Historia: Los primeros habitantes de la isla de Gran Bretaña eran cazadores paleolíticos, que seguían manadas de animales salvajes. Durante milenios, estos pueblos y muchos otros que habían emigrado del continente, desarrollaron complejos sistemas sociales. En el año 44 d.C. los romanos invadieron el sur de la región. En el año 90 d.C. crearon la provincia de Britania y entre el 70 y el 100 fundaron Londres. A comienzos del siglo V, los romanos abandonaron la isla. Poco después, invasores anglos, sajones y jutos, de origen germánico, empujaron a los celtas hacia la costa oeste y se apoderaron del sur, donde establecieron reinos anglosajones. Durante el siglo V, los habitantes de Irlanda y Gales adoptaron el cristianismo. En el siglo VII, el poder de Roma se impuso sobre la iglesia británica. En los siglos VII y IX, los daneses invadieron la región oriental de Inglaterra. En el siglo XI, los normandos, liderados por Guillermo el Conquistador, invadieron la isla e impusieron su hegemonía. Los reyes anglonormandos desarrollaron una poderosa administración y dominaron dos alzamientos de los nobles. El prestigio ganado por el rey Ricardo Corazón de León (1189-1199), uno de los líderes de la Tercera Cruzada, se desmoronó bajo el reinado de su sucesor Juan Sin Tierra (1199-1216). Inglaterra perdió sus territorios franceses y los barones, en alianza con el clero, aprovecharon la debilidad de la corona para obtener algunas reivindicaciones en la Carta Magna de 1215. Este documento sentó las bases del parlamentarismo británico. A partir de entonces se libró una lucha permanente por el poder entre la monarquía y la nobleza, a la cual se unió posteriormente la burguesía. El parlamento representaba los intereses de estas clases y se llegó finalmente a la consolidación de una monarquía parlamentaria. Los frecuentes conflictos dinásticos, las aspiraciones de la corona británica al trono francés, la rivalidad comercial de estas dos naciones en Flandes y el apoyo prestado por Francia a Escocia en sus guerras con Inglaterra, provocaron la Guerra de los Cien Años (1337-1453), que culminó con la derrota británica y la pérdida de sus posesiones en el continente. Los fracasos militares aumentaron el desprestigio de la corona, que tuvo que enfrentarse al movimiento antipapal de los seguidores de Wycliffe (antecesor de Lutero) y una rebelión campesina. Los campesinos, comandados por Wat Tyler se rebelaron contra el pago de tributos y el poder de los señores feudales. En 1381, Tyler y su tropas lograron entrar en Londres y negociar directamente con el rey. Sin embargo, la rebelión campesina no tuvo éxito, y Tyler fue ejecutado. En la etapa posterior a la Guerra de los Cien Años, la disputa dinástica entre los Lancaster y los York desencadenó la guerra de las Dos Rosas, que culminó con el ascenso al poder de los Tudor en 1485. El período de los Tudor es considerado el comienzo de la historia moderna en Inglaterra. Uno de los Tudor, Enrique VIII (1509-47) rompió con Roma, confiscó todos sus monasterios y fundó la Iglesia Anglicana. El deseo de extender la autoridad inglesa y la reforma religiosa a Irlanda hicieron que la sucesora de Enrique, Isabel I (1558-1603), impusiera su dominio en el Ulster. La invasión de Irlanda por parte de los Tudor dio origen a siglos de conflicto político y religioso. Bajo el reinado de Isabel I florecieron la poesía y el teatro (Ben Jonson, Marlowe, Shakespeare), se desarrollaron la industria y el comercio, y se inició la aventura colonial, embrión del futuro imperio. Los barcos mercantes ingleses, los que se usaban para el tráfico de esclavos, los piratas y corsarios, o los buques con nuevos colonos, surcaron libremente los océanos. Los mercados se multiplicaron, la demanda creció rápidamente y los productores se vieron obligados a emplear nuevas técnicas para acelerar su producción. Fue el prólogo de la revolución industrial que se desarrolló en el país a partir del siglo XVIII. La unión bajo el reino de Jacobo I (1603-1625) de la corona de Escocia y de Inglaterra puso fin a la independencia de la monarquía escocesa. La intolerancia religiosa de Carlos I, hijo de Jacobo, provocó una rebelión en Escocia y creciente descontento en Inglaterra. El deterioro de la situación política