Donald Trump

¿Podría el escándalo de Rusia desembocar en un ‘impeachment’ a Donald Trump?

Los supuestos vínculos del presidente electo con el Kremlin dejan al futuro líder de EE.UU. en una posición vulnerable

Las especulaciones y peticiones de impeachment contra Donald Trump existen incluso antes de que el futuro presidente de EE.UU. ganara las elecciones en noviembre. No obstante, los supuestos vínculos del magnate con Rusia que han salido a la luz está semana, con la suma de los escándalos que emergieron durante la campaña electoral, dejan al futuro presidente de EE.UU. en una posición vulnerable ante un posible proceso de destitución.

Para forzar a dimitir al líder del país, la Constitución de Estados Unidos recoge la posibilidad de llevar a cabo un impeachement (juicio político o proceso de destitución), que debe someter el Congreso, formado por la Cámara de Representantes y el Senado.

En EE.UU. es el Congreso quien somete el ‘impeachment’ al presidente

El informe revelado el miércoles, el mismo día que Trump lo tachó de “infamia” ante la prensa, concluye que el Kremlin tiene información comprometedora sobre el futuro líder de la superpotencia mundial, que podría usar para chantajearle una vez se instale en la Casa Blanca (a partir del 20 de enero).

Si bien es practicante imposible verificar las informaciones del dossier elaborado por el exespía británico Cristopher Seele , estas han sido consideradas lo suficientemente relevantes como para que los servicios de inteligencia de EE.UU. elaboraran un resumen de dos páginas que entregaron a Donald Trump y Barack Obama.

El presidente estadounidense Barack Obama se reúne con el recién presidente electo Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca

¿Podrían desembocar estas revelaciones en la destitución de Donald Trump? Actualmente se ve poco probable, pero algunos expertos apuntan hacia esta posibilidad.

Si saliera a la luz alguna otra prueba de que Trump confabuló activamente con Rusia durante la campaña, “estaríamos ante el escándalo político más explosivo de la historia de Estados Unidos”, aseguró el miércoles pasado una ex consejera legal de la Agencia de Seguridad de EE.UU. (NSA), Susan Hennessey, a la revista Forbes .

Estaríamos ante el escándalo político más explosivo de la historia de Estados Unidos”

Ex consejera legal de la Agencia de Seguridad de EE.UU.

“Incluso republicanos de la línea dura en el Congreso probablemente pedirían al vicepresidente electo, Mike Pence, que tomara las riendas del país”, añadió la experta.

En Estados Unidos, si se produce un impeachment que deriva en destitución (el proceso no tiene porque acabar siempre con la expulsión del presidente) es el vicepresidente quien asume el cargo de la Presidencia.

Es altamente probable que Trump se enfrente a un proceso de destitución entre los primeros 12 y 18 meses de su mandato”

Profesora en Ciencias Políticas de la Universidad de Manchester

Por su parte, la profesora en Ciencias Políticas de la Universidad de Manchester Angelina Wilson afirma a The Independent que “es altamente probable que Trump se enfrente a un proceso de destitución entre los primeros 12 y 18 meses de su mandato”.

La misma fuente concluye que ya sea por el dossier de Rusia como por los escándalos anteriores, Trump se ha convertido “en una carga para el partido Republicano”. “En algún momento [los republicanos] tendrán que distanciarse de él para solidificar la reelección a la Casa Blanca”, añade.

En algún momento los republicanos tendrán que distanciarse de él para solidificar la reelección”

Profesora en Ciencias Políticas de la Universidad de Manchester

En este sentido, cabe recordar que Trump ha tenido grandes críticos dentro del partido, entre ellos el propio presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan . De hecho, fueron los mismos republicanos quienes encargaron la investigación sobre Trump y Rusia. Según informa la BBC , un grupo externo que apoyaba al entonces rival del magnate en las primarias Jeb Bush fue el principal cliente inicialmente. Después, cuando Trump se convirtió en candidato presidencial, el relevo lo tomó un donante demócrata anónimo.

Las previsiones de impeachment de esta semana se suman a las que hicieron otros expertos hace meses. Es el caso del profesor de Historia de la Universidad Americana, Allan Lichman, quien, aparte de acertar los presidentes estadounidenses de los últimos 32 años, incluidos Trump, también auguró en septiembre un juicio político para el magnate, según publicó The Wall Street Journal .

Sería un proceso motivado por un Congreso republicano que preferiría a Mike Pence

Sería, según Lichman, un proceso motivado por un Congreso republicano que preferiría tener como presidente a Mike Pence, que inspira más confianza a los republicanos del stablishment que Trump. La clave está en los republicanos, ya que dominan ambas cámaras del Congreso (la del Senado y la de Representantes).

Con todo, no existe ningún precedente en la historia de EE.UU. donde un presidente haya sido realmente destituido como resultado de un impeachement. Andrew Johnson, sucesor de Abraham Lincoln, y Bill Clinton pasaron por dicho ejercicio y salieron absueltos. Y en 1974, Richard Nixon dimitió antes de someterse al escrutinio político por el escándalo de Watergate.

Los obstáculos son grandes. Y las probabilidades de la caída de Trump, todavía pequeñas.

