Este periodo abarca los siglos XV y XVI, siendo su comienzo para algunos autores tan temprano como 1440, fecha de la invención de la imprenta, para otros 1492, descubrimiento de América. En cualquier caso su fin lo encontramos en 1600, año en que se compone la primera ópera que se conserva (Orfeo de Monteverdi) y comienza el Barroco.
Es esta una época de grandes cambios sociales (nacimiento de la burguesía, el centro de poder se traslada a las ciudades), económicos (activa vida comercial interior y exterior, e incipientes industrias como la lanera y pañera en Castilla), científicos y tecnológicos (imprenta, navegación) y por supuesto culturales (humanismo, arte cívico y mecenazgos) y religiosos (reformas anglicana, protestante, calvinista y Concilio de Trento).
Es un género musical desarrollado por el propio Lutero con la finalidad de que los fieles participen en la liturgia religiosa. Son composiciones vocales homofónicas, generalmente a cuatro voces, con texto en alemán, sacados de la biblia por él traducida, en un principio a capella o con acompañamiento de órgano, (en el barroco se le añadirá un bajo continuo orquestal o de órgano, y se incluirá dentro de composiciones complejas como la Cantata y la Pasión). Las melodías son sencillas, bien de composición original, bien inspiradas en las canciones folclóricas, bien en el canto llano. Son fáciles de reconocer por la cadencia en calderón de cada frase. El propio Lutero compuso varios corales como por ejemplo Ein feste burg is unser gott, sobre el himno del salmo 43 que lleva el mismo nombre, que luego utilizaría Bach en su cantata nº80, y en la pasión según san Mateo.
La ruptura de Enrique VIII con la Iglesia de Roma en la primera mitad del siglo XVI y la posterior creación de la Iglesia anglicana provocaron un empobrecimiento de la música religiosa en Inglaterra. La nueva Iglesia eligió como canto para sus servicios litúrgicos el anthem, especie de himno o antífona en lengua inglesa, a cuatro voces entre el coral luterano y el motete católico, esto es con textura a ratos homofónica a ratos contrapuntística. Entre sus compositores destacaron Thomas Tallis (hacia 1505-1585) y, sobre todo, su discípulo William Byrd (1543-1623), conocido como «el Palestrina inglés», cuyas obras tienen como principal característica su riqueza armónica
Esta forma vocal tiene su origen en el Ars Nova, último periodo de la Edad Media, pero en el Renacimiento lo encontramos completamente cambiado. Aquellos eran a 2 ó 3 voces, con unas voces en latín y otras en lengua vulgar, especie de pastiches llamados precisamente motetes politextuales.
El motete renacentista sin embargo se compone de un solo texto en latín y se canta como si fuera una oración, pues está sacado de las escrituras. La textura polifónica a 4, 5 ó 6 voces, suele ser contrapuntística, y con frecuencia imitativa aunque a veces cambia a la homofonía, lo cual dota al conjunto de un equilibrio y un contraste del que nace su belleza. La principal escuela de motetes está en Roma y es encabezada por Giovanni Pierluigi di Palestrina. En España destacan Tomas Luis de Victoria y Cristóbal de Morales.
La misa en su estructura no cambia con respecto a la medieval, donde ya distinguíamos una serie de secciones basadas en textos sagrados que consta de cinco partes: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei.
Lo que cambia ya desde las de Tournai y la de Barcelona, siglo XIV, es la textura, ahora predominantemente polifónica. Además ya no son anónimas sino que están firmadas por uno o varios autores. La primera firmada por un solo autor se la debemos a Guillaume de Machaut, estrenada con ocasión de la inauguración de la cúpula de la Catedral de Florencia.
Además de las misas de ordinario había otros tipos tales como la misa pro defunctis, officium defunctorum o misa de Requiem (pues es la primera palabra con la que empiezan estas misas). Aparte de las cinco secciones fijas consta de introito y gradual (Requiem), tracto (Absolve Domine), secuencia (Dies Irae), ofertorio (Domine, Jesu Christe), Sanctus-Benedictus(Lux Aeterna) y Agnus Dei(Libera me, Domine).
Los compositores de misas más ilustres, aparte del citado Machaut, son Palestrina, Orlando de Lasso, Tomás Luis de Victoria y Morales.
Este es el género vocal profano por excelencia del renacimiento francés. También provenientes del Ars Nova, las primeras chansons fueron para dos, tres y cuatro voces. Generalmente a capella, aunque a veces las voces eran dobladas por instrumentos. Existen varias generaciones de compositores en este género desde el siglo XIV, la primera está representada por Guillaume de Machaut. Después le sigue la escuela borgoñona, en el siglo XV, representada por Guillaume Dufay y Gilles Binchois. Les siguen Johannes Ockeghem y Josquin Des Pres, en la segunda mitad del siglo XV, que comienzan a desarrollar un estilo imitativo, similar al que se encuentra en los motetes y las música litúrgica de la época. Y ya en la primera mitad del siglo XVI Claudin de Sermisy y Clément Janequin compusieron las llamadas "chansons parisinas", que se rigen por un puro juego onomatopéyico y descriptivo de la poesía en la que se basan.