llevó al partido puritano, con el apoyo del Parlamento, a armar su propio ejército, dirigido por Oliver Cromwell, que en 1642 derrotó a las fuerzas reales. En 1649, el Parlamento condenó a muerte al rey y proclamó a Cromwell Lord Protector, instituyendo la república del Commonwealth, que se convirtió en un régimen despótico. Tras su muerte, se restauró la monarquía en 1658, con Carlos II. El nuevo régimen impulsó la colonización de Norteamérica y el comercio con América, Extremo Oriente y el Mediterráneo. La trata de esclavos -secuestro, tráfico y venta de africanos a América y otros lugares- iniciada en el siglo XVI, se convirtió en una de las principales fuentes de ingreso del imperio. La política absolutista de Jacobo II y su profesión de fe católica chocaron con el Parlamento protestante y provocaron la Revolución Gloriosa. El rey huyó a Francia y los protestantes invitaron al holandés Guillermo de Orange a asumir el trono. En 1689, Guillermo III juró sobre la Declaración de Derechos, que limitó los poderes reales y aseguró la supremacía del Parlamento. En 1707 se unificaron los parlamentos de Escocia e Inglaterra y se creó el Reino Unido de Gran Bretaña. El país intervino en la guerra de sucesión de España y, por el tratado de Utrecht (1713), obtuvo Menorca,Gibraltar y Nueva Escocia. El creciente peso de los impuestos, como se expresó por ejemplo en la Ley del Timbre (1765) provocó un levantamiento en las colonias americanas, que culminó con la proclamación de la independencia de Estados Unidos en 1776. En 1801, después de sofocar la sublevación nacionalista irlandesa de 1798, se creó el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, con la disolución del Parlamento Irlandés (ver Irlanda). Paralelamente, la revolución industrial comenzó en la industria textil, la primera en enfrentar el problema planteado por la demanda cada vez mayor de telas desde ultramar. La mejora de los transportes, la acumulación de capitales, la expansión del comercio, la creación de un vasto imperio colonial, los adelantos científicos y el apogeo de la burguesía, fueron las características principales de la época. Los sindicatos (trade unions) se formaron por primera vez en Gran Bretaña. Robert Owen (1771-1858), considerado el fundador del socialismo y del cooperativismo inglés, expuso la tesis de que el predominio del interés individual conducía al empobrecimiento de las mayorías. Desde 1830 se dedicó a promover el cooperativismo y la organización sindical del movimiento obrero. En el largo período de la reina Victoria (1837-1901), la nobleza estrechó su alianza con la burguesía industrial y mercantil y surgieron los primeros movimientos socialistas. Los sindicatos obtuvieron su legalización en 1871. Poco después se aprobaron nuevas leyes laborales. Al mismo tiempo, la industria empezó a sentir la competencia de Estados Unidos y Alemania. Gran Bretaña incrementó su expansión en Africa, Asia y Oceanía, no sólo por intereses económicos sino también por la ambición política de construir un gran imperio. Fue ejemplar en este sentido la Guerra de los Boers (1899-1902), por el control de Sudáfrica, la más costosa guerra del siglo XIX. En 1917, las mujeres obtuvieron el derecho al voto. En 1916, los británicos reprimieron duramente la insurrección de Pascua, en Dublín, pero las fuerzas reales no lograron vencer la guerra de liberación iniciada en 1918. Al final, el Reino Unido accedió a la independencia de Irlanda, en 1921. Seis condados de la región nororiental, de mayoría protestante, fueron mantenidos bajo dominio británico, con gobierno en Belfast. La mayor parte de colonias británicas alcanzaron su independencia después de la Segunda Guerra mundial, desde entonces las principales preocupaciones de los gobiernos, se han concentrado en Europa. Ciertos vestigios del imperio, como las islas Malvinas, Hong Kong o Gibraltar han causado algunas fricciones con otros estados. En el ámbito local el partido Liberal perdió su influencia, desde entonces el partido de oposición es el partido Laborista, cuyos orígenes remontan a los movimientos sindicalistas de principios de siglo. Los laboristas formaron el primer gobierno en 1924, con Ramsay MacDonal como líder. Luego de haber formado un gobierno de Unión