En Roma el dios de la fecundidad equivalente a Dionisos o Baco era Liber, que fue substituido por el dios griego.
EL COMERCIO. — Durante el Imperio romano se dio el caso por ¡primera vez de un esbozo de economía mundial, fomentado por la existencia de grandes
centros de consumo (Roma e Italia) que, con su densidad de población y su potencia adquisitiva casi fabulosa, atraían los productos de todas las regiones
del Imperio; y facilitado por el sistema de carreteras que daba rapidez al transporte, y por la creación de una banca poderosa que activaba el cambio y permitía las operaciones en gran escala. El comercio era, pues, activísimo; los carros de transporte viajaban en grandes hileras de una parte a otra del Imperio, como una especie de trenes; los productos llegaban a todos los países, y aquellos que podían echarse a perder, como el pescado, las ostras, etc., eran transportados con gran rapidez. || Se utilizaban documentos de pago que los bancos negociaban; como resultado de esta actividad económica los romanos conocieron y practicaron todas las especulaciones para provocar alteraciones de precios, con la inevitable secuela de crisis y catástrofes económicas a beneficio de unos pocos.
LA CONSTRUCCIÓN. — Los romanos utilizaban piedras y mármoles variadísimos de todos los países. Las canteras (lapicidinae) eran abiertas o subterráneas;
para la extracción de bloques se hacían ranuras de 0,35 a 0,45 cm. de,profundidad y de 0,25 cm. de ancho, en cuyo fondo se entallaban de trecho en trecho pequeñas cavidades para poner cuñas de madera que, dispuesta sen linea y dilatadas por la humedad, actuaban simultáneamente y hacían saltar la piedra en el sentido deseado. || Los romanos utilizaban adobes y ladrillos (lateres o testas). Los ladrillos tomaban también el nombre de sus dimensiones: bipedales (0,60 x 0,60 aprox.) sesquipedales (0,45 x 0,45), etc
Para cubrir los juntos de las tejas (tegulíe) se empleaban otras tejas (imbrices);las de los bordes acababan en autefixa; las tejas romanas suelen llevar estampillas con nombres muy variados de los propietarios, de los obreros, de los comerciantes, de los puertos, año de fabricación, monumento a que van destinadas, etc., y signos que permiten identificarlas. || Los instrumentos para asentar los bloques eran: palancas (ferreus vestís), parihuelas(phalangae), cabrestantes y, cabrias (suculse), y poleas (orbicull).
LA COMIDA. — Los romanos celebraban los banquetes tendidos sobre camas de mesa, generalmente para tres personas (triclinia), o para dos (biclinia).
La comida principal era la cena hacia las cuatro de la tarde; hacían, además, un desayuno (ientaculüm) y una colación hacia el mediodía (prandium).
En las grandes comidas los comensales se quitaban las sandalias,hacían unas abluciones (ablutiones) y se coronaban de flores; las comidas ordinarias se hacían de una manera más sencilla..Además de las cocinas y Juegos había gran variedad de fogones portátiles, algunos muy lujosos y complicados; los instrumentos de cocina eran muy parecidos a los que usan las cocinas más exigentes, con la diferencia de ser muchas veces más ricos, más elaborados y también más bellos. || La falta de hosterías recomendables y la dificultad de comunicaciones había fomentado la hospitalidad, que creaba un lazo moral entre las familias, transmitido de padres a hijos, los huéspedes cambiaban signos de reconocimiento entre ellos (tesseree, o dos manos juntas de métal).
CIBELES. — La Rhea griega, aunque fue originariamente la Cibeles frigia, no tuvo en Grecia, en la forma de Cibeles, un culto muy generalizado. El año
¿00 a. de J. C. fue llevada a Roma la piedra sagrada de la Magna Mater Idíea, pero su culto y el de su compañero Attys no se desarrolla hasta el Imperio
y entonces adquiere un furor inusitado. Según la mitología, Cibeles es la hija del Cielo y de la Tierra, esposa de Saturno y madre de Júpiter, Neptuno, J u n o *
y Ceres. Attys es el dios de la vegetación; después de unos amores con Cibeles es mutilado y muere; luego resucita y vuelve con la diosa, que le pasea en
triunfo en su carro tirado por leones. Los incidentes de la vida de Attys eran objeto de tiestas y actos en los cuales los fieles lloraban, entraban en el delirio,
se flagelaban e imitaban a Attys en su horrible mutilación, Mithra es el dios solar a de la luz, de los persas; su culto fue el más difundido y el más completo
de todos los cultos orientales. Mithra era también un dios protector de los hombres en lucha con el mal; todos los incidentes de su vida son objeto de
una explicación, tanto mitológica como religioso-filosófica. El primer acto de Mithra como dios protector de la humanidad es el sacrificio del toro divino,
cuya sangre es fuente de vida. La iniciación al mitraismo era muy compleja y muy diferente de la de los otros cultos; comportaba siete grados de significación
y preparación difíciles. El ritual del culto estaba también lleno de ceremonias y prácticas que llegaban a ser impresionantes, La diosa Astarté de los fenicios fue la única divinidad importada de Cartago, donde tenia el nombre de « Tanit», y puede considerársela como la Venus fenicia. 11 La Diana Efhesia era muy diferente de la Artemis griega; en contacto con Cibeles y Astarté se apropió los ritos sensuales y monstruosos de las divinidades orientales.
DIANA. — La Artemis griega era en un principio la diosa indígena de la fecundidad y del triunfo primaveral, pero también la diosa de los muertos, en cuyo
aspecto se la identificó con Hecate, recibiendo sacrificios humanos como el de Ifigénia; el símbolo que, no obstante, prevalece en ella es el de diosa cazadora,
joven y esbelta que corre por los bosques con un cervatillo y su arco. 11 Un dia que se bañaba en estas correrías, un principe, Acteon, que acertó a pasar cazando, apartó las ramas que la ocultaban; ella, indignada, le roció con agua y le transformó en ciervo, y los propios perros de Acteon le devoraron. Niobe,
hija de Tántalo, se vanagloriaba de tener seis hijos y seis hijas cuando Latona no había tenido más que dos. Artemis y Apolo se vengaron del ultraje
inferido a su madre matando a todos los hijos de Niobe. Artemis se identifica también con Selene (la luna), que besa por la noche al Pastor Endimión, castigado por Juno a dormir durante treinta años. En Roma fue también Diadfc una diosa indígena; se le construyó un templo en el Aventino y su fiesta se celebraba en los idus de agosto; más tarde fue identificada con la Artemis griega, con la que tenía un gran parecido..
LA CASA. — La célula Ae la casa romana fue el atrium, vasta habitación sin> más aberturas que lo puerta y un agujero en el centro del techo (compluvlum)
Por donde entraba la luz, el aire y la lluvia; ésta se recogía en una cavidad central (impiuvium). Toda la vida familiar tenía lugar en este ámbito. Posteriormente se fueron añadiendo alrededor del atrium habitaciones diversas para dormir (oubicula), para comer (triclinium) o de embellecimiento (tabllnum, vestibulum, etc.). La adición de un patio posterior (perlstylum) completó y enriqueció notablemente el plano de la casa. Esta era la casa familiar. Existían, además, grandes casas de alquiler, con pisos v habitaciones semejantes a los nuestros (Insulas), constituyendo a veces grandes hacinamientos; eran edificios poco sólidos que se derrumbaban o se incendiaban con facilidad. El exterior de las viviendas era casi siempre mezquino, aunque los interiores fuesen con frecuencia muy lujosos ;
los romanos, como los griegos, reservaban la magnificencia para los templos y los edificios públicos*
LA EDUCACIÓN. — La educación romana giraba en torno a la vida pública.En los primeros tiempos se exigía sólo el cumplimiento de los deberes de familia, base del Estado, y de los deberes militares, cimentado el conjunto con las prácticas religiosas, que constituían en Roma el fundamento de la vida civil y política. Esta educación se daba en casa a través del padre como cabeza de familia y como elemento del Estado. Existían, no obstante, y desde muy antiguo, maestros (ludi magistri) que enseñaban estrictamente a leer, escribir y contar. || Con la grandeza de Roma las necesidades fueron más vastas y la cultura más ambiciosa. La primera formación se daba generalmente por medio de un esclavo (litterator) o un liberto como preceptor (grammatlsta). Sí los niños iban a la escuela, les conducía un esclavo llamado psedagogus. Pero la formación completa se daba en la escuela de gramática por el grammaticus, en una escuela de tipo secundario imbuida de cultura griega, cuya finalidad era formar al orador (orator), o sea al hombre público ideal y completo. Para una formación más elevada los grandes personajes concurrían a las escuelas de Atenas, Rodas, etc. || Para la escritura corriente se usaban tabletas de cera (tabellse) y un estilete (stilus); los libros eran de papyrus, escritos en tinta (atramentum) y arrollados (volumen) sobre un cilindro de madera (umbilicus): algunas veces se disponían en pliegos y constituían
el codex o caudex. || Las bibliotecas públicas no se conocieron en Roma hasta que los romanos entraron en contacto con el mundo helenístico. Asinius Pollio fundó la primera el año 39 a, de J. C.; después Augusto creó la suya en su palacio del Palatino; la costumbre se propagó de Roma hasta las provincias más remotas. Las grandes bibliotecas solían contener una sala de lectura de grandes dimensiones y las dependencias anexas para depósito de libros.
DIVINIDADES DE PROVINCIAS. — Los romanos toleraron los cultos de las provincias romanizadas, por ejemplo, los de la Galia, donde se encuentran en
época romana y, en cierta forma, romanizados: Epona, diosa de las caballerizas; Sucellus, el dios del mazo, sel buen golpeador»; Cerunnus, el dios de los cuernos
de ciervo, y la triada de las Matres.
EL SERVICIO MILITAR. — El servicio de las armas estaba en Roma vinculado indisolublemente a la ciudadanía; todos los hombres útiles (salvo los más pobres) servían en el ejército activo hasta los 30 años y en la reserva 14 año» más; en caso de necesidad podían ser llamados los viejos e inválidos (causaril); Las campañas se hacían en los primeros tiempos durante el verano y el otoño; el servicio era gratuito y además cada soldado se vagaba el equipo. Pero cuando la guerra se hizo endémica, las campañas fueron permanentes y los soldados recibieron un sueldo, se apeló entonces a la conscripción y al reclutamiento
mercenario. Siempre, no obstante, para entrar en la legión era precisa la ciudadanía; por tanto, si se reclutaban esclavos y libertos, se les hacia previamente ciudadanos; cuando en la época imperial el ejército se llenó de bárbaros, el agente reclutador al inscribirlos decía «Romanus es». Se prestaba juramento militar (sacramentum) al general, lo cual afeaba un vínculo específico entre éste y su ejército; este hecho explica la autoridad personal que andando el tiempo adquirieron los generales, los cuales se servían del ejército como de una fuerza propia y actuaban al margen del senaMo hasta crear el poder subrepticio que culminó en el imperio.