La chanson fue convirtiéndose también en canzona, forma instrumental que veremos más adelante y una de las semillas de la sonata.
El Madrigal también nace durante el Ars Nova y llega a su perfección en el Renacimiento. Es una forma musical polifónica en la que dominan los elementos descriptivos y expresivos, suele ser a 4 voces y "a capella", aunque también puede llevar acompañamiento instrumental.
Se utilizan textos poéticos a los que se dramatiza mediante una serie de recursos musicales como los cromatismos y el contrapunto imitativo. Se da en ambientes cortesanos y se suelen publicar en colecciones que son comprados para su interpretación por pequeños grupos de aficionados y diletantes. Los músicos italianos que cultivan este género son Gesualdo, Marenzio y sobre todo Claudio Monteverdi, que es el que servirá de bisagra, precisamente utilizando este género, entre el Renacimiento y el Barroco.
La frottola fue el tipo de música popular predominante en Italia como canción secular durante el Siglo XV y principios del Siglo XVI. Se trata de una composición para tres o cuatro voces, donde hay una voz principal que lleva la melodía y canta la letra, tratándose por tanto de una voz humana y el resto son instrumentos que la acompañan. Por tanto su textura es de melodía acompañada. Las poesías usadas como letra tienen a menudo un esquema característico "ABBA". Dos de los principales compositores de frottola fueron Marcheto Cara y Bartolomé Tromboncino.
El Villancico es la forma predominante en casi todos los cancioneros españoles de música profana, y es forma típica española. Se piensa que deriva del zejel árabe en su forma poética. Son composiciones polifónicas a tres o cuatro voces, con texto en castellano basado en poesía de carácter culto o popular. Abordan todo tipo de temática, picaresca, amorosa, política, religiosa y navideña (estos son los que finalmente han quedado para denominar todas las canciones típicas de Navidad)
La forma literaria consta de refrán, estrofa o estrofas, y vuelta, en la cual se repite en todo o en parte el refrán, lo repetido es el estribillo. En lo musical la forma reproduce es antiquísimo esquema del virelai: ABBA.
Se aprecian dos corrientes compositivas, una más elaborada contrapuntísticamente y dependiente de la escuela neerlandesa, cuya cabeza visible es Juan de Urrede, y otra más sencilla y popular, cuyo representante más destacado es Juan del Encina. Abunda en todos los cancioneros y colecciones musicales de estos dos siglos, tales como el Cancionero de Palacio, el de Segovia y el de Upsala.
El Romance consta de una sola sección musical, estructurada en cuatro frases cada una con su cadencia, una por cada uno de los cuatro versos que conforma cada estrofa, éstas de número indeterminado. El carácter suele ser triste, reposado, característica esta última que se debe al estilo silábico. Más degustado en el XV que en el XVI, el cancionero de Palacio nos transmite una cuarentena de buenos ejemplos, debidos también a Peñalosa, Arrieta y Juan de la Encina.
Toda la música vocal, tanto religiosa como profana (motete, coral, chanson, madrigal, etc) era susceptible de ser instrumentalizada, ya que a veces el lugar y la ocasión requería música “sonada”, por oposición a cantada, por ejemplo en procesiones, funerales, coronaciones, proclamaciones, ejecuciones, recibimientos, etc. Esta función recaía en los ministriles, músicos profesionales que trabajaban a salario de una capilla eclesiástica, palaciega o municipal. Por otra parte la demanda de música para ser interpretada por grupos de aficionados era cada vez mayor, lo que trajo consigo la cada vez más frecuente impresión de cancioneros y libros de música variada, tales como los de vihuela o tecla en España, o las colecciones de Attaignant en Francia.
Con el uso de esta práctica algunas formas, antes vocales comienzan a devenir instrumentales, tal es el caso de la chanson que se empieza a conocer como canzona, homofónica y con secciones contrastantes y del motete que deriva en el ricercare, pieza de carácter eminentemente contrapuntístico e imitativo que a su vez se convertirá en la fuga del barroco. Algunos de los compositores más importantes son Girolamo Frescobaldi en Italia y Adrian Willaert en los Paises Bajos.