Nacional, durante la guerra, representado por Winstoin Churchill, los conservadores y laboristas han ocupado alternativamente el poder. El gobierno Laborista entre 1945 y 1950 realizó reformas muy importantes en la salud, la educación, la vivienda y la protección social. El consenso se rompió en los años 70 cuando la crisis económica, la inflación y el déficit público no podían ser solucionados. En este contexto, y con el declive de las industrias tradicionales sobre las cuales estaba construída la riqueza de la nación, Margaret Thatcher, llegó al poder, a la cabeza del partido conservador en 1979. Los años 80, fueron la década caracterizada por los problemas de privatización, la reforma de los gobiernos locales y la revisión del sistema tributario, que llevó al voto del polémico "Poll Tax" (el impuesto de la comunidad) que debía ser pagado por todos los habitantes capaces de votar. Thatcher ganó las elecciones de 1983 y1987. Consiguiendo además en 1982 la victoria en la Guerra de las Malvinas contra los argentinos. En 1990, Tatcher no se presentó a las elecciones a causa de conflictos al interior del partido. Su sucesor fue, uno de sus ex-ministros, John Major. En 1991, Major anunció el reemplazo del poll tax y promovió la adopción de medidas que dieran protección legal a los enfermos, las mujeres trabajadoras, los consumidores y la familia. No obstante, continuó algunas de las reformas, como la privatización del sistema de salud. Además Gran Bretaña, participó a la Guerra del Golfo, con 30.000 hombres. La aprobación del Tratado de Maastricht en 1991, definía a la Unión Europea como algo más que un mercado común, lo cual implicaba cambios en las políticas sociales, de inmigración y de finanzas. Los británicos rechazaron el capítulo social del tratado. Otro punto de litigio fue la moneda única. El sistema monetario europeo, era un compromiso que permitía a los miembros de la UE fijar la paridad de las monedas. A los pocos meses de formar parte de este sistema, Gran Bretaña, se retiró bajo la presión de los mercados financieros locales. Los conservadores consiguieron su cuarta victoria en las elecciones parlamentarias al obtener en 1992 una mayoría de 336 escaños sobre 651. Poco después de la votación, en la que perdió su escaño Gerry Adams, presidente del Sinn Feinn -movimiento político estrechamente vinculado con el Ejército Republicano Irlandés (IRA)- detonaron en Londres varias bombas de gran potencia. A partir de 1993 los conservadores empezaron a sufrir una serie de reveses electorales en comicios parciales o locales, en un contexto de recesión económica y alto desempleo, que afectaba a unos tres millones de personas. El 15 de diciembre, Londres firmó una declaración conjunta con Dublín respecto a la situación en Irlanda del Norte, que abrió la puerta a las conversaciones de paz (véase Irlanda). Pese a un contexto económico más favorable, el gobierno conservador no logró recuperar su popularidad durante 1994. Sucesivas victorias parciales de los laboristas en 1996 anunciaron la victoria nacional en los comicios de mayo de 1997, tras las cuales asumió Tony Blair el cargo de primer ministro. La impactante derrota de los conservadores, que sólo obtuvieron 30% de los votos frente a 43,1% de los laboristas (diferencia sin precedentes en este siglo), obligó a cambios en la jefatura del partido. Blair anunció en junio de 1997, la preparación de una nueva ronda de negociaciones sobre Irlanda del Norte. El primer ministro afirmó que el Sinn Fein podría participar en las mismas seis semanas después del cese del fuego por el IRA. El cese del fuego se hizo efectivo el 20 de julio y el Sinn Fein se incorporó a las conversaciones iniciadas el 15 de setiembre. En octubre, el ministro de Finanzas, Gordon Brown, declaró ante el parlamento que el país no adoptaría el euro en enero de 1999, pero que lo tendría en cuenta a partir de la próxima legislatura, en el año 2002. Junto a Dinamarca, el Reino Unido es el único país de la Unión Europea que goza de una cláusula especial que le permite no participar de la unión monetaria. A comienzos de 1998, las negociaciones sobre Irlanda del Norte permitieron acordar una nueva fórmula de paz. Sometida a plebiscito en mayo, la aprobación de los acuerdos superó el 