No hay precedente en la historia de EE.UU.

Así se fraguó el escandaloso informe sobre Trump

El exespía encargado de los informes teme por su vida después de que saliera su nombre a la luz

Aún no se ha mudado a la Casa Blanca y Donald Trump ya tiene su primer gran escándalo con el informe no contrastado sobre el chantaje de Rusia y sus vínculos con el Kremlin. El presidente electo ha calificado el expediente de “falso” y dice sentirse atacado como si estuvieran en la Alemania nazi. El que estaría detrás del escandaloso documento de 35 páginas sería un exagente del Servicio de Inteligencia de Reino Unido, el MI-6, llamado Christopher Steele. Ahora éste teme por su vida y ha abandonado su residencia habitual, según explican este jueves los medios británicos.

¿Cómo empezó todo?

La respuesta a esa pregunta la ha intentado explicar hoy The New York Times en un amplio artículo donde detalla cómo surgió la investigación para dar con los trapos sucios del que, por entonces, era el precandidato más polémico. La historia empezó en septiembre de 2015 cuando un donante republicano anónimo, muy contrario a Trump, contrató a una firma de investigación de Washington llamada Fusión GPS. La idea era sacar a la luz los escándalos del magnate y sus puntos débiles para hundirlo, lo que allí llaman un “expediente comprometedor”.

Fusión GPS está encabezada por un experiodista del diario The Wall Street Journal llamado Glenn Simpson. Durante las elecciones presidenciales esta organización investigó a ambos partidos en liza en la contienda electoral estadounidense. Es algo rutinario y les sirve para crear una amplia base de datos. Una vez puestos manos la obra, trabajaron durante meses para recopilar datos de Donald Trump sobre sus negocios y vida privada, aunque en primavera se acabó el interés por hundirlo cuando fue elegido candidato republicano. Parecía que la búsqueda de trapos sucios estaba condenada a morir ahí, pero entonces surgió el interés de partidarios demócratas de Hillary Clinton que decidieron financiar la investigación.

Supuestos partidarios de Clinton financiaron a Fusión GPS cuando el donante republicano decidió retirarse (Anadolu Agency / Getty)

En verano hubo un giro inesperado en el guión. El Comité Nacional Demócrata sufrió un importante hackeo, supuestamente por miembros del gobierno ruso, y se empezaron a publicar en internet algunos documentos robados. Fue entonces cuando Glenn Simpson decidió contratar a Christopher Steele, uno de los directores de la agencia Orbis. Ya habían trabajado juntos antes y el exagente conocía bien Rusia porque trabajó durante 20 años en Moscú.

Según detalla The New York Times, Steele, por su pasado como espía, no estaba en condiciones de viajar a Rusia para investigar una posible relación de Trump con ese país. Encontró la solución contratando a nativos rusos. Estos le iban pasando informes y el exagente los juntaba en documentos que fue enviando a Fusión GPS hasta el pasado diciembre.

El ex agente del MI-6 quería destapar su informe

Una vez superadas las elecciones, la empresa de espionaje dejó de recibir la supuesta financiación demócrata. Las informaciones proporcionadas eran muy difíciles de comprobar por la ausencia de pruebas. Así que Steele puso en conocimiento del FBI sus descubrimientos sobre Trump, pero acabó cortando la relación frustrado por la lentitud del Departamento de Justicia de EE.UU. y porque pensaba que no estaban investigando seriamente sus informes.

Supuestamente, este exagente del MI-6 se pasó semanas haciendo circular sus documentos por diversas agencias de inteligencia para que alguna hiciera algo. La información llegó a manos del senador republicano John McCain, al que Trump ha criticado en alguna ocasión, y éste se la entregó al director del FBI. Los servicios secretos elaboraron un dossier propio y se lo mostraron tanto al presidente electo como a Barack Obama.

El expediente se filtró a numerosos medios de comunicación, pero no se atrevieron a publicarlo en su momento al no poder contrastarlo debidamente. Eso cambió esta semana cuando responsables de la CIA, FBI y la Agencia Nacional de Seguridad añadieron el informe en un comunicado de prensa relacionado con el ciberataque de Rusia.

BuzzFeed fue el primero en publicar el escándalo el pasado martes, la CNN le dio veracidad y a continuación el resto del mundo se hizo eco. A partir de ahí empezó a circular el chantaje de Rusia, el incidente de las prostitutas contratadas por Trump para orinar en una cama donde había dormido el matrimonio Obama o el vínculo con el Kremlin.

Steele teme una reacción desde Moscú

Ahora, según informa The Telegraph, Steele teme por su vida porque su nombre también se ha dado a conocer en lugar de permanecer en el anonimato. Según uno de sus vecinos en Surrey (Reino Unido), el autor del expediente ha huido de su hogar por el miedo que le produce una reacción contra él desde Moscú.

La fuente contactada por The Telegraph asegura que Christopher Steele llenó sus maletas a toda prisa tras hacerse público el escándalo de Trump. Se marchó junto a su familia, pero antes fue a dejar su gato al cuidado de un vecino diciendo que estaría fuera “unos días”. “No estoy seguro de dónde ha ido o cómo contactar con él. No sé mucho de él, sólo nos saludábamos”, explica el vecino.