En "Para propagarse necesita..." te proponemos 3 experiencias distintas para demostrar que el sonido se puede propagar por los sólidos
Baquetas o palillos de madera: Materiales utilizados en otras experiencias anteriores.
Altavoz vibracional: Se pueden conseguir en tiendas de electrónica.
Amplificador con Bluetooth: Se puede conseguir en tiendas de electrónica.
Teléfono móvil para que se conecte con el amplificador vía Bluetooth
Primera experiencia: Colocamos la bola de la baqueta apoyándola en la parte central de la oreja (con cuidado de que no se introduzca en el interior del oído). Arañamos el otro extremo de la baqueta con las uñas.
Segunda experiencia: Mordemos uno de los extremos de la baqueta y arañamos el otro extremo con las uñas
Tercera experiencia: Colocamos el altavoz vibracional apoyado en la parte posterior del cráneo, en la frente o en la coronilla. El altavoz deberá conectarse al amplificador. Con el teléfono móvil, seleccionamos el amplificador en Ajustes / Bluetooth. Ponemos música en el móvil.
¿Qué ocurre si arañamos la baqueta sin que esta se apoye en nuestra oreja?
¿Qué ocurre si sujetamos la baqueta entre los dientes?
Se puede colocar el altavoz en otros lugares del cuerpo, ¿se puede escuchar la música?
Esta experiencia muestra que el sonido se propaga en los sólidos. Los sólidos transmiten el sonido a una mayor velocidad que los gases, de ahí que el sonido se escuche como si hubiera sido amplificado, ya que apenas se amortigua en su trayecto.
El profesor/a puede comentar a los alumnos que, de hecho, fue en esta experiencia en la que se basó el inventor del estetoscopio, el médico francés René Laennec en el siglo XIX. Antes de este invento, los médicos debían apoyar la oreja en el pecho de cada paciente para escuchar los latidos de su corazón.
El profesor/a también puede poner un fragmento del 4º movimiento de la 9ª sinfonía de Beethoven, la Oda a la Alegría, que se ha adoptado como himno de la Unión Europea. El profesor/a puede comentar que Beethoven escribió la 9ª sinfonía cuando estaba ya prácticamente sordo. Para escuchar el sonido de su piano, sujetaba una batuta entre los dientes.