70% en Irlanda del Norte. Según se establece en los acuerdos, Irlanda del Norte poseerá una asamblea legislativa, electa directamente por la población, al igual que Gales y Escocia. En forma simultánea, un plebiscito realizado en Irlanda puso fin, con la aprobación por un 95% de los votos, a la reclamación territorial de este país, al dejar abierta al pueblo del Ulster la posibilidad de decidir el futuro de la provincia. El nuevo sistema administrativo de Irlanda del Norte, tiene competencias en casi todos los sectores de la política interior y han de implementarse nuevas sistemas de cooperación con la República de Irlanda. El principal problema que persiste en Ulster, son los depósitos de armas del IRA, los unionistas no querían cooperar en este nuevo proceso, mientras los grupos armados no fueran desmantelados. A mediados de febrero del 2000, fue evidente que IRA no iba a dejar las armas según el calendario adoptado por los unionistas. El nuevo ministro, responsable de la provincia, Peter Mandelson, transfirió las responsabilidades a la nueva asamblea. Durante los meses que siguieron no se llegó a ningún acuerdo hasta que en mayo, el IRA propuso que una comisión internacional verifique el desmantelamiento de los depósitos de armas. Hasta el momento no se ha tomado ninguna decisión en este sentido. En el ámbito interior, las elecciones municipales de mayo del 2000 dieron la victoria a Ken Livingston, que había sido expulsado por Tony Blair del partido Laborista, Livingston se presentó como candidato independiente. Gracias a sus propuestas populistas, obtuvo una aplastante victoria sobre sus rivales conservador y laborista.
Sistema político:
El Reino Unido es una monarquía constitucional. El poder ejecutivo reside en el Primer Ministro, que es el líder del partido que ha obtenido la mayoría parlamentaria. Los dos principales partidos políticos son los Conservadores (Tories), los Laboristas además del Partido Liberal Demócata que surgió en los años 80. Ninguno de estos partidos está representado en Irlanda del Norte. El parlamento irlandés está dividido entre los Unionistas y el SDLP. Escocia y el País de Gales tienen partidos nacionales. La falta de un sistema de representación proporcional impide que los pequeños partidos estén representados. Las elecciones tienen lugar cada cinco años, pero este período puede ser modificado por el Primer Ministro. El poder Legislativo es bicameral, los miembros de la Cámara de los Comunes son elegidos mientras que los miembros de la Cámara de Lords son una mezcla de personas que han sido nombradas, de jueces, obizpos y miembros hereditarios. El Reino Unido es el único país que no tiene una constitución escrita, la administración y la política son regidas por una mezcla de leyes ordinarias, de leyes de estado, de decisiones judiciales y de convenciones que existen desde hace mucho tiempo.
Religión:
La religión predominante es la protestante anglicana (Iglesia de Inglaterra). Además se practican otras ramas del cristianismo: católico romana, Iglesia de Escocia, baptistas y metodistas. Hay minorías religiosas judías, musulmanas e hindúes).
Usos sociales:
La monarquía, aunque de caracter simbólico, es aún una fuerza de gran poder unificador. Los miembros de la familia real son objeto de incesante fascinación por parte del público y la prensa popular sigue con avidez todos sus movimientos. El saludo habitual es el apretón de manos. Al visitar la casa de alguien se deben seguir las normas de educación habituales y llevar un pequeño regalo en forma de flores o chocolate al anfitrión. En la mesa se debe esperar a que todo el mundo haya sido servido para empezar a comer. Ropa: Informal, aunque para entrar en algunas discotecas y restaurantes se exige corbata, pantalones de traje y zapatos (en lugar de vaqueros y zapatillas). Uso de lugares públicos: El topless está permitido en algunas playas y tolerado en algunos parques públicos. Las zonas para fumadores y no fumadores suelen estar bien indicadas. La prohibición total de fumar en bares, restaurantes, discotecas, pubs y oficinas entra en vigor en Escocia el 26 de marzo de 2006 y se está discutiendo su introducción enIrlanda del Norte en el verano de 2007. Está prohibido vender tabaco a menores de 16 años.