Pueden ser improvisadas sobre un cantus firmus o de nueva creación. Al segundo tipo pertenecen la fantasía y la tocata. La fantasía comenzó a utilizarse en los inicios de la composición de música instrumental, a mediados del siglo XVI, para describir una pieza que no era transcripción de una obra vocal. A finales del siglo XVI y comienzos del XVII era un título utilizado en muchas obras breves para teclado y de cámara, que se utilizó primero en Italia y luego se difundió a otros países. En España tenemos a Luis de Milán que en su tratado "El maestro" compuso para vihuela (antecedente renacentista de la guitarra)
En cuanto a la tocata se refiere a pieza generalmente para teclado, de carácter improvisado y que hace las veces de presentación, obertura o preludio de, por ejemplo, una misa o un oficio religioso. En el barroco irá seguida de una fuga, siendo muy conocidas las de Bach. En España se llaman tientos, siendo famosos los de Antonio de Cabezón, virtuoso del órgano, ya que todo en ellos es de invención propia, constituyendo en muchas ocasiones verdaderos ejercicios de experimentación armónica, arriesgadas veredas por las que luego caminarían los maestros del Barroco, Buxtehude y Bach.
Se parte de un tema conocido, chanson, villancico, madrigal o canto llano y se repite un número indeterminado de veces cambiando el ritmo, el tempo, la tonalidad, la textura, la tímbrica, etc. En España reciben el nombre de diferencias. En Inglaterra se llama Ground a un tipo de variaciones sobre un bajo ostinato. También se hacía en España sobre los acordes de la Folía, el Passamezzo o la Romanesca. Esta costumbre anticipa la técnica del bajo continuo que tanto éxito tendrá en el barroco.
A este grupo pertenece la mayor parte de la música puramente instrumental que se compone durante el renacimiento, no olvidemos que la única y exclusiva música medieval de género instrumental que se ha conservado impresa son las estampidas y ductias que eran propiamente dos tipos de danzas.
Ahora no es una actividad perseguida por la Iglesia, incluso se convierte en imprescindible para prosperar en sociedad, como se nos recuerda en El cortesano de Castiglione. Las danzas se agrupan de dos en dos, una lenta y otra rápida, una binaria otra ternaria, una de pasos otra de saltos, con nombres como pavana y branle, o Intrada y canario, o alemanda y saltarello, lo que da lugar a la suite que en el barroco, desligándose de su función danzable se convertirá en la suite orquestal, uno de los primeros géneros para orquesta. Son muy conocidas las colecciones de danzas de Attaignan, de las que se vendieron innumerables ediciones.
Ya hemos hablado de los ministriles, verdaderos protagonistas de la música instrumental en el renacimiento. Es necesario hablar también del maestro de capilla, el maestro que los formaba y por tanto de las capillas, como canteras de instrumentistas y no solo de cantantes.
Dicho esto los instrumentos del renacimiento los estudiaremos por familias siendo los de viento los utilizados por los ministriles, chirimías, cornetas, flautas dulces, bajon, sacabuche, cromorno y trompetas.
Los de cuerda se asociaban con la nobleza quizá por influencia de los antiguos trovadores, y por tanto eran instrumentos que servían muy bien al acompañamiento del canto cortesano. El laúd en Europa y la vihuela en España. La familia de viola de gamba se asocia con la música cortesana, siendo el origen de la primera orquesta europea, la de los 24 violines del rey, ya barroca, con Lully como maestro de ceremonias. Luego tenemos instrumentos de tecla, el clave, clavecín, clavicémbalo, cémbalo, clavicordio, virginal, todos ellos hijos bastardos del salterio, al que se añade un mecanismo de teclas y una caja resonante. Es un instrumento caro y por tanto de carácter culto y refinado. El órgano instrumento que siempre ha ido unido a la Iglesia, tanto católica, como anglicana y luterana, instrumento utilizado por el maestro de capilla y por tanto idóneo para la composición de polifonía.
Cuerda: laúd (1), guitarra (2), vihuela (3), viola da braccio (4), viola da gamba (5), clave (6), espineta (7).
Viento: bombarda (8), cromorno (9), cornamusa (10), chirimía (11), sacabuche (12), serpentón (13), órgano (14).
3.1. Escucha estos 4 fragmentos de polifonía religiosa renacentista y decide:
si es a capella o con acompañamiento
si la textura polifónica es homofónica, contrapuntística y/o melodía acompañada
a cuantas voces (2, 3, 4, 5 ó 6)
en qué idioma cantan
y a qué género pertenecen.
3.2. Escucha estos 5 fragmentos de música vocal renacentista y decide:
si es a capella o con acompañamiento
si la textura polifónica es homofónica, contrapuntística o melodía acompañada
a cuantas voces (2, 3 ó 4)
en qué idioma cantan
si es religiosa o profana
y a qué género pertenecen.
3.1. Los géneros musicales del Renacimiento. No me cuentes historias...Dibújamelas