70 HNO NOLASQUE PIERRE Pierre Clavel 1872 + 2 I 1941
Nació en una gran granja situada en una región extremadamente agreste del Gevaudan. La pequeña población de Luc, vio nacer a Pierre Clavel el 15 de abril de 1872. El cielo le destinaba una fecunda carrera en nuestro Instituto. Su familia era de renombre en la región por sus tradiciones de probidad, trabajo y vida cristiana.
En nuestra escuela de Luc, Pierre se distinguirá por la aplicación al estudio, su amabilidad con sus compañeros, y su obediencia a los maestros. La semilla de una sincera piedad fue sembrada en el hogar familiar y se desarrolla con la educación religiosa. A los catorce años decide consagrarse por entero a Dios.
El 30 de abril de 1886 llega al noviciado menor de Vals, donde estará dos años llenos de alegría, de trabajo, piedad, que le preparará para un ferviente noviciado y su toma de Hábito realizada en octubre de 1888 en el Noviciado del Puy.
En el escolasticado de Paris se prepara para la obtención del título que le acredita como maestro. El noviciado menor de Buzenval fue donde se inicia en su labor apostólica. ¡Buen principio¡
Durante quince años, San Nicolás d´Igny será su lugar de apostolado, teniendo la suerte de tener como director al Hermano Allais Charles, futuro superior general y la compañía de muchos Hermanos muy experimentados que le comunican rápidamente muchos secretos para triunfar. Por naturaleza estaba muy bien dotado; su ascendiente moral le permitía obtener orden y muy buen trabajo, sin necesidad de llamar la atención o castigar. El Hermano Nolasque Pierre enseña las matemáticas a los alumnos mayores con gran autoridad, pero sin perder la bondad y la paciencia que le caracteriza su acción educativa y administrativa.
Participó en el Segundo Noviciado en 1905, saliendo con la determinación de ser cada día más un verdadero discípulo de San Juan Bautista de La Salle y terminó sus resoluciones con la siguiente frase: “Estoy dispuesto a dejas a mis padres, patria, y todo lo que quiero por ser fiel a mi vocación y ganar almas para Jesús”
Después de iniciarse en la lengua castellana, en el escolasticado apostólico de Clermont, al inicio de 1909 se embarca para México, en donde había un buen número de Hermanos de Paris que le precedieron. Como subdirector de Morelia, practicó el español y conoció las costumbres del país. Para después asumir la dirección del Colegio de San Pedro y San Pablo en Puebla. El puesto era delicado, pero con su excelente forma de ser le atrajo todas las voluntades, y el Colegio siguió creciendo. Su excelente administración y los informes que daba a la Mitra, le permitieron obtener mejoras importantes en el edificio, para que fuera más adecuado y confortable.
Se ganó la simpatía de las familias, y el colegio gozaba de una fama a nivel nacional, hasta que aparece la Revolución que acababa momentáneamente
El 18 de agosto, en Veracruz, recibe la orden de acompañar a Francia a e la floreciente obra lasallista mexicana. un grupo de Hermanos jóvenes, que la movilización general estaba llamando a filas. Liberado después de algunos meses de la vida militar, será durante cinco años Pro-director de San Nicolás de Buzenval.
Es dentro de la Comunidad, que el Hermano Nolasque Pierre prodiga la riqueza de su corazón. Su naturaleza alegre disipa pronto las nubes pasajeras que nublan ciertos momentos y él trasmite mucha cordialidad entre los Hermanos. Sabías que siempre estaba dispuesto a servir y que podían acudir a él en busca de consejo o de la explicación que requerían. Era como el hermano mayor, entregado, generoso, edificante y que veía por sus necesidades. Su piedad era fuerte y sincera, su regularidad exacta, su infatigable entrega no menos que su carácter enérgico, y una amable forma de conducirse contribuía en mucho a afianzar las vocaciones en los primeros años de vida religiosa.
Ya adaptado a esta casa toma la dirección en 1919 por un período de seis años durante los cuales el pone al servicio de la obra toda la riqueza de su personalidad. Gracias a una mezcla de sentido común, de mesura, bondad y rectitud, fue para sus inferiores como padre muy amado, generador de entusiasmo un mentor prudente y entregado. Uno de sus primeras preocupaciones era la perseverancia de los Hermanos jóvenes de su comunidad. Saber que estaban contentos, lo hacía feliz, y sonreía de todo corazón manifestándoles su alegría exuberante y espontanea.
Si a pesar de todos sus esfuerzos por hacerles la vida de comunidad agradable y ferviente, algunos jóvenes religiosos se dejan seducir de la influencia del mundo y abandonaban su santa vocación, a nuestro Hermano se le desgarraba el corazón y derramaba lágrimas.
Admirablemente dotado como administrador, tenía una gran ponderación y un sentido común notable que le permitía afrontar dificultades con toda calma y resolverlas. Emprendió acciones para mejorar los locales de las escuelas y el comité directivo de San Nicolás le dio toda la confianza ya que sus peticiones estaban bien fundamentadas y era moderado en sus exigencias.
Para estimular el progreso intelectual de los jóvenes profesores, el Hermano Directo, organiza cursos conforme a los programas oficiales y proporciona los libros y el material para la realización de los estudios. Los éxitos en los estudios llegaron y la felicitación del Hermano Director se hizo patente motivando toda acción emprendida para elevar el prestigio del Colegio.
El Hermano Nolasque Pierre se interesa de una manera particular en el reclutamiento para nuestra Congregación. Hablándoles a los Padres de los alumnos y a los alumnos mismos en las clases; dialogaba con el Hermano Reclutador para informarse de los jóvenes del Colegio que tenían intención de entrar al Noviciado Menor. Se alegraba mucho cuando alguien se decidía a entrar. Seguido el pedía oraciones especiales por las vocaciones religiosas y ponía esta intensión bajo el patronato del Santo Fundador y de santa Teresita de Lisieux a la que le profesaba mucha devoción.