Inglés. También se habla galés, gaélico en partes de Escocia y de Irlanda, francés y francés normando en las Islas del Canal de la Mancha. Las minorías étnicas que viven en el Reino Unido hablan sus propios idiomas (hindi, urdu, turco, griego, chino mandarín y cantonés, etc).
Gran Bretaña está formada por Inglaterra, Escocia y Gales. Esto fue aprobado en el Parlamento en el año 1801, y desde entonces este colectivo es conocido como los británicos.
La formación de un solo estado sin las Islas Britanicas fue inevitable. La Gales Medieval estaba formada por muchas pequeñas poblaciones, que desde el año 1300 estuvieron bajo el control de Inglaterra.
De todas formas no fue hasta 1536, que Gales se incorporó formalmente a Inglaterrra, mediante una ley Parlamentaria.
Escocia e Inglaterra dejaron de ser dos monarquías separadas en 1603, cuando el rey James IV de Escocia sucedió a su prima Elizabeth I en el trono inglés.
También Irlanda estaba bajo la influencia inglesa desde el 1200, pero no fue unida al reino de Gran Bretaña hasta el 1801.
En 1992 una parte de Irlanda del Sur se separa de la unión. Entonces empezó un periodo de fragemtnación política, de todas formas desde entonces Gran Bretaña ha permanecido intacta y ha continuado absorbiendo nueva gente que llega desde todas partes del mundo.
Historia Breve de Gran Bretaña
Muchos extranjeros dicen “Inglaterra”e“Inglés” cuando realmente quieren decir “Gran Bretaña” y “Británicos”.
Esto resulta un poco molesto para la gente que vive en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que no son ingleses. La gente de Escocia, Gales, Irlanda del Norte e Inglaterrason Británicos.
Pero…¿Cuál es la diferencia entre los nombres “Gran Bretaña” y “Reino Unido”?y…¿Qué son las “Islas Británicas”?
Historia Breve de Gran Bretaña
Esta es la abreviación de “El Reino Unido de Gran Bretaña y del Norte de Irlanda”.
Es normal usar la abreviatura “Reino Unido”, y es el nombre político oficial de lo que forman Inglaterra, Escocia, Gales y Irlanda del Norte (también conocido como Ulster).También algunas islas de la costa Británica forman parte del Reino Unido.
Reino Unido
Este es el nombre de la isla formada por Inglaterra, Escocia y Gales, y hablando desde un punto de vista técnico, no forma parte de esta isla Irlanda del Norte.
El origen de la palabra “Gran” es por la extensión de este territorio. El hecho de que se le pusiera este “Gran” delante para referirse al territorio es porque en algunas lenguas europeas Bretaña y Británico significan lo mismo – es el caso del Francés -, por eso para diferenciar cuando se estaban refiriendo a los Británicos, de cuando estaban refiriéndose al territorio, decidieron hablar de Bretaña como Gran Bretaña.
Gran Bretaña
Este es el nombre geográfico para referirse a todas las islas que se encuentran al noroeste del continente Europeo: Gran Bretaña (formada por Inglaterra, Escocia y Gales), Irlanda (mitad norte y mitad sur), las Islas del Canal y la Isla de Man.
Pero es importante recordar que Irlanda del Sur – La República de Irlanda (también llamada “Eire”) – es completamente independiente.
Así pues, se puede decir que “Reino Unido” es el nombre correcto para referirse desde un punto de vista político, más que desde un punto de vista geográfico.
Británico es lo que se refiere a la gente del Reino Unido, Gran Bretaña y las Islas Británicas en general.
Islas Británicas
La formación del Reino Unido costó muchos siglos, y hubo muchas guerras.
En el siglo XV, el príncipe de Gales, Henry Tudor, se convirtió en el Rey Henry VII de Inglaterra. Después su hijo, el Rey Henry VIII, unió Inglaterra y Gales bajo un mismo Parlamento en 1536.
En Escocia pasó algo similar. El rey de Escocia heredó la corona de Inglaterra y Gales en el 1603, y se convirtió en el rey James I de Inglaterra y Gales, y Rey James VI de Escocia.