LAS CEREMONIAS FUNEBRES. — Las exsequiae eran en Roma un aspecto del culto de los muertos, y uno de los fundamentos de la constitución de la família y del sentimiento de patria. Los muertos podían ser inhumados o incinerados; en este caso se debía cortar un miembro al muerto y enterrarlo. La clase media y los humildes construían sepulturas en común con pequeños nichos para las urnas cinerarias, llamados columbaria, por su parecido a nidos de pichones. Entre las clases nobles o ricas los muertos eran expuestos en el atrio durante tres y más días, cubierto el rostro con una careta de cera (imago); Las plañideras a sueldo no cesaban de invocar al difunto., En el acto del entierro de los patricios o magistrados abrían el cortejo comparsas vestidos con las caretas de los antepasados. Al pasar la comitiva por el foro, un pariente o amigo del muerto pronunciaba una oración fúnebre (laudatio) ante el pueblo y los fingidos antepasados, que escuchaban sentados en sillas curules. Para el sepelio los ricos construían magníficas sepulturas (monumental a lo largo de las carreteras que salían de Roma, especialmente. la Via Apia. El derecho a imiago (ius imaginum) era un privilegio de los magistrados y de los nobles,que concedía el senado-
CRONOLOGIA ROMANA
753 Fundación legendaria de Roma.
509 Fin de la Monarquía, según la tradición.
494 Legendaria retirada de la plebe al Monte Sagrado. Origen del Tribunado.
493 Primera Alianza latina.
451-450 Decenvirato: origen, según la tradición, de las Doce Tablas.
406-396 Guerras contra Veyes y caída de la ciudad.Fin del poder etrusco.
390 Roma en poder de los galos.
340-338 Guerra latina. Disolución de la Alianza.
326-304 Primera guerra con los samnitas. (321) Horcas caudinas.
298-290 Segunda guerra con los samnitas. (295) Victoria romana de Sentinum.
285-283 Lucha con los senones; derrota de los romanos en Arretlum y victoria definitiva de Roma en el lago Vadimón.
282-265 Guerras Pirro - Tarentinas y conquista de la Magna Grecia. (280, 279) Victorias de Pirro en Heraclea y Asculum. (275) Derrota de Pirro en Benevento. (272) Muerte de Pirro.
264-241 Primera guerra púnica. (260, 241) Victorias romanas de Milae y de las Islas Egatas. Sicilia, primera provincia romana.
229-228 Guerras llíricas. Primer contacto exterior con el mundo heleno.
225-222 Conquista de la Galia Cisalpina.
218-201 Segunda guerra púnica. Aníbal. (213, 217, 216) Derrotas romanas en Teslno y Trebia, Trasimeno y Canas. (212) Toma de Slracusa por los romanos y de Tarento por Aníbal. (211)Derrota de Asdrúbal en Metauro. (202) Batalla de Zama.
200-196 Guerra contra Filipo V de Macedonia. (197) Victoria romana , de Cinoscéfalos. (196) Libertad de Grecia.
192-189 Guerra contra Antioco de Siria. (196) Victoria romana de Magnesia.
183 Muerte de Aníbal y de Escipión.
168 Derrota de Perseo de Macedonia en Pidna.
149-146 Tercera guerra púnica. Destrucción de Cartago. Creación de la provincia de Africa.
146 Derrota en Macedonia del Pseudo-Filipo. Destrucción de Corinto. Creación de la provincia de Macedonia (con Grecia).
133 Destrucción de Numancia. Muerte de Eumenes de Pérgamo. Asia, provincia romana. Tiberio Sempronio Graco, tribuno de la plebe. Cayo Sempronio Graco, tribuno de la plebe.
120 Creación de la provincia de la Galia Narbonense.
112 -105 Guerra de Yugurta.
105 -101 Invasión de los Cimbrios y Teutones: su triunfo en Arausio (105) y sus derrotas en Aquae Sextae (102) y en Vercellae (101).
91 - 88 Livio Druso y la guerra de los federados.
88 P. Sulpicio Rufo, tribuno de la plebe. Concesión de la ciudadanía a los itálicos. Sila conquista Roma.
87 - 86 Consulados de L. Cornelio Cinna y de Mario.
87 - 85 Guerra de Sila contra Mitrídates del Ponto.
83 - 79 Predominio de Sila. (83) Segunda guerra de Mitrídates.
78 Muerte de Sila.
78 - 72 Consulado de Lépido (78-77). Sublevación de Sertorio.
74 - 63 Tercera guerra de Mitrídates. (64) Pompeyo hace provincias romanas a Siria y a la Judea.
73 - 71 Guerra de los esclavos.
70 Consulado de Pompeyo y Craso.
68- 67 Guerra de los piratas.
63 Consulado de Cicerón. Conjuración de Catilina.
60 Primer triunvirato entre Pompeyo, Craso y César.
59 Consulado de César.
58 -49 César en las Gallas. (53) Muerte de Craso en el Asia.
49 César pasa el Rublcón.
48 Batalla de Farsalia. Muerte de Pompeyo.
47- 45 Victorias de César en Cela (48), Tapso (46) y Munda (45).
44 Muerte de César.
43 Segundo triunvirato entre Octavio, Antonio y Lépido.
42 Victoria de Octavio en Filipos. Muerte de Bruto y de Casio.
41- 40 Luchas entre Octavio y Antonio. Guerra de Perusa.
31 Victoria de Octavio en Actium. Muerte de Antonio.
29 Fiestas de la Victoria y de la Paz en Roma.
27 Octavio proclamado Augusto.
27 -9 Augusto. Guerra contra cántabros y astures. (20) Guerra en el Danubio.
´ -9 Muerte de Druso. Victoria de Arminio en la Selva de Teutoburgo.
-4 Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
14 Muerte de Augusto.
14 -37 Tiberio. (14) Expedición de Germánico contra los germanos.(21) Muerte de Arminio.
37- 41 Calígula.
41- 54 Claudio.
54- 68 Nerón. (60) Suetonio Paulino en Britania. (64) Incendio deRoma y primera persecución cristiana.
68- 69 Galba, Otón y Vitelio.
69- 96 Los Flavios. (69/79) Vespasiano; (70) destrucción de Jerusalén. (79/81) Tito; (79) erupción del Vesubio. (81/96) Domiciano.
96-192 Los emperadores adoptivos. (96/98) Nerva. (98/117) Trajano. (117/138) Adriano. (138/161) Antonlno Pío. (161/180) MarcoAurelio; (166) guerra de los partos; (167/180) guerra de losmarcomanos. (180/192) Cómodo.
193-235 Los Severos. (193/211) Septimio Severo. (211/217) Caracalla. (217/222) Heliogábalo. (227/235) Alejandro Severo.
235-284 De los Severos a Diocleciano. (235/238) Maximino. (238/244)Gordiano. (244/249) Filipo el Arabe. (249/251) Decio; persecución contra los cristianos. (253/260) Licinio Valeriano. (2601268) Galieno. (268/270) Claudio II. (270/275) Aureliano; construcciónde las murallas de Roma. (276/282) Probo.
284-305 Diocleciano. (302) Persecución de los cristianos. (303) El sistema de los cuatro emperadores. (305) Indicación de Diocleciano y Maximino.
305-323 Los cuatro emperadores (312) Victoria de Constantino en Ponte Molle: muerte de Majencio y edictos de tolerancia de Milán y Nicomedia a favor de los cristianos. (323) Derrota de Licinio.
323-327 Constantino el Grande. (325) Concilio de Nicea. (330) Fundación de Constantinopla.
337-361 Los hijos de Constantino.
361-363 Juliano el Apóstata; persecución cristiana.
364-378 Los Valentinianos. (364/375) Valentiniano I. (364/378) Valente. (375/383) Graciano. (375/392) Valentiniano II; (375)invasión de los hunos; comienzo de la Invasión bárbara.
379-395 Teodosio el Grande. (380) Edictos de Milán y de Tesalónica que elevan el cristianismo ortodoxo a 1 religión del Estado. (395) Alarico, rey de los visigodos.
395-408 Arcadlo en el Imperio Oriental.
395-423 Honorio en el Imperio Occidental. Estilicón vence a Alarico en Pollentia (402), Verona (403) y a Radagaiso en Fiésole (402).
405 Los vándalos, suevos y alanos invaden España.
408 Muerte de Estilicón.
410 Alarico en Roma. Muere en Busento el mismo año.
419 Los visigodos se instalan en el sur de las Galias y en España con Ataúlfo.
423-455 Valentiniano III. (429) Los vándalos se trasladan al Africa. (443) Establecimiento de los borgoñones en las Galias. (449) Los anglosajones invaden Britania. (451) Derrota de tes hunos en los Campos Cataláunicos, por Aecio. (452) 'Entrada de los hunos en Italia. (453) Muerte de Atila y disolución
de su reino. (455) Los vándalos en Roma.
475 Rómulo Augústulo, último emperador romano, es depuesto por Odoacro, rey de'los hérulos.
LOS VESTIDOS DE LA MUJER. — Las mujeres romanas llevaban como ropa interior una camisa, y, encima, la stola, ropa talar de muchos pliegues parecida a la túnica de los hombres; se cubrían con la palla, manto rectangular parecido a la toga. A veces substituían la palla por el supparum, manto de tela ligera que llegaba hasta, los pies. El peplo era un manto rectangular que se unía en la espalda derecha con una fíbula, y se ceñía al cuerpo con un cinturón; es el manto clásico que las damas griegas vestían sobre la túnica llamada chiton. La preocupación máxima de las damas romanas (como de las griegas) era el peinado, que cuidaban con mucha exquisitez.
La peinadora se llamaba ornatrix. Como dato curioso, las damas que se hacían retratar en mármol, modelaban el cabello en mármoles sueltos para poder cambiar el peinado al compás de la moda. || Los objetos de tocador, afeites, cosméticos, pinzas, strigiles, etc., no tenían nada que envidiar a los modernos, al igual que los objetos de adorno: agujas (acus), peines (pectines), hebillas y broches (fibulae), ligas (periscelis), y las joyas: anillos (anuli), brazaletes (armillae), collares (monllia, torques), pendientes (inaures).
