alucinaciones Kraepelin

(Introducción de J.C. Stagnaro)

Psicopatologia y semiologia Alucinaciones según E. Kraepelin.

La sensación está, muy a menudo, profundamente perturbada en nuestros pacientes, como es evidente por la aparición de alucinaciones. Casi nunca están ausentes en las formas agudas y suba­gudas de la enfermedad. Bastante a menudo, ellas acompañan todo el curso de la enfermedad; pero, más frecuentemente, desaparecen en for­ma gradual, para reaparecer más claramente, de vez en cuando, en las últimas etapas.

Con mucho, las más frecuentes son las alucinaciones audi­tivas.

Al comienzo, éstas generalmente son simples ruidos, crujidos, zumbidos, timbres en los oídos, tañidos de campanas ("doblar a muer­to"), golpes, corrimiento de mesas, crepitación de látigos, trompetas, cantos tiroleses, otros cantos, llantos de niños, silbidos de pajaritos, ex­plosiones, chirridos, "disparos y estertores mortales", "la cama hace ecos a los disparos", la "Cacería Salvaje" hace un tumulto, "Satanás ruge debajo de la cama".

Y luego se desarrolla, gradual o repentinamente, el síntoma peculiarmente característico de la demencia precoz, a saber, el escuchar voces.

A veces, son sólo susurros, "como si me concernieran a mí", como dice un paciente, un lenguaje secreto, "burlándose del prisionero"; a veces las voces son fuertes o son suprimidas, como si fuesen producidas por un ventrílocuo, o como si fuese el llamado de un teléfono, "voces de niños"; un paciente escuchaba "hablar al mosquito". A veces gritan como en un coro o todas confusamente; un paciente habló de "tamborileo en el oído"; otro escuchaba "729.000 muchachas". A veces, las voces parecen tener un sonido metálico, son "voces resonantes", "voces de órgano”, o como de un diapasón.

Otras veces, no les parecen, a los pacientes, per­cepciones sensoriales en absoluto; son "voces de la conciencia", "voces que no hablan con palabras", "voces de personas muertas", "voces fal­sas", "voces abortivas". Un paciente decía: "se me aparecía en espíritu, como si encontraran una falta, sin haberla escuchado". Hay un "senti­miento interno en el alma", una "voz interior en los pensamientos"; "es pensada internamente en mí"; "sonaba como si fuese pensada"; "estaba entre el escuchar y el presentir”. De este modo se expresan los pacientes acerca de estas perturbaciones sensoriales.

No es poco frecuente que las ilusiones estén conectadas con ruidos re­ales. El reloj habla como si estuviese encantado; el correr del agua es transformado en palabras; cada escalón debajo del paciente habla; un paciente "escuchaba el pensamiento de otros saliendo de las suelas de sus botas". Aquí y allá las voces tienen una cadencia rítmica, probable­mente en relación con el pulso carotideo.

Las voces a menudo están relacionadas con el oído o con la cabeza; hay "voces en el oído"; hay espíritus malignos en el oído, un teléfono, un receptor, un fonógrafo en la cabeza; "el cerebro habla". Esto puede afec­tar a un solo oído, o por lo menos uno más que al otro; a veces las voces de los dos oídos tienen un carácter diferente. Un paciente afirmaba que las voces entraban "por un oído y salían por el otro". Muchos pacientes escuchan las voces en todo el cuerpo; "los espíritus gritan en el vientre", "en los pies", y posiblemente también andan por ahí: un paciente los es­cuchó hablando en su bolsillo. Otro escribió:

"Voz en el oído derecho: “Nunca”, por ejemplo en respuesta a un deseo.

Voz en el oído izquierdo: Estúpido-Jesús-Dios. Voz en el estómago:

Bribón-Punto-Bueno. Voz en la nariz: Munich: Ohoboy. Voz en el cora­zón: Muchacho. Voz en el costado derecho del abdomen: Patán".

Pero, en su mayor parte, el origen de las voces es buscado en el mun­do externo.