En 1926, el Hermano Director es cambiado a San Nicolás de Igny. La mayor parte del personal que enseña es laico y sin mucha preparación; su reto fue renovarlo y transformarlo; siendo estos dos aspectos su máxima preocupación. Con tenacidad, celo, dulzura, abnegación admirables logró con el tiempo crear un excelente espíritu de familia entre maestros y alumnos.
El colegio alcanzó una prosperidad innegable, siendo la alegría de alumnos y padres de familia, para completar el plan de estudios agregó la enseñanza de la horticultura.
Nuestro juicioso Hermano era fiel a mantener la tradición establecida por sus predecesores y ella contribuía a una mejor organización y al prestigio de la institución; en caso contrario el no dudaba de sustituirla por otras formas que parecieran más adecuadas a las circunstancias o a la evolución de la pedagogía, a fin de proporcionar a los alumnos el medio necesario que favorezca el desarrollo de sus facultades. La formación cristiana, social, e intelectual le preocupa sobre todo. Para ello, contaba con los jefes de división a quienes no limitaba ni la confianza ni los medios de realizar los proyectos apostólicos.
“ EL Hermano Nolasque Pierre, comentaba un profesor seglar, une su gran voluntad a la dulzura, su responsabilidad hace una fecunda actividad. Su alto valor profesional y moral son factores importantes en la creación de la gran reputación, de por si brillante de la escuela de Igny. Educador eminente, donde su carácter forjado con rectitud, franqueza, bondad mueve los corazones de muchos de los alumnos y de los colaboradores religiosos y laicos, fue un administrador notable, en que su competencia iba al par con su modestia, en todas sus acciones no buscaba otra cosa que le bienestar de sus subordinados”.
Llegado a los sesenta años cambia el directorado de Igny por el de Buzenval más pesado aún. Él mismo lo anuncia en los siguientes términos: “voy a comenzar mi retiro con la disposición de cumplir la voluntad de Dios claramente manifestada por los superiores; es así que yo recibí con toda tranquilidad el anuncio de mi cambio. No crean que esto no representa para mí un gran sacrificio, pero ya lo he hecho tantas veces, que no me entristece, así que iré a Buzenval”
Su libreta personal testimonia más explícitamente los nobles sentimientos de su alma “ Sin duda es duro para mí, dejar una casa donde después de seis años de esfuerzos y donde todo parece ir bien, en que se tiene la confianza de los padres, de los alumnos y de los profesores y se estaba realizando el bien fácilmente. Un sentimiento de alegría y de reconocimiento llena mi corazón y por eso digo: Gracias Dios mío. Pienso que el cambio será algo de provecho para mi”
Yo dejo una comunidad donde la mayoría de los Hermanos son ancianos ejemplares, de buen espíritu, de unión fraterna, de entrega, de piedad y regularidad. En Buzenval me ocuparé sobre todo de numerosos Hermanos jóvenes que forman la comunidad. Los amaré, con el fin de ganarme sus corazones y hacerles el bien; seré más padre que superior. Si el cambio es doloroso para mí, como persona, tiene que ser muy beneficioso desde el punto de vista sobrenatural. Yo podré, al menos los últimos años de mi vida un verdadero Hermano.
Fue muy atento en cumplir todas sus resoluciones. Daba ejemplo en todo, a pesar de sus ocupaciones era puntual a los ejercicios del momento, así tenía derecho a y plena autoridad para exhortar. Sus conferencias, de media hora eran cuidadosamente preparadas, cercanas en las que invitaba al cumplimiento de la regla y hacer crecer la espiritualidad, el amor a la perseverancia. Se las ingeniaba para que fueran agradables.
Todas sus atenciones fraternas eran volcadas sobre los Hermanos soldados durante la guerra. Con ternura acogía a los que gozaban de permisos y generosamente los proveía de lo que necesitaban para restaurar sus fuerzas y pasar felices sus horas de descanso.
Alrededor del Hermano Nolasque Pierre admiraban su calma inquebrantable en medio de las responsabilidades de su cargo. Si alguno de los Hermanos se molestaba el Hermano Director aprovechaba la primera oportunidad para hacerle saber que él no lo estaba y mostrar con sus palabras que todo estaba olvidado.
Afectado por un tumor en el estómago, deja la dirección en octubre de 1940 para ir a la enfermería del Distrito. A pesar de su mal, observa una perfecta regularidad a los ejercicios de comunidad y demuestra una gran serenidad. Seguido alienta a los otros enfermos y les dice palabras de consuelo y alegría. La víspera de su muerte inesperada, los había felicitado a cada uno por el año nuevo.
El diagnostico médico no daba ninguna esperanza de curación, sin que se esperara un desenlace inminente. Pero en la noche del primero al dos de enero, se produce una hemorragia interna y rápidamente nuestro Hermano muere. La comunión del día anterior le sirvió de viatico, para el camino a la eternidad; donde el Señor a quién, generosamente, entregó su vida, en su gran misericordia, le dio la paga merecida a su bueno y fiel servidor.
En sus funerales estuvieron presentes los HH Visitadores de Paris, la mayoría de los HH Directores y una gran representación de los Colegios de Igny y de Buzenval.
En la semana de la vida religiosa de la diócesis de Versalles, el consagraron una breve nota necrológica que terminaba con este juicio: “Excelente religioso, administrador sabio, educador notable, siempre dueño de sí mismo, que deja un recuerdo profundo a todos los que lo trataron y estuvieron cerca de este Hermano” ( Notice Necologique 184)