EXPANSIÓN POLÍTICA DE ROMA
¿Por qué procedimientos políticos llegó Roma — una ciudad — a uncir a su carro el imperio más grande y más diverso que conocieron los siglos? Roma hizo su primer ensayo, muy remoto, con la dominación y asimilación del Lacio, lo cual le dio la pauta para llegar a la unidad italiana y después, con los necesarios retoques, a la dominación del mundo . La obsesión por no desnaturalizar su propia constitución política, que tenia — no hay que olvidarlo — un fundamento religioso muy pertinaz, fue quizá lo que llevó a los romanos a aguzar su ingenio para mantener aquella formidable integridad, de la cual las legiones conquistadoras del mundo no eran más que un trasunto. El peligro de desaparecer ella misma absorbida, por el número de los vencidos, la imposibilidad de encerrarse sin ninguna renovación en cuadros limitadísimos de su organización, ciudadana, y el hecho de no disponer de medios propios suficientes para continuar la empresa a que se hallaba arrastrada por su propio empuje vital, hicieron comprender desde un principio a Roma la necesidad de realizar con la
máxima habilidad y prudencia la incorporación de los pueblos vencidos al régimen de ciudadanía, siempre a base de ejercer, empero, sobre ellos el dominio suficiente para anularlos políticamente y para sacarles los recursos en hombres y en dinero que le fuesen necesarios. Los procedimientos políticos de dominio y la asimilación en Italia fueron tres: la anexión, el establecimiento de colonias y la federación.
La anexión era el procedimiento más expeditivo, porque representaba la aniquilación política total; pero era el más peligroso, porque implicaba la incorporación del país anexionado al régimen de la ciudad.
Algunas veces los habitantes eran desarraigados o reducidos a la esclavitud; otras eran sumados a las multitudes de la plebe ciudadana o rural. Para obviar en la anexión los peligros de la incorporación en masa a la ciudad de elementos extraños, los romanos hallaron la solución fecunda del munieiprum, en la cual las ciudades anexionadas, o bien recibían una organización parecida a la de Roma, o eran administradas por prefectos (praefectl iuredicundo) nombrados por los comitia tributa o delegados simplemente por el pretor urbano, tos habitantes de ¡os municipios eran ciudadanos romanos, pero de derecho restringido (minuto iure), o sea, que tenían los derechos civiles (lura prlvata), pero no los políticos (lura publica). Esta era. la llamada civitas sine suffragio.
Las colonias fueron en principio establecimientos de ciudadanos romanos en lugares de importancia estratégica o en países difíciles, alas orillas del mar, a título casi de guarnición militar. Se llamaban colonias romanas en contraposición a las colonias latinas. Estaban constituidas en bloque por ciudadanos romanos con plenitud de derechos, optimo iure, y organizados a semejanza de Roma. Los ciudadanos romanos que las fundaban no perdían nunca sus derechos, y los
indígenas que pasaban a habitarlas recibían derechos restringidos como hemos visto en los municipios. Las colonias llamadas latinas, fundadas algunas por los latinos, antes de la desaparición de la liga y otras por los romanos con elementos exclusivamente italianos, eranorganizadas en el interior y estaban sometidas al régimen federado..
En la federación es donde Roma hizo gala dé su destreza política.
La eficacia del sistema estribó en que el pacto federal (foedus) era exclusivamente de cada unidad ( ciudad, colonia, país) una por una con Roma; ellas entre sí no teman ningún lazo político legal. Este sistema permitió a Roma establecer cierta graduación de tratos que redundaban en beneficio de la metrópoli a la par que contribuía a ahondar las malquerencias entre los sometidos: «Divide y vencerás» fue la norma constante de Roma. Los pueblos federados eran por principio extranjeros (peregrini). Cada entidad política regulaba sus derechos por un tratado especial (foedus) con Roma; era su carta de libertad. Existían dos grandes grupos de países federados: los que celebraban con Roma un pacto de igualdad (foedus aequum) y conservaban sus derechos soberanos, sus instituciones, sus tribunales, etc. (Nápoles, por ejemplo) y los que estaban sometidos a un pacto discrecional por parte de Roma, que de hecho equivalía a un régimen de protectorado o de clientela Por último, las colonias latinas tenían un trato especialmente favorable, pues sus habitantes gozaban con Roma la comunidad de derechos de casamiento (ius connubil) y de propiedad (ius cammercii) y llegaban a obtener la ciudadanía con sólo instalarse en Roma. Los pueblos federados venían obligados a las cargas militares, de acuerdo con los pactos establecidos, y constituían los contingentes de aliados (socii). El acceso a la ciudadanía se verificaba principalmente a través de los municipios y de las colonias. Gran número de ciudadanos sine suffragio 4e los municipios llegaron con facilidad a la plenitud de derechos; todo habitante de un municipio que había ejercido en él un cargo público adquiría automáticamente el derecho completo para él y para sus descendientes. Hemos visto también hasta qué punto las colonias latinas eran privilegiadas en estos aspectos. Pero, aparte del régimen político, Roma ejercía una
acción asimiladora a través de la cual se creaba la verdadera unidad moral de todos los países itálicos hasta el punto de que poseer ciudadanía romana constituyó la aspiración máxima de todos los habitantes de la península. Esta acción la ejercía Roma por el ejemplo de su organización política y jurídica, por su intervención pacificadora y de orden en el interior del país, por las ventajas materiales de sus grandes obras públicas (carreteras, puentes, obras hidráulicas, mejoras agrícolas, etc.). Pero la ciudadanía no la obtuvieron los itálicos en masa sin luchas cruentas; sólo en el año 88 a. de J. C„ después de la guerra llamada de los federados, se concedieron los derechos civiles a todos los itálicos que habitaban al sur del Po.
DIOSES FAMILIARES ROMANOS . — Dentro del hogar doméstico, en una pequeña capilla, se veneraba a los Lares, generalmente dos, que eran los dioses protectores de la casa y del ajuar, y a los Penates, generalmente uno, que eran protectores de las provisiones. Entre los penates se contaban Júpiter, Jano y Vesta. Ianus era protector de la puertas (ianua); pasó a la categoría de dios público; se le dedicó u n templo cuyas puertas sólo se cerraban en tiempo de paso; y se le consideró dios de todos los principios: primer día del año (ianuarius), de las calendas de cada mes, de las primeras horas del día (matutinas) y, asimismo, principio de todas las cosas (principíum deorum). Portunus era el Jano de los puertos Tenían además los romanos los innumerables numina , que eran divinidades muy imprecisas. Pero la gran diosa del hogar era Vesta, la Bestia de los griegos, diosa del juego, del hogar familiar y también del hogar del Estado,que no debía apagarse nunca.
DIVINIDADES ORIENTALES. — El panteón romano, enriquecido ya con los dioses griegos, fue adoptando también los dioses de los otros países a medida
de sus conquistas; pero la introducción de los dioses orientales, que coincidió con el crecimiento del imperio y el desarrollo de una cultura más refinada
y con necesidades espirituales más profundas que tos de los rudos conquistadores primitivos, transformó por completo el carácter de esta naturalización
mitológica y aun el de las aspiraciones del pueblo. El contacto con Oriente despertó tendencias de expiación y de unión religiosa con la divinidad; despertó,
en realidad, la verdadera religión interna que acogió con fervores exóticos el misticismo y la filosofía de las religiones más extraviadas, hasta que triunfó el cristianismo. Los cultos de esta clase pueden dividirse en tres grupos: el de Egipto, con Isis por centro; el de Asia Menor, alrededor de Cibeles , y el de Persia, representado por Mitra. Estos cultos tenían de los ritos de expiación y purificación y el sentimiento de la vida futura, que en la religión típicamente griega hallamos sólo en los misterios órficos y de Eleusis. El culto de Isis, Osiris y el cortejo de dioses egipcios llegó de Alejandría a Roma a mediados del siglo I I a. de J. C., pero su adopción fue lenta porque el senado y los emperadores hasta Caligula lo persiguieron; los Flavios fueron los primeros que lo acogieron con favor. El ritual ordenaba servicios cotidianos y fiestas solemnes, las más importantes de las cuales eran la del navigium Isidis en que se lanzaba un barco al mar, y la inventlo, o sea la fiesta de la resurrección de Osiris. La iniciación en el culto, llena de misterios como todas las orientales, ha sido explicada por Apuleyo en sus Metamorfosis.
LA MÜSICA. — Los instrumentos de cuerda se dividían en dos grupos: unos con las cuerdas montadas al aire (lyra) y los otros con caja de resonancia
(cithara, pandura); las cuerdas de los primeros eran de dimensiones desiguailes. Entre los instrumentos de viento se contaba el órgano hidráulico (hydraulus), muy poco conocido, que funcionaba con agua; la flauta (tibia), el cornu, la buccina, la tuba, el scabellum. el lituus y los instrumentos rústicos como la syrinx y la fístula. Estaban, por último, los instrumentos de percusión: tympáSum, cymbalum, crotala, sistrum.
DIVINIDADES PROPIAMENTE ROMANAS. — La mitología griega, con su riqueza representativa y su fondo inextinguible de humanidad, se impuso de tal modo en Roma, que parece como si los romanos no tuviesen mitología propia. Si se entiende por mitología un sistema cosmológico explicado por alegoría y símbolos, evidentemente los romanos no la tenían. Pueblo práctico, de poca imaginación, ocupado en los problemas inmediatos, su mitología no tenia casi más trascendencia que la del ámbito y momento en que las cosas se producían., Pero esta mitología, que no cristalizó en sistemas, ni en representaciones, ni en leyendas, se identificó con el culto y, a través de éste, con la vida familiar y del Estado. En el culto tomó esta mitología su forma corpórea característica de ritual y de solemnidad, dejando huella profunda, que perduró en toda la historia de Roma y produjo frutos hasta en la época imperial, con el culto del emperador y la divinización de las abstracciones: virtud, honor, clemencia, etc. Las divinidades que los romanos adoraron desde los tiempos más remotos pueden dividirse en cinco grupos: divinidades rústicas, divinidades familiares, seres de la vida sobrenatural, grandes dioses o dioses del Estado y personificaciones.
LAS MAGISTRATURAS
La magistratura exigía una legitimación religiosa a la vez que una consagración popular; los magistrados tenían que ser necesariamente elegidos por el pueblo en sus asambleas (comitia), en las cuales se tomaban los auspicios que representaban la consulta a los dioses. Ello se explica por ser los magistrados los sucesores de los reyes en el ejercicio de la autoridad (imperium, potestas). : Los magistrados romanos se dividían en maiores (dictator, cónsules, praetor, censor, interrex)
y minores (quaestores, aediles, e tc.); o bien en ordinarii (cónsules, praetor , censor, quaestor, aediles) y extraordinarii (dictator, Interrex, decemvir, triumvir, etc.). El crecimiento del Imperio exigió mayor número de magistrados y entonces se crearon los procónsules y los propraetores, cargos que se atribuían a los que habían sido ya cónsules y praetores, para gobernar las provincias, donde se convertían en una especie de virreyes. Los signos de la autoridad (Imperium) eran: a) capa de púrpura (paludamentum), que sólo vestía el cónsul o praetor en funciones de general; b) lictores con las haces (fasces) y el hacha: correspondían en número de 12 al cónsul en función de general; cuando el general era dictador tenía 24, y siendo praetor, 6; c) lictores con las haces sin hacha, correspondían a los cónsules y praetores en funciones civiles: 12 el cónsul y 2 el praetor, y d) silla curul (eurul viene de currus, el carro, a que únicamente había tenido derecho el rey):
crearon los aeriles curiles, con funciones parecidas a las de los tribunos sin anular los tribunicios, que continuaron aparte de la magistratura.