El paciente se siente influenciado por el teléfono, es un "te­léfono viviente"; "todo eso vino por el teléfono a la cama", decía un pa­ciente. La cuestión es acerca de la "dirección", de "las voces comunica­das de seres humanos", de "voces de espíritus murmurantes y natura­les", acerca de voces subterráneas desde el aire, desde el piso, voces de más allá de la India y de Siberia, voces susurrantes de toda la humanidad, "voces de espíritus que están muy cerca", voces de Dios, de los santos y de los benditos, del ángel de la guarda, pero especialmente de todas las personas concebibles en el vecindario. Un paciente escuchaba un pájaro silbar desde un cuadro; otro vio rayos de luz desde los que las voces ha­blaban. A menudo, las voces atormentan al paciente durante todo el día, y también por la noche escucha el "chismorreo del teléfono", o tal vez, escucha de vez en cuando, no infrecuentemente bajo la forma de comentarios separados únicos.

Sin embargo, es generalmente difícil obtener de los suspicaces y reservados pacientes, relatos confiables de estas ocurrencias; generalmente niegan que todavía escuchan voces, y sólo bajo presión admiten que, ayer o el día anterior, algo sucedió.

A veces los pacientes son sólo capaces de dar infor­mación general acerca de las voces: "había voces como si la batalla estuvie­se perdida", "como si yo hubiese emprendido algo"; "la conversación era acerca del rey y de la realeza", "de la vida y el alma y el amor divino", del "matrimonio y la muerte"; "el cura susurró algo en mi oído, que no pudo ser entendido”. Pero mucho más frecuentemente captan los términos exac­tos, como en la percepción real; algunos pacientes anotan lo que escuchan.

Lo que dicen las voces es, habitualmente, desagradable y perturba­dor.

"Las voces se precipitaban encima mío todo el tiempo como leo­nes abrasadores", decía un paciente. En todas partes el paciente es puesto en ridículo, provocado, burlado, se abusa groseramente de él, se lo amenaza. La gente habla de él, todo el mundo se ocupa de él; el ta­ller entero grita; hay un "espionaje insignificante", "como procedi­mientos legales"; escucha voces "como uno lee de ellas en historias de asesinatos y de indios". Alguien grita: "pícaro, vagabundo, miserable villano", "incendiario, parricida", "inútil", "sinvergüenza", "anar­quista, pillo, asesino ladrón", "muchacho asqueroso, sucio zopenco, bestia roñosa", "vagabundo", "pilluelo", "puerco", "puerco inmun­do", "espíritus sucios", "puta de ciudad", "convicto", "criminal, cri­minal", "maldito, maldito".

Le dicen al paciente que… agredió a un mu­chacho, que sedujo a una muchacha con "80.000 marcos", que tuvo relaciones sexuales con sus hijos, que comió carne humana. Es amena­zado con que se le cortarán las orejas, se le cortarán los pies, con que será serruchado en pedazos, con que será decapitado; hay una orden del Gobierno de apuñalarlo. "Debe presentarse; debe ser arrestado; ha seducido a una muchacha", se dice: "Es él", "lo atrapé", "Espere, Kái­ser Franz, ¡lo atrapamos!" "El muchacho debe ir al cementerio", "ma­taré al convicto a través de la pared", "sólo aparezca, y será matado", "ahora le hemos disparado", "acabaremos con él, debe venir aquí", "arrojaremos agua sobre él, lo apuñalaremos", "será explotado", "habrá un final para el niño estafador", "la bestia va a morir, esta cria­tura va a ser abatida".

La mayor parte del tiempo, lo que gritan son co­sas indecentes y sucias, en las cuales la impureza y la masturbación jue­gan un papel importante. Un cierto sentimiento de enfermedad surge en muchas de las expresiones. Sus compañeros susurran en secreto sobre el paciente, diciendo que está mentalmente afectado: "es un tonto absoluto", "tiene algo en la cabeza", "tiene neurastenia", "eso es me­galomanía". "tiene que ir al loquero”.

Por otra parte, hay también frecuentemente, "voces buenas", "bue­nos deseos", "elogios", "ese es el verdadero Simon Pure". Dios hace saber al paciente que él lo proclamará, que lo enviará al mundo como su hijo. "Aquí está él”, grita una voz desde los cielos. Escucha que es un hijo del rey, un hijo de un oficial, que es muy musical; que tiene una vida espléndida. "Hoy no le haremos nada". La voz exclama: "¡Rey, Rey!" "¡San José!" "Yo soy Dios"; una paloma dice por la noche: "Ya tienes a la novia divina”.