Los Parlamentos de Inglaterra, Gales y Escocia se unieron un siglo después, en 1707.
Bandera de Escocia
Los Escoceses y los Galos están orgullosos de ser gente independiente.
En los últimos años ha habido intención de proclamar la independencia por parte de los dos países, particularmente en Escocia, donde el Partido Nacionalista Escocés es muy fuerte.
De todas formas, en un referéndum en 1978, los Galeses renunciaron a su independencia, y en 1979 y 2014 los Escoceses hicieron lo mismo.
Esto demuestra que la mayoría de Galos y Escoceses están contentos de pertenecer al Reino Unido, aunque a veces sí tienes la sensación de que están dominados por Inglaterra, particularmente por Londres.
Bandera de Gales
Toda Irlanda formó parte de Gran Bretaña desde 1801 hasta el 1992, año en que se formó la Republica Independiente de Irlanda en el Sur, e Irlanda del Norte pasó aformar parte del Reino Unido de Gran Bretaña y de Irlanda del Norte.
En los últimos tiempos hay tensiones políticas debido a que Irlanda del Norte quiere la independencia.
Hace 2000 años las Islas Británicas estaban habitadas por los Celtas, quien originalmente llegaron desde el continente Europeo.
Durante los próximos 1000 años hubieron allí muchísimas invasiones.
Los romanos llegaron desde Italia en el año 43 y llamarón al país “Britannia”.
Los anglosajones llegaron de Alemania, Dinamarca y Holanda en el siglo V, y de ahí viene el nombre de England (Angle-land).
Los vikingos llegaron de Dinamarca y Noruega en el durante el siglo IX, y en el 1066 los Normandos les invadieron desde Francia.
Estas invasiones llevaron a los Celtas a refugiarse en lo que hoy es Gales, Escocia, e Irlanda.
Bandera de Inglaterra
Los ingleses en cambio, son los descendentes de todos los invasores, sobretodo de losanglosajones.
Estas diferencias en los orígenes explican algunas de las diferencias entre los Ingleses, Galos, Escoceses e Irlandeses – en ecuación, religión, legislación, y como más obvio, lalengua.
Los Celtas hablaban Celta, que sobrevive aún como Galo, Escocés Gaélico, e Irlandés Gaélico.
Menos de una cuarta parte de los Galos (600.000 de 2.800.000) hablan galo.
El escocés gaélico y el irlandés gaélico aún se hablan, de todas formas han sufrido muchas más transformaciones por la influencia del Inglés, que no el Galo.
De todas formas hay que decir que estas lenguas son ahora oficiales, y enseñadas en la escuela.
Bandera de Irlanda del Norte. actualmente de uso no oficial
El inglés nace del anglosajón y es una lengua germánica. Todos los invasores, especialmente los normandos franceses, influyeron en la lengua inglesa, así pues se pueden encontrar muchas palabras inglesas que tienen su origen en el francés.
Hoy en día todos los galos, escoceses e irlandeses hablan Inglés (incluso si hablan su lengua mejor), pero todos los países tienen su propio acento y dialectos, y se puede saber de donde son fácilmente con tan solo oírlos.
Algunas veces gente de los cuatro países del Reino Unido tiene dificultades para entender a otro les mismo Reino Unido pero de diferente país, por la diferencia en los acentos.
El acento inglés es el que usualmente se enseña a los extranjeros ya que generalmente es el más fácil de aprender.
Ha habido muchas olas de inmigración dentro a la Gran Bretaña, y también movimientos dentro del propio Reino Unido. Por ejemplo, gente de Gales, Escocia y Irlanda se han ido a vivir a Inglaterra; y judíos, rusos, alemanes, y polacos se han ido a Gran Bretaña (especialmente a Londres) durante los cambios políticos que se han ido produciendo en Europa.
Los ciudadanos de la Commonwealth tuvieron la entrada libre a la Gran Bretaña hasta 1962.
Antes de la Segunda Guerra Mundial la mayoría de inmigrantes llegaban desde Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sur África.
En los años 50, la gente del Oeste de la India, Pakistan, Bangladesh y Hong Kong también se animaron a ir a vivir y trabajar a la Gran Bretaña.
La Bretaña Multirracial