Los quaestores tenían una- función administrativa; custodiaban con preferencia el tesoro y los archivos; actuaban agregados a los cónsules y gobernadores. Originariamente eran simples funcionarios, pero luego pasaron a la categoría de magistratura curul. Los censores eran magistrados sin imperium, con sólo potestas, pero de una dignidad superior a la de los cónsules, y de mayor importancia,pues su función capital consistía en la elaboración del censo, esto es, en la clasificación de los ciudadanos, con autoridad absoluta para dignificarlos o degradarlos. La constitución del Senado estaba, pues, en manos de los censores. El criterio de clasificación se fundamentaba en los bienes del individuo o en su honorabilidad, con lo cual los censores se convertían en celadores de la moral pública. Pedían cuenta a los ciudadanos de conducta dudosa y les daban reprimendas (notae). Su mandato duraba cinco años, al término de los cuales practicaban la
ceremonia llamada lustratio o purificación pública. El dictator era un magistrado eventual para los momentos difíciles (seis meses como máximo), durante los cuales asumía todos los poderes, sin responsabilidad.
Eran también magistrados eventuales los decenviros, triunviros, etc. E l Interrex , en tiempo de la monarquía, era el rey interino encargado de los auspicios para nombrar otro rey; su mandato duraba cinco dias., El cursus honoris era el escalafón de las magistraturas. Sus grados eran: quasstura, edilitas curulis, prsaetura y
consulatus. Para cada una de ellas había un limite de edad. Los cuestores y los aediles gozaban sólo de potestas; los pretores y los cónsules tenían el imperium. Fuera del cursus honoris, pero superiores en dignidad, estaba la censura, la dictatura y las promagistraturae (propraetores y procónsules). Todas las magistraturas eran gratuitas. El Imperator fue una autoridad adquirida en el ejercicio del mando militar. Primitivamente era aclamado imperator el general victorioso. El régimen proconsular de las provincias acrecentó irresistiblemente este poder. La autoridad imperial no anulaba las magistraturas: las supeditaba a su mando o las asumía todas; su fuerza política estribaba, no obstante, en el poder tribunicio de que se valieron para legalizar su actuación. El emperador era también el princeps, el primero en el Senado. Por otra parte los emperadores organizaron la administración a base de funcionarios burócratas que acabaron por sobreponerse a los magistrados.era atribuida a todas las magistraturas.
Los cónsules eran los magistrados de mayor autoridad y de jurisdicción más completa (pero no los de más dignidad); eran los jefes de gobierno, sucesores de los reyes. Eran dos, colegiados (collegae).
Primitivamente se les había llamado pretores (praeire, ir delante)o ludices, según ejercieran la autoridad militar o civil; después se les llamó cónsules. Habitualmente alternaban en sus jurisdicciones (provinciae) y se llamaban cónsules doml o togatl, en jurisdicción civil, y cónsules militiae o armatl, en jurisdicción militar. Su mandato como en casi todas las magistraturas, duraba un año., El praetor era en -principio una especie de suplente de los cónsules (collega mlnor). Después sus ¡unciones ¡ueron principalmente judiciales. Su número aumentó cuando se crearon las provincias. Sus decretos y edictos, que los sucesores solían adoptar y publicar en el álbum al principio del mandato (edictum perpetuum, transláticium), constituyen una de las principales fuentes del derecho romano. Los aediles eran una especie de ayudantes de los tribunos, inviolables como ellos, para todas las funciones de policía urbana. Después los patricios
JÚPITER Y JUNO. — El culto del Zeus griego nació probablemente en Tesalia, aunque su templo se hallaba en las cumbres del Olimpo. Zeus era hijo Chronos (Saturno), el dios que devoraba a sus hijos por miedo a ser destronado, luego de nacido su madre Rhea lo libró de la voracidad de su Padre Chronos dándole a comer, en vez de a Júpiter, una piedra envuelta en pañales; y así salvado lo hizo criar ocultamente en Ida (Creta), donde con la leche de la cabra Amalthea (símbolo de la humedad fecundante) pronto fue más poderoso que su padre, al cual arrojó del Olimpo. Al lado de Zeus figura su hermana y esposa Hera (Iuno), que tiene también los atributos y la dignidad de la autoridad, suprema. En Roma el culto de Iuppiter y Iuno era inmemorial. Se les atribuía todo el poder supremo; Júpiter era el deI rayo, fulgor; Juno la de la moneta, etc. Ganymedes es un adolescente de, Frigia, a quien Zeus hizo arrebatar por un águila para llevarlo al Olimpo. Iris es la mensajera de Juno. Eos, la aurora, es la distribuidora del rocío, Helios, el sol, se identifica a veces con Apolo, dios de la luz.
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MERCURIO. — El Hermes griego fue un dios de origen arcadio, protector de los ganados; su cayado se convirtió en caduceo, y el dios, de conductor de ganados se hizo heraldo o mensajero de Júpiter, guia de los caminantes y conductor de las almas a los infiernos; como caminante usa el sombrero llamado petasus; la mitología lo hace hijo de Zeus y de la ninfa Maia.
El Mercurius de los romanos (merx, mercatura, mercancía) fue desde el principio un dios de las transacciones mercantiles, atributo que predominó cuando el Hermes griego se le identificó. Argos era un monstruo lleno de ojos, encargado de vigilar a la ternera lo, por encargo de Juno; Hermes lo mató por orden de Zeus.
MARTE. — El Ares griego provenía seguramente de Tracia, donde se le imaginó quizá como un dios infernal; al pasar a Grecia se transformó en dios de la guerra. La mitología lo hace hijo de Zeus y de Hera. Sobre el primitivo Mars romano no se tienen ideas exactas: para algunos era un numen protector de la vegetación y para otros dios de la guerra, como en Grecia, atribución que ha perdurado por asimilación a Ares, Quirinus era al principio un aspecto de Marte que adquirió después personalidad separada; era el dios de la paz armada; después su culto palideció y en los últimos tiempos de la República se identificó con Rómulo. Bellona es la compañera de guerra de Marte.
LA MEDICINA. — También en medicina los romanos fueron tributarios de los griegos; no sólo siguieron sus prácticas, sino que los médicos de origen helénico abundaban en los países de lengua latina. Contrasta el empirismo de los conocimientos anatómicos con la perfección del instrumental. Se ha encontrado un equipo completo en Pompeya y ejemplares notables en diferentes tumbas; se conserva un estuche completo de oculista; tenían instrumentos de cirugía para la exploración interna, pinzas, material de ginecología, etc. Los instrumentos eran generalmente de bronce, pero también los había de hierro y acero; y los textos mencionan el empleo del marfil, el hueso, él cuerno y la madera.
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TROPAS AUXILIARES Y ESPECIALES. — Al lado del ejército regular iban las tropas auxiliares (socii), a cargo de los confederados itálicos o de los pueblos sometidos que tenían obligación de suministrarlas y pagarlas
Se alineaban a los lados y constituían las alas (alse); cada ala, casi tan numerosa como una legión, era mandada por oficiales romanos que se llamaban praefectl sociorum. Había también tropas especiales reclutadas en países extranjeros, como los honderos (funditores) de Baleares; estas tropas tomaban el nombre de auxilia. También existían, aparte de las legiones y las tropas irregulares, núcleos acuartelados en Roma y en otros lugares de Italia; entre ellos cabe mencionar las cohortes praetoriae, que se convirtieron en la guardia personal del emperador y adquirieron tanta importancia política
MINERVA. — La Athenea griega (de sobren. Pallas; es la diosa de los combates y de los consejos, y también de toda clase de artes, razón por la cual se convierte en protectora por excelencia de las ciudades. Su símbolo es el mochuelo, lleva el escudo con la cabeza temible de la Medusa y va armada con la lanza y el casco. En la mitología Atenea nace, enteramente armada, de la cabeza de Zeus; lucha con los gigantes vara defender el trono de su padre y vence al gigante Alción. Es célebre la procesión de las Panateneas,que se celebraba en Atenas el día del aniversario de la diosa; en ella las doncellas le ofrendaban el peplos sagrado; esta procesión ha sido inmortalizada por Fidias en el friso del Partenón. Minerva era en Roma la diosa de los artesanos; en seguida adquirió los atributos de Palas Atenea y entró a formar parte de la tríada capitolina, como una de las grandes divinidades del Estado. Perseus fue el héroe que bajo la protección de Atenea mató
a la Medusa y libertó a Andrómeda .
LOS ÚTILES Y HERRAMIENTAS. — Los Países neolatinos, al igual que recibieron de los romanos su lengua, que es el latin evolucionado, heredaron sus procedimientos y objetos, quizá en un grado mucho más considerable de lo que a primera vista se puede suponer. Sorprende el parecido que se encuentra
en los objetos que nos han llegado de los romanos o que se descubren en sus monumentos, con los que usamos actualmente. Véase en las herramientas; en los aperos de labranza; en los muebles; en los instrumentos medicales, etc.- Ello hace suponer que, asi como hemos heredado las herramientas, aplicamos también los mismos procedimientos de trabajo y tenemos en gran parte las mismas costumbres (véanse las escenas aqui reproducidas), por todo lo cual conservamos una estructura moral que quizá en su fondo no ha sufrido aún grandes soluciones de continuidad.
LA MARINA. — Los romanos no fueron nunca grandes marinos; únicamente en plena República se construyeron grandes unidades navales imitando los
modelos de Grecia o de Cartago. Durante el Imperio la marina de guerra se utilizó sólo para la policía del Mediterráneo o para convoyar los buques de carga. Siempre el tonelaje comercial era superior. Los buques eran de madera, generalmente de roble, y calafateados por fuera también (bitumen); esta capa solía ser pintada al encausto. La quilla de los barcos de guerra se levantaba por detrás hasta el puente; por delante llevaban un espolón llamado rostrum, porque parecía el pico de un gran pez.: No había castillos de proa ni de popa; pero las naves guerreras tenían una cubierta para proteger a los remeros (naves tectae o constratae). La nave de guerra era impulsada generalmente por remeros, mientras la mercante era esencialmente velera; las velas Que se ven en los monumentos son casi siempre cuadradas. En la marina de guerra y en los barcos que salían de los ríos el palo mayor podía ser recostado.
LAS MUSAS. — El culto a las Musas procedía probablemente de la Tracia; su número quedó por último fijado en nueve. La mitología las considera hijas de Zeus y Mnemosyne (la Memoria), que se puede considerar como la décima, musa; Calliope es la musa de los Cantos Heroicos y lleva unas tablillas y estilete. Clio, la de los héroes y la Historia, tiene el rollo de papiro y la capsa. Euterpe, la de la Música, va con el doble flautín. Thalia, con la máscara cómica, es la de la Comedia; Melpomene es la de la Tragedia y lleva la máscara trágica. Terpsichore lleva una lira y es la musa de la Danza. Urania, con la esfera y el compás, es la de la Astronomía. Erato es la del Amor y lleva una pequeña cítara. Polymnia es la de la Poesía Lírica y los cantos sagrados y se la representa cubierta con un gran velo.
LA LEGIÓN ROMANA. — La legión se componía, en general, de 4.200 a 6.000 infantes divididos en hastati, principes y triarii y 300 jinetes (equites). Los infantes
estaban divididos en centurias. Dos centurias constituían un manipulus; tres manipuli, una eohors; dies cohortes, una legión. Después del general, el mando supremo correspondía a seis tribuni militares que ejercían el mando alternativamente, de dos en dos; después de Augusto se creó el legatus por encima de los tribuni. Oficiales permanentes eran los centuriones, cada uno de los cuales mandaba una centuria; su distintivo era el sarmiento (vitis), y su categoría dependía del manipulo (el de la derecha, era superior), del número de la cohorte (la inferior era la décima) y de la, del soldado (se empezaba por los hastati de las 10 cohortes y se acababa por los triarii). Los jinetes estaban divididos en filas de 10 (decurias): cada tres filas constituían un escuadrón (turma); en conjunto había 10 turmas. Al principio militaron como jinetes los hijos de los patricios; posteriormente cualquier plebeyo capasz de mantener caballo. Los que habían servido en la caballería constituyeron una orden civil que era la de los caballeros (ordo equester). Posteriormente el servicio de la caballería fue sólo un medio de ascender a los cargos militares, de manera que César tuvo que valerse de los caballos de los pueblos tributarios para montar su célebre Legión Décima.
NEPTUNO Y EL MAR. — La representación griega más primitiva del mar es el Oceanus que envuelve la tierra; de él surgen todas las aguas, fuentes, ríos y lagos y todas las divinidades que los pueblan: Nereus con sus hijas, las Nereidae; Proteus con las focas; Tritón el torrencial; las Naiades, las Nymphae y Silenus, primitivo dios fluvial. Según la mitología, Océano estaba casado con Thetis, madre de Aquiles. Pero la fuerza dominadora de los mares era Poseidon, hijo de Chronos, como Zeus y Hades (los tres Crónidas); lleva el tridente con que hiende las peñas, y monta un carro tirado por caballos, llevando a su lado a su esposa Amphitrite. En Roma Neptunus era el dioí de las nubes y de la lluvia; se le adoró después como dios de las fuentes; y en el año 399 a. de J. C, fue identificado con Poseidón como dios del mar.
LAS NAVES. — La clasificación de las naves que utilizaban los romanos es sumamente difícil. Los modelos se parecen v los nombres difieren a vece&
sólo por proceder de lenguas diversas. Se distinguían las naves largas (naves longae) de las mercantes (naves onerariae), y existían especialmente unas
birremes ligeras (liburnae). Las scaphae establecían la comunicación en las aguas poco profundas.. Algunos de los nombres de barcos son tomados de un
mosaico célebre (mosaico de Altiburo) que no ofrece garantías técnicas suficientes.
LAS OBRAS PÜBLICAS. — Sólo el temperamento romano, de orden y fuerza, desarrolló plenamente los valores que le legaron dos grandes potencias vecinas.
De Etruria recibió Roma el sentido práctico inmediato, cristalizado ya en formas políticas de gran eficiencia, entre las cuales cabe contar la gran concepción de la res publica, con sus complementos de orden, derecho, justicia, administración y estructuración material de la ciudad y del Estado,
Junto con este sentido de la res publica los romanos recibieron de los etruscos el arte de construir; ellos les dieron a conocer el valor útil y práctico de la construcción. De Grecia heredaron el sentido estético y grandioso. Así vemos en Roma sistematizadas por primera vez las grandes construcciones de utilidad pública: los desagües (la cloaca maxima, que aún existe); las conducciones de agua, no sólo al aire libre, por medio de los soberbios acueductos, sino a través de galerías y sifones; los depósitos de granos, aceite y vino (horrea); las carreteras, modelo de solidez, que cruzaban el Imperio salvando ríos por medio de puentes y atravesando montañas por medio de túneles, pues los romanos buscaban ante todo la rapidez de comunicación; calles con pórticos, los foros, las termas y las latrinae públicas con servicio de agua, etc., etc.
ARMAS DE GUERRA. — Cada legión tenia un praefectus fabrum, con un cuerpo de obreros y artilleros; el conjunto de piezas de artillería se llamaba tormenta Se abrían brechas con las hoces murales (falces murales) y los aparatos perforadores (terebrae) y se practicaban galerías subterráneas (cunlculi) o se construían terraplenes (aggeres). Estos trabajos y los asaltos se protegían con plutei, vineae y Musculi.
LA DECLARACION DE GUERRA. — La guerra no se declaraba sin mediar una ofensa que la justificara ante los dioses. En los primeros tiempos la guerra se declaraba por medio de los fetiales mediante una ceremonia muy complicada, término de la cual era el lanzamiento de un iaculum al campo enemigo. En las guerras proconsulares los jefes prescindían de estos requisitos y declaraban la guerra por su cuenta; y, como siempre era fácil provocar en cada campaña nuevas ofensas para el pueblo romano, un procónsul podía enlazar una guerra con otra durante mucho tiempo.
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Al principio los romanos utilizaron como moneda el ganado (pecus, pecunia); más tarde el ganado fue substituido por lingotes de cobre en bruto (aes rude); después éstos llevaron señales diversas de animales u objetos (aes signatus). Las primeras piezas de moneda redonda, en el siglo IV a. de J. C., eran muy pesadas (aes grave). Cada pieza llevaba los signos de su valor; este sistema monetario se fundaba sobre el as libralis, esto es, el peso de una libra romana; pero este valor a base del peso fue disminuyendo hasta Quedar reducido a un doceavo de onza. El Emperador se reservó la acuñación de monedas de plata y oro; correspondía al Senado la de las monedas de bronce. De acuerdo con el módulo éstas se dividían en «gran bronce» (sestertius), « bronce mediano» (dupondius) y « bronce pequeño» (semis). Poco antes de la primera guerra púnica se acuñaron las tres primeras piezas de plata, a base del as libralis: el denarius ( signo V; valor 5 ases) y el sestertius (signo HS; valor 2,5 ases). En el año 220 a. de J. C. se acuñó el Victoriatus, que valía tres sestercios (o 7,5 ases), y en la época
de Caracalla, el Antonianus, de más valor que el denario. En este sistema la unidad fue el sestertius, equivalente al as trientalis. Un sestercio se escribía «H S 2V» (N —nummi); 10; H S X; 10.000; H S X; 1.000-000: H S \X\ (o sea 10 veces cien mil). La moneda de oro se acuñó raramente en la Roma republicana; en todo caso la acuñaban los generales para pagar a los soldados. La acuñación en oro no fue corriente hasta después de César. Se adoptó el tipo del denario de oro (denaius aureus) y el medio denario (quinarius). Constantino quiso regularizar la acuñación de la moneda de oro y puso en circulación el solidus aureus (o solidus), que pesaba 1/72 de libra romana.
El valor de la moneda con relación a la nuestra es sumamente difícil de precisar porque está en función de su valor adquisitivo, o sea de la cantidad de productos que se pueden adquirir con ella en las diferentes épocas. La presente tabla es reproducción de la del «Manuel d'Archéologie Romaine», de Cagnat-Chapot.
PLUTÓN Y EL INFIERNO. — El dios griego Hades, el invisible, o Plutón, el guardador de tesoros, empezó como divinidad subterránea semimáglca, pero en
Homero aparece ya como señor de los infiernos, paralelamente a Zeus, que lo era del cielo, y Poseidón, de la tierra y el mar-, por eso la mitología le considera
uno de los tres Crónidas, hermano, por tanto, de Zeus y Poseidón. Hades raptó; a la hija de Deméter, Proserpina, y la hizo reina de los infiernos, donde están
los réprobos eternos: Sisiphus. que ha de subir una peña constantemente; Tantalus, condenado a hambre y sed; las Danaides, que llenan un barril sin fondo,
e Ixion, atado a una rueda que no se detiene nunca. Cerberus, perro de tres cabezas, guarda las puertas del infierno. Las Furiae, con serpientes por cabellos,
son las diosas vengadoras. Nemesis es la venganza, e Hypnos el sueño, parecido a la muerte. En Roma Plutón substituye a su semejante Dis, el rico.
EL PAN Y EL ACEITE. — En el monumento funerario del panadero Eurysaces, existente en Roma, hay el friso que reproducimos, en el cual se ven todas las
operaciones del panadero en un gran establecimiento. Empieza por la selección y la criba del trigo; sigue la molienda en molinos (pistrina) movidos por mulos o asnos; el amasado a máquina en una amasadora movida por un caballo; la preparación de los panes por los panaderos (pistores); el horno, y, por último, la operación de pesar los panes y la entrega a los funcionarios públicos. El aceite, además del uso alimenticio, tenía el de la iluminación y en las termas y circos el de perfume y fricción. Su fabricación era parecida a la actual; las máquinas principales eran el descortezador (trapetum) y la prensa (torcular). Se expendía en ánforas, con indicación del contenido, y se vendía en tiendas, de las cuales se ha excavado una en Pompeya.
EL PUEBLO Y LOS COMICIOS
El populus era el conjunto de los ciudadanos romanos con plenitud de derechos; se dividía en tres órdenes: patricios (patrlcii), caballeros (equites) y plebe (plebs). Integrado así en sus tres órdenes, el populus era el único organismo que gozaba de la soberanía (Imperium) y de la majestad suprema (Senatus Populusgue Romanus, S. P. Q'. R.). A los efectos de la vida política estaban clasificados por categorías sociales o fortunas en centurias, y por el domicilio en tribus o circunscripciones locales. Centuríae : la plebs estaba dividida en cinco categorías de fortuna; cada una de las cuales tenía setenta centurias; constituían, por tanto, un total de 350 centurias, a las cuales se añadían 18 de los caballeros y 5 de los patricios. Total 373 centurias. Tribus: en los primeros tiempos existían sólo 4 tribus urbanas; a medida de las conquistas se fueron creando las tribus rústicas hasta llegar a 31 en el año 241 a. J. C. a elección de los tribunos y de magistrados sin imperlum. Comitía centuriata eran los comicios más solemnes, porque representaban la fuerza armada; eran convocados necesariamente para el nombramiento de censores y de magistrados con imperium, y también para las declaraciones de guerra, tratados, etc. La votación empezaba con la voz de mando: «Impero, qua convenlt, ad comltia centuriata». El pueblo se ordenaba en un lugar cerrado, llamado ovile (majada), donde César construyó el edificio llamado sseptaarmórea (cercados de mármol). En las épocas antiguas las centurias de los caballeros tenían el primer turno; posteriormente, la suerte decidía a cuál de las pertenecientes a las clases principales correspondía ser la pnserogativa, es decir, emitir su voto la Primera, y después votaban las restantes centurias de una misma clase, todas a la vez. Comitia curiata : era Una supervivencia de los primeros tiempos en que el pueblo estaba integrado sólo por los patricios y sus clientes (gens), pues la plebe no tenía entonces la plenitud de derechos ciudadanos; el populus se reunía por curias. Estos comicios continuaban reuniéndose para la elección de pontífices y para asuntos religiosos. comitia tributa : eran convocados para la elección de los tribunos y de magistrados sin imperium. Contiones y concilia: las reuniones del pueblo en que no se tenia que votar se Uamaban contlones. Los concilla eran reuniones convocadas por los tribunos para asuntos que afectaban a la plebe.
DERECHOS DE LOS CIUDADANOS
Se dividían en dos clases: iura privata y lura publica. Los derechos privados principales eran: el ius commercium, derecho de comprar y vender, enajenar, etc.; el ius connubium, derecho de casarse con ciudadanos romanos, y el ius provocationis, derecho de apelar ante el pueblocontra los fallos de los magistrados. Los derechos públicos eran: el ius sufragii, derecho de votar, y el ius Honorum, derecho de ser elegido. La plenitud de derechos creaba al ciudadano optimo iure; los
que no la tenían eran ciudadanos minuto iure o también ciudadanos sine suffragio. La plebe tardó muchos años en adquirir la plenitud de derechos. A últimos del s. V alcanzó el Tribunado. A primeros del IV a. J. C. obtuvo, por la lex Canuleia, el ius connubium, que le abría el paso hacia las magistraturas, y en el transcurso del s. IV alcanzó de hecho la plenitud de la ciudadanía, incluso para cargos sacerdotales de significación política. (Respecto a la accesión de los pueblos itálicos
a la ciudadanía,
LAS PROVINCIAS Y EL PROTECTORADO
Para gobernar los países conquistados o dominados fuera del suelo itálico, sin alterar su sistema político, Roma no tenía más solución que adaptar a las nuevas necesidades los viejos procedimientos, esto es, la anexión y la federación, creando la «provincia» y el «protectorados. Sicilia, p, ej., el primer país extrapeninsular que caía bajo su dominio, por su riqueza y por su posición estratégica, tenía que ser anexionada, pero, ¿cómo incorporar un país tan lejano al régimen de la ciudad y cómo dar a sus habitantes el derecho de ciudadanía de que no gozaban los itálicos Roma, para solucionar el problema, creó entonces el sistema de los gobernadores, del cual tenia un precedente en los praefectl Iure dicundo, y, en consecuencia, nació la provincia. El gobernador tenía que ser un magistrado con Imperium completo, pero no podía ser un cónsul, puesto que éstos no podían pasar de dos. Fue, por tanto, uno de los collegae minores de los cónsules, un pretor, cuyo número pasó de dos a cuatro para las necesidades de las dos nuevas provincias que se crearon: la de Sicilia y la de Córcega y Cerdeña. El pretor fue en las provincias una especie de virrey; gobernaba sin ninguna de las limitaciones de los cónsules, excepto las que dimanaban de la lex provincise, o carta oficial de la provincia. En Sicilia, p. ej., Roma dividió las ciudades en tres categorías; a) ciudades federadas (foederatae), que eran las más favorecidas, pues estaban ligadas a Roma por un tratado bilateral y no se hallaban bajo el dominio del pretor; b) ciudades libres (Immunes), que eran libres por simple voluntad de los romanos, siempre revocable; y c) ciudades sometidas que dependían sin restricciones de la autoridad, del pretor. El régimen de Córcega y Cerdeña fue siempre mucho más estrecho, pues cada provincia tenía su régimen especial. Después de estas dos provincias, creadas entre 241 y 227 a. de J. C-, siguieron las dos provincias de España, creadas en 197. Las de Macedonia y África (Cartago), respectivamente en 147 y 146 a. de J. C., obtuvieron esta categoría después de pasar por el régimen de protectorado. Pero la política francamente anexionista de provincias, no fue obra del Senado, sino de los grandes jefes militares Pompeyo y César, en los años agonizantes de la república.
El Senado romano tenía sus preferencias por el sistema de protectorado, en parte porque era el menos dispendioso, pero, en realidad, porque era el único compatible con los viejos cuadros de la administración tradicional. En cambio, el sistema de anexión por provincias, o sea el gobierno directo, representaba, como así sucedió, la transformación o disolución del régimen republicano que había llevado a Roma a la hegemonía mundial. El sistema de protectorado se inició en
Iliria en el año 228 a. de J. C. En principio Roma no exigía más que la sumisión política del país protegido, para cuya seguridad imponía su voluntad, con más o menos violencia, de manera que el tratado de Etolia, en 189, tenia tres artículos capitales del tenor siguiente: Etolia « reconoce el Imperto y la Soberanía del pueblo romano; tiene por amigos y enemigos los mismos del pueblo romano; y, si los romanos entran en guerra con otro país, los etolios vienen obligados a tomar
las armas contra él». Después, el régimen de protectorado se extendió a Macedonia, Grecia y a todos los países helenísticos; Cartago, después de la segunda guerra púnica, quedó, de hecho, bajo el protectorado, de Roma; el Senado se decidió brutalmente a anexionar estos países, y creó las provincias de Macedonia y Africa; esto es, Roma creaba y consolidaba y extendía el imperio, pero a costa de acabar con el régimen republicano que lo había creado tan gloriosa y eficazmente.
LA INFANCIA. — Los romanos eran supersticiosos, como lo demuestra su culto; se servían de amuletos y de fórmulas mágicas para conjurar a los demonios
o preservar la salud. Los niños solían llevar un amuleto llamado bulla» que consistía en una pequeña cápsula suspendida al cuello, la cual contenia filacterias o palabras mágicas; los niños llevaban la bulla hasta la edad viril y las niñas hasta su casamiento. No debería sorprendernos que los niños romanos fuesen como los de ahora. En sus ocios ensuciaban las paredes con dibujos (graphlti), como se ven en el paedagoglum del palacio de Augusto, o en el que reproducimos, de pompeya, con la inscripción «Labyrinthus hic habitat, Minotaurus». jugaban por las calles a la caza, al escondite, reñían entre si y tenían juguetes parecidos a los de los niños de ahora, como se ven en los relieves y se han encontrado en las tumbas; muñecas articuladas con su pequeño ajuar, aros, pequeños carros, trompos, pelotas, etc. No tenían en cambio las preciosas bolas de piedra o de cristal; las substituían por nueces o manzanas. Pero tenían también figurillas de plomo, animales minúsculos, dados, que se llamaban de una manera general tesserae, y que el jugador lanzaba por medio de un cubilete llamado fritillus.
LA CIUDADANIA ROMANA. — Sólo era ciudadano romano el que había nacido de legítimo matrimonio, hijo de ciudadano romano, con residencia en el
ager romanus. El ciudadano es nombrado por el apellido o nombre de familia, precedido de un nombre y seguido de un sobrenombre; así, en «Marcus
Tullius Cicero»: T. es el apellido, M. el nombre y C. el sobrenombre, nombre y sobrenombre se abrevian: «M. Tullius C.». La indicación completa añadía
de quién era hijo, nieto y biznieto, y además la tribu: «m. Tullius, M. f„ M. n., M. pr„ Cor. Cicero» (Cor. significa de la tribu Cornelia). Los derechos de
ciudadanía fueron concedidos paulatinamente a todos los súbditos romanos.
La plebs romana los obtuvo en el transcurso del s. IV a. de J. C.; el resto de Italia después de la guerra de los aliados del año 88 a. de J. C. Caracalla extendió el derecho civil romano a todas las comunidades del imperio. La liberación de los esclavos (manumissio) se realizaba por medio de una ceremonia en la cual el esclavo recibía un golpe con una vaTa (vindicta). Los libertos (libertl) eran despreciados, te nían derechos restringidos y ejercían oficios modestos; los hijos de libertos, nacidos después de la liberación, pasaban a la categoría de ciudadanos.
El DERECHO CIVIL. — El derecho civil se aplicaba sólo a los ciudadanos. Se basaba en la Ley de las Doce Tablas y en los edictos -pretorianos, esto es, los
edictos que promulgaban los pretores en el álbum al tomar posesión de su cargo. Las personas que se hallaban bajo la potestad paterna no eran personas
jurídicas (capita); los hijos se emancipaban al casarse, o bien después de un simulacro de tres ventas y tres liberaciones sucesivas; el padre era dueño de
la vida de sus hijos y parientes inmediatos; y podía venderlos como esclavos, y disponía también libremente de todos sus bienes y propiedades. Los bienes
inmuebles se llamaban res manclpii, entendiendo como tales la tierra, los derechos de pastos, de tránsito, los aperos, los esclavos y las bestias de carga.
Los bienes muebles se llamaban res nec manclpll y comprendían las posesiones en países no romanos, el ganado, los enseres, el dinero, etc. En esta
distinción descansaba la estabilización de las haciendas, pues la transferencia de propiedad de la res manclpll iba unida a requisitos muy largos y minuciosos,
el incumplimiento de los cuales daba derecho a reclamaciones judiciales.
Los objetos empeñados se consideraban propiedad del acreedor; si el deudor no podía ofrecer nada en garantía, comprometía su propia persona, y el acreedor en caso de insolvencia podía matarlo, venderlo, etc. Los atentados contra la propiedad eran juzgados por el derecho civil. Los extranjeros (peregrlnl) carecían de derechos, salvo cuando mediaba algún tratado con el respectivo país. Andando el tiempo, y a medida que los romanos tuvieron que atemperarse, a causa de sus conquistas, a las exigencias de una especie de derecho internacional, el lus strictum fue suavizándose y dio paso al ius gentium, al cual acabaron por adaptarse los mismos ciudadanos por tratarse de unas leves más flexibles y de aplicación más vasta.
EL AJUAR. — Al principio el interior de la casa romana era tan pobre como el exterior; toda la luz se recibía por la abertura del techo (compluvium); los muebles eran los más indispensables, y entre ellos no faltaba el arca para guardar valores, etc. Cuando se añadió a la casa el patio posterior (peristylum), continuó aquélla Iluminada en el interior con pocas ventanas, y los romanos pudientes se dedicaron a embellecer las paredes con pinturas, estucos y mármoles, los techos con riquísimos artesonados (lacunar) y los suelos con mosaicos maravillosos (vermiculatum opus). A su vez las habitaciones se llenaban de muebles y objetos de arte, mientras el exterior del edificio continuaba casi siempre frió y sórdido. Entre las sillas la curul era la de más dignidad; el subsellium estaba destinado a magistrados plebeyos y era más bajo que la silla curul; el bisellium, a pesar del nombre, solía ser para una sola persona de alta categoría; los romanos disponían también de sillones (magna sella) tan semejantes a los nuestros que parecen construidos ahora ( el sillón de mimbres). Enia iluminación había aparatos Para materias sólidas (lampades) y para materias líquidas (lucernas); entre los primeros estaban la antorcha (fax), los candeleras portátiles y los
grandes candeleras y lampadarios de metal y de mármol, de gran riqueza y solemnidad; entre las lucernas se cuentan las pequeñas lámparas de arcilla para quemar aceite, tan abundantes en todo el Imperio, y las linternas(laterníe) de arcilla o de metal; las lámparas de arcilla eran casi siempre decoradas y ofrecen un elemento iconográfico de gran valor para la arqueología.
Los romanos no usaban los armarios empotrados en la pared; los armarios cerrados servían principalmente para el comercio. Las mesas eran muy variadas
y muchas de ellas de materiales muy ricos y de un trabajo primoroso.
Los vasos tenían una variedad de formas infinita; eran de metal (bronce, plata, etc.), pero los más abundantes eran de cerámica. Son típicamente romanos los de arcilla roja (llamados térra sigillata), quizá por el sello que suelen llevar; la composición de esta arcilla es aún un secreto. Ostentaban siempre una bellísima decoración a molde o en relieve aplicado. Pero el arte en que tos romanos se distinguieron es en la cristalería. La riqueza y variedad, de vasos y objetos de cristal que han llegado hasta nosotros es una muestra asombrosa de la perfección que los romanos alcanzaron en este ramo.
LOS SACERDOTES Y LOS SACRIFICIOS. — Las relaciones de los romanos con la divinidad tomaban la forma de un contrato legal de un formalismo exagerado. Los actos de este compromiso constituían el culto; las oraciones (preces), las ofrendas (oblationes, sacrifieia, lustrationes), los juegos y las consultas (auspicia. No había clase sacerdotal; las funciones sacerdotales eran ejercidas por funcionarios especializados o bien eran dignidades públicas. Los sacerdotes más importantes eran: Los Pontífices, que constituían colegio, presidido por el Pontifex Maximus; guardaban las fórmulas rituales, interpretaban y celebraban oficios, y sobre todo, establecían el calendario; el Rex Sacrorum; los flamines, que cuidaban de encender el fuego de los sacrificios: había uno en cada templo y el más importante era el flamen dialis al servicio del templo de Júpiter; las vestales; los decemviri sacris faclendis, encargados de interpretar los libros sibilinos; los fetiales; los salii, dedicados al culto antiquísimo de Marte, que salían en las fiestas de marzo con sus escudos sagrados (ancilia) y recorrían danzando o saltando (sallo, saltar) las estaciones (mansiones); los Lupercii, que sallan en las lupercalia con sus látigos (flagra) y golpeaban a las mujeres que encontraban; los fratres arvales, comunidad dedicada a Dea Día. Entre los sacrificios importantes había las lustrationes o purificaciones colectivas. Se
celebraban en las grandes circunstancias y habitualmente cada cinco años, cuando los censores acababan su cometido (lustrum), que ha dado origen al lustro (cinco años). Entonces se procedía al sacrificio llamado suovetaurilia porque se sacrificaba un cerdo (sus), una oveja (ovis) y un toro (taurus).
EL SENADO ROMANO
El Senado romano no tenia soberanía (imperium populi) ni poder ejecutivo (imperium magistratum). Era sólo un cuerpo consultivo, cuya enorme fuerza y privilegio dependía de varios factores: a) su abolengo : era la institución de más alta antigüedad, pues había coexistido con los reyes, a los que sobrevivió. b) su constitución : en sus comienzos estuvo integrado por los Patres cabezas de gens, cada uno de ellos un pequeño rey; después lo componían los patricios, los exmagistrados y la gente enriquecida, o los que se dio el nombre de Conscripti (Patres et Conscripti): en suma, la gente de más nota y significación; o) su estabildad : para que el Senado adquiriera más preeminencia se dio a las magistraturas un mandato reducidísimo (un año), mientras que el Senado duraba cinco años.
Toda la experiencia política se acumulaba en el Senado, por lo que fue él el principal motor de las guerras que condujeron al Imperio; era él cerebro político de Roma, árbitro de las decisiones y de los destinos; d) su fondo religioso : el Senado representaba la salvaguardia de las prerrogativas religiosas en la vida del Estado, de forma que podía invalidar los acuerdos del populus cuando adolecían de vicios en el ritual religioso; e) la custodia del dinero a él confiada y del que no se podía disponer sin su aquiescencia. El Senado no tenía edificio propio; se reunía en una Curia o en los templos. Era convocado por un Cónsul o un Pretor que presidían la sesión. Hablaban por categoría, empezando por el senador número uno de la lista, el princeps. Para votar se alineaban en dos grupos diferentes (pedibus iré in sententiam), siguiendo las indicaciones que les daba la presidencia.
El número legal para tomar decisiones se llamaba quorum; las salas de reuniones particulares se llamaban senacula. En la discusión se distinguía la relación del proponente (referre), el debate (sententiam rogare) y la votación (discessio). El senatus consultum era una decisión obligatoria; el senatus auctoritas, una decisión facultativa.
El Senado intervenía en las declaraciones de guerra, en los tratados, en la constitución de los países conquistados y siempre que era necesario para la salvaguarda o el bienestar del Estado. La fórmula Videant cónsules (praetores, etc.) ne quid res publica detrimenti capiat era una autorización del Senado a los magistrados para que tomaran las medidas conducentes a la seguridad nacional.
LA RELIGIÓN ROMANA. — La religión entre los romanos tuvo desde el principio un carácter esencialmente práctico. El objeto era hacerse propicios 103 poderes y fuerzas de la naturaleza que no obedecen a la voluntad Esta colaboración divina representaba una consagración en la cual fundamentaban los romanos la legitimidad de los .actos y funciones de la más importante autoridad, el imperium. Por esto el nombramiento de los magistrados había de ir necesariamente precedido de la consulta a los dioses (auspicium); los magistrados en el ejercicio del poder legitimaban también sus actos por medio de ella. Para la aplicación del ritual, muy formulario y riguroso, los magistrados se auxiliaban de técnicos, especialmente. los pontífices, y para la interpretación de señales eran sólo calificados los augures cuando se trataba del vuelo de las aves, de la comida de los pollos sagrados (tripudium), etc., y su defecto los haruspices, de importación etrusca, que examinaban las entrañas de las victimas (exta) o interpretaban el rayo. Esta religión tan primaria era de origen familiar; el padre era el sacerdote en el ámbito de la familia (sacra publica). En esta prerrogativa sacerdotal se fundaba la intimidad de la realeza. Cuando los reyes fueron expulsados, los romanos salvaron el principio creando un sacrificador público sin otra misión que la antigua función sacerdotal del rey, el Rex Sacrorum, el cual, aunque en dignidad era el primer sacerdote, no lo era en autoridad, pues estaba supeditado al Sumo Pontífice. La minuciosidad del romano en esta invocación de los poderes ocultos (numina) era extraordinaria. Así, Cunina velaba por el niño en la cuna; Statana, cuando empezaba a andar; Levana le levantaba si caía, etc.; AEsculus guardaba la moneda de bronce; Argentarius, la de plata; Iterduca guiaba en los viajes; Nodotus presidia el crecimiento (nodus) del grano; Volutina, la formación de su envoltura, etc., etc. De una maneraparecida se divinizaron más adelante las cualidades y .entidades morales: el honor (Honos), la virtud (Virtus), etc. El culto del fuego sagrado familiar fue transferido al hogar público (Vesta), donde el fuego no debía apagarse nunca. Estaba confiado a seis sacerdotisas (vestales), que velaban siempre por él; sus funciones duraban desde su más tierna infancia hasta los treinta años, permaneciendo en la más absoluta castidad; las presidía la Virgo Vestalis Maxima.
LA CASA RÚSTICA. — Las casas construidas fuera de la ciudad (villae) se clasificaban en: villa rustica, destinada a la explotación agrícola; villa urbana, vivienda construida en los arrabales de la ciudad, y villa pseudo urbana, casa de recreo en pleno campo, Da una idea de la villa rustica el adjunto cuadro en que se indican: a) comedor; b) panadería; c) cocina; d) baños; e) retrete; í ) lagar; g) molino de aceite; li) bodega subterránea. La villa urbana v la pseudo urbana tenían una estructura parecida a la de las casas de la ciudad, rodeadas, no obstante, de jardines (horti) con avenidas (xysti), macizos de flbres, estanques, etc. Las avenidas más largas se llamaban gestationes cuando eran utilizadas para paseos en sella gestatoria, e hippodromi cuando eran utilizadas para paseos a caballo. En las grandes villas, para protegerse del calor y de la lluvia, se construían galerías subterráneas (cryptoporticus) que recibían la luz por algunas aberturas altas a uno o a los dos lados.
LA AGRICULTURA ROMANA. — La agricultura romana pasó por grandes vicisitudes. Primitivamente Roma era un pueblo de agricultores; el cultivo de la tierra era tan honroso como el servicio militar. Pero al ensanchar Roma sus conquistas el trigo llegó de todas partes a precios irrisorios, especialmente de Sicilia, y su cultivo no fue remunerador; los pequeños propietarios vendieron sus tierras, que tampoco podían cultivar a causa de las excesivas obligaciones militares, y fueron a la capital a engrosar la turba de los sin trabajo. Los senadores, por su parte, teniendo prohibido el comercio, aplicaron sus riquezas a la compra de tierras y crearon los grandes latifundios, que dedicaron al pastoreo, en el cual podían ocupar a sus numerosos esclavos. Este estado de cosas, del cual Roma no llegó a salir por más esfuerzos que hizo, favoreció el desarrollo de la agricultura en las provincias, hasta que en el bajo Imperio la carga de los impuestos obligó a los pequeños propietarios a vender sus tierras; entonces se crearon también en las provincias grandes latifundios, pero el régimen de colonato salvó la producción agrícola de una ruina definitiva.
LAS TIENDAS. — Se han encontrado en pompeya pequeños comercios instalados generalmente en la parte externa de las casas. Estos comercios son
reproducidos muchas veces en los sarcófagos y lápidas funerarias, donde se ve la manera como exhibían los géneros, la actitud del vendedor, etc. En las
grandes ciudades de África y Asia estos comercios solían tener más importancia y se hallaban instalados en grandes locales.
LOS TEMPLOS. — Los romanos primitivos no tenían templos para sus dioses, ni tampoco estatuas ni figuras. Los auspicios se hacían al aire libre; el augur trazaba en el espacio con su báculo (lituus) un templo simbólico orientado según los puntos cardinales, y en aquel ámbito interpretaba las señales (p. ej„ el vuelo de las aves), que eran buenas o malas, según vinieran de la mano izquierda o de la derecha. Cuando los romanos quisieron, a imitación de los griegos, sensibilizar sus dioses, necesitaron templos. Éstos debieron ser, en un principio, circulares. Después, por influencia etrusca, fueron algo rectangulares, casi cuadrados, con su cella y pronaos, hasta, que, por la influencia griega las plantas fueron netamente rectangulares. Uno de los templos más antiguos de que se tiene noticia es el de la triada Capitalina (pues el Capitolio era el centro religioso del mundo romano), llamado templo de Iuppiter Optimus Maximus, construido, según tradición, en la época de los reyes, y reconstruido después tres veces a causa de incendios. Esta disposición del templo (cella con tres divisiones) tomaba el nombre de capitolium; en el de Roma la cámara central estaba destinada a Júpiter, la de la izquierda del espectador a Minerva y la de la derecha a Juno.
LAS TERMAS. — Los romanos, especialmente en el Imperio, tenían un sentido de la limpieza general y de la higiene muy superior al de nuestras generaciones.
En Roma y en todas las ciudades del Imperio existían termas gigantescas: las de Diocleciano constituían un cuadrado ligeramente rectangular de más de 600 metros de lado; la sala del tepidarium de las termas de Caracalla media 82x170 metros. Existían, además, establecimientos de baño más pequeños y las casas urbanas o rústicas tenían su baño. El baño completo exigía una serie de operaciones sucesivas: primero cierta estancia en el aire caliente para trasudar, después el baño caliente de limpieza y el baño frío para dar tersura, y por último el masaje y las fricciones. Por esto las dependencias de las termas eran tan variadas: la estufa (laconicum), la sala de baños calientes (caldarium), la de baños fríos (frigidarium), la cámara tibia (tepidarium); las fricciones se daban en el elaeothesium; los apodyteria eran los vestuarios, y el ephebeum la sala de gimnasia.
Había, además, salas de reunión y de conversación (xysti, exedrae), bibliotecas, paseos, tiendas de refrescos, etc. La calefacción se hacia por medio del hypocaustum, que consistía en una cámara con un horno debajo del edificio que transmitía el aire caliente a través de las paredes vacías hasta el techo.
LOS TRIBUNOS
Los plebeyos obtuvieron la institución de los tribunos, defensores natos del pueblo, hacia el año 494 a. de J. C. en la llamada secesslo plebls in montem sacrum. En su origen la función de los tribunos era amparar a los plebeyos contra los abusos de los magistrados patricios (ius auxilii). En cualquier momento del día o de la noche un plebeyo podía pedir auxilio de un tribuno. El recurso legal de que disponían era el derecho de veto (intercessio) contra las decisiones de cualquier
magistrado y contra los acuerdos del Senado. Al principio asistían a las sesiones del Senado desde la puerta, sentados en sus bancos; después fueron admitidos dentro; luego los acuerdos del Senado tenían que llevar su sello. Cuando las infracciones eran muy graves podían castigar con la muerte. Los tribunos eran inviolables (sacrosancti). El derecho de veto tenia limitaciones; una de ellas era el fuero militar, otra la jurisdicción urbana, fuera de la cual los tribunos quedaba, invalidados.
Al principio había sólo dos tribunos; desde 449 su número fue el de diez. Como tenían el derecho de convocar al pueblo, pronto los tribunos llevaron proposiciones de carácter político y militar, y durante el último siglo de la República ellos tuvieron las iniciativas que acabaron con la transformación del Estado. Los tribunos, empero, no ostentaron ninguno de los distintivos de la autoridad: ni togas con franjas de púrpura, ni silla curul, ni lictores, pues no eran magistrados
y su elección no era religiosa y no implicaba auspicios; un solo ordenanza (viator) les precedía.
LA INDUSTRIA TEXTIL. — La operación de la industria textil de que se tiene más documentos es la del abatanado, debido al uso general de togas y pallae,
que exigían esta clase de trabajo, para que fuesen enteramente blancas. Se ponían las telas en grandes cubas llenas de agua con substancias alcalinas y
la arcilla vara desgrasar (creta fullonica), y las batían con los pies. Después les sacaban el pelo con unos cepillos de puntas y por último las tendían. Estas
operaciones se hacían a veces mecánicamente por medio de prensas (prela), perchas, etc.
VENUS. — El culto de Aphrodita llegó a Grecia desde la isla de Chipre quizá como una derivación del culto de la fenicia Astarté. En la mitología se la hace hija de Zeus y de Dione, una personificación de la esposa de Zeus anterior a Hera. En Roma Venus era simplemente una diosa de ios jardines al lado de Flora y Peronia. Pero fue elegida para representar a la Afrodita griega. Adonis, hijo del rey de Chipre, fue amado por Afrodita hasta que fue muerto por un jabalí; cuando Afrodita fue a implorar a Zeus que le dejara salir del infierno, éste accedió sólo por seis meses al año, esto es, el tiempo que la vegetación cubre la tierra.
LOS VEHÍCULOS. — En Roma y en muchas ciudades de Italia estaba prohibida la circulación en carruaje, debido a la estrechez de las calles y a los malos
pavimentos. Los enfermos, los inválidos, las damas y las personas de calidad iban en literas (leotlcae o sellae gestatoriae); por la noche circulaban los carros de transporte. Los vehículos se pueden clasificar en vehículos de transporte (plaustrum, plaustrum maius, carrus, benna), vehículos de viaje más o menos ligeros (raeda, essedum, cisium), vehículos de lujo (carpentum, carruca) o de carrera. Si los pavimentos de las ciudades eran malos, las carreteras eran magnificas, lo cual facilitaba los viajes. Los ricos, para evitar las posadas y los mesones, que estaban en condiciones pésimas, solían utilizar carruajes donde podían comer y dormir.
EL TRIUNFO. — Para obtener el Triunfo era necesario haber vencido a un enemigo honorable o haberle infligido 5.000 bajas en una sola acción bajo sus propios auspicios y haber sido proclamado imperator por el ejército. El Triunfo lo concedía el Senado a condición de que el solicitante a su vuelta no hubiese entrado en Roma ni siquiera como particular; Lúculo esperó en esta forma tres años su triunfo. El Triunfador entraba en una cuadriga vestido como Júpiter, con el manto de púrpura bordado de oro. Era anunciado por trompetas, iba precedido por los lictores con las fasces y seguido por los magistrados y familiares. Venían los carros con los despojos y grandes carteles con los nombres de los pueblos vencidos. Esta pompa ienía algo de carnavalesca con mezcla de inhumano, porque los rehenes y los cautivos con la cuerda al cuello, eran insultados por el populacho y, en cierto punto del trayecto,arrastrados a la prisión Mamertina, donde eran ejecutados. Los arcos llamados de Triunfo, sólo incidentalmente se relacionan con éste; en realidad eran una especie de puertas por donde pasaba el Triunfo; tenían carácter monumental y conmemoraban algún incidente notable. Sólo andando el tiempo sirvieron de pedestal a la tensa del triunfador y fueron erigidos a la memoria de emperadores o generales. Habla de una y de tres puertas; algunos eran como un gran cubo que permitía el paso por sus cuatro costados (arcus quadrifrons).
LAS CALLES. — Las calles de las viejas ciudades romanas eran estrechas, mal pavimentadas y de trazado tortuoso. Pero no era raro encontrar calles en ángulo recto en ciudades como Turín, nacidas del campamento; tal sucedió en las grandes ciudades imperiales del Africa (Timgad) o del Asia (Palmira) creadas cerca de los desiertos. En estas ciudades las calles eran porticadas para que los ciudadanos pudieran protegerse del ardor del sol; la valle principal de Palmira, bordeada de columnas de más de quince metros de alto en una longitud de más de un kilómetro, presentaba un aspecto grandioso no superado en ninguna ciudad moderna. El pavimento solía ser de grandes losas rectangulares puestas al sesgo en relación de la calle, para amortiguar los choques de los carros. Los alcantarillados eran perfectos para absorber el agua de las lluvias torrenciales. Muchas calles tenían aceras más o menos altas; en Pompeya llegaban a tener cincuenta centímetros de altura.
Entonces se disponían de trecho en trecho piedras de igual altura a través de la calle para no tener que subir y bajar. El aspecto de las calles romanas era muy animado, pues es cosa sabida que en los países meridionales el ciudadano hace vida de calle. El operario trabajaba casi al aíre libre, las tiendas
Estaban abiertas de par en par. Corrían los vendedores ofreciendo artículos, y los elegantes paseaban por la calle sus ocios; sin contar con la actividad
politica, la vida del foro, las fiestas públicas y las solemnidades religiosas que atraían a las multitudes.
LOS VESTIDOS DEL HOMBRE. — La ropa interior se llamaba en general indumenta: la exterior amictus. El vestido de gala y ceremonia era la toga, que, al dejar libre el brazo derecho, formaba unos pliegues llamados sinus balteus y umbo; estos dos últimos nombres se corresponden con los de los escudos a que se parecen dichos pliegues. Primitivamente la toga era llevada sobre la piel, excepto un paño alrededor de la cintura, pero después se adoptó la túnica, a imitación de los griegos. Luego la túnica pasó a ser el vestido único de la vida ordinaria y la toga quedó reservada para los magistrados y para el lujo ciudadano, y más adelante para las solemnidades. La túnica, que en ios grandes ciudadanos llegaba a los pies (túnica talaris), era de ordinario más corta. II Contra el mal tiempo usaban los romanos una capa llamada paenula, o un paño llamado sagum. Los altos magistrados llevaban la toga praetexta, que tenia un borde de Púrpura; la usaban también, corta, los niños, puesto que se les debía respetar como a los magistrados. Los Senadores ostentaban en su túnica fajas verticales llamadas latlclávl, en oposición a las angustlclavi, que correspondían a los caballeros. Con la relajación de las costumbres se introdujo el pallium, manto rectangular, ligero, parecido al himation griego. De los griegos adoptaron también la capa llamada chlamys.
La trabea era una toga de color escarlata, usada en ciertas ceremonias. para cubrir la cabeza se usaba un gorro puntiagudo (plleus), y también el petasus, de importación griega, para los viajes; los campesinos usaban el galeras..Las bracae eran de importación gala. La dalmatica, de la Dalmacia, se propagó durante el Imperio-,
LOS SIGNOS DEL ZOCIACO
EL VINO. — Los romanos cultivaban la viña baja o en emparrado de diversas formas, según el clima o la clase de uva. Para estrujar los racimos los pisaban con los pies y después tiraban el orujo a la prensa (torcular) para acabar de sacar el fugo. En las bodegas el vino era recogido en grandes dolía. Para transportarlo se valían de ánforas, odres o toneles de madera.
La tienda de vinos se llamaba caupona, y caupo el tabernero.