Muchas de las voces hacen comentarios acerca de los pensamientos y de los actos del paciente: "tiene buen oído", "¡maldición, que oído tiene el chico!", "Ha acabado consigo mismo; el sucio tipo debe alejarse de es­to", "¿Escuchas el reflector arriba?" "Ahora ellos tienen el agujero de sonidos abierto otra vez"; "Mary, estás diciendo tonterías, el policía ya te ha visto", "¿Pero qué le hemos hecho a él?", "El nunca nos escucha ahora". "Las voces sabían lo que hice", decía un paciente.

Otra pacien­te, cuando se exponía al sol escuchaba: "Ella se está derritiendo"; a un paciente, las voces le nombraban las personas con las que se encontraba, "analizaban su interior". Ellas narraban acontecimientos de su vida, le preguntaban acerca de asuntos familiares. "El director y las monjas per­turban mi descanso por la noche, me decían todo lo que había pasado en mi vida", se quejaba un paciente. "Cuando salgo de la casa, todos los te­léfonos saben adónde voy y lo que estoy pensando; la ciudad entera se agita cuando salgo", decía otro. Un paciente que más tarde llegó a estar muy enfermo, proporcionó las siguientes notas:

"En el Príncipe Carlos, yo hubiese tenido una propina de un chelín -hubiese sido un muchacho vanidoso -El hombre hubiese estado de via­je - Ahora, el muchacho también está riendo todavía- Ahora, me gusta­ría saber por qué el muchacho está aquí - El todavía no terminó -Ahora no me gusta más eso -¡Oh, Dios! Lo siento por el muchacho -El real­mente escribe bien - Eso sigue como una seda -Qué bien que todo con­cuerda - El escribe cada línea en una escritura diferente (la escritura re­almente estaba muy cambiada) -El judío no puede más contenerse por el descontento. "

A menudo, sin embargo, al comienzo de la enfermedad o en las etapas más avanzadas, lo que las voces dicen es indiferente o no tiene sentido y es incomprensible. El paciente escucha un llamado de Inglaterra dicien­do que tiene que hacer una visita, "siempre otra forma, siempre nombres nuevos"; él escucha "Banquero, granjero rico, estallido, panecillos", "Semental", "Ellos me ayudan, o ellos no me ayudan", "Los militares vienen mañana temprano", "Educación", "La lavanda y las bocacalles son el explosivo más poderoso", y expresiones similares. De las muy variadas anotaciones de un paciente, que era muy sensato y razonable, doy el siguiente ejemplo al azar. Veamos estas anotaciones de sus alucinaciones:

"Se dice que ella corrió tras él-Oh, ustedes zopencos yo siempre escucho algo y no veo nada-Yo simplemente comenzaría- Sal de aquí con tu basura- Hemos cumplido nuestro deber; ahora él puede hacer lo que le guste - No estará terminado inmediatamente; si va muy mal, la ley to­davía está allí - Hazte lamer en A.; aquí debes tener dos oídos, uno de en­trada, otro de salida, aquí los herederos aún pueden reñir, acá veinte che­lines, allá veinte chelines, sí ¿por qué no? - ¿Cómo se le va a ocurrir pen­sar en eso; pues él no sabe lo que ha sucedido - ¿tú lo ves? -le enviaremos un sirviente - Un árbol no es tumbado a hachazos tan rápidamente; no creció de una sola vez, de noche todas las vacas son negras - Posaderos tramposos - Arboles y raíces con ellos - Oh, debo desvestirme", etc.

Otro paciente, también muy razonable, anotó las siguientes palabras, siendo lo que las voces decían:

"El - ve ni - yo vine - Cham - Saul- Absalom - lírico - excrementos -asar -lujuria - Turco - rukidiku - gorjeo - canto - lata - hojalatero - carnero - fallar - perro - fruta - ko - bóveda - queja - lino - agua bendita ­pastura - inspirado - zángano - estúpido - apremiante - embudo - Druida _ tremens - retorciendo - deyección - acobardarse - inteligente - anterior­mente - salchicha - lince - bui - pregunta - crimen - esplendor"

En algunos sitios "veni - kam - cham", "Saul- Absalom", "gorjeo ­canto", "latas - hojalatero", hay una cierta conexión si bien solamente externa, de las ideas que siguen unas a otras. Pero, excepto por esto, las palabras están conectadas sin ningún enlace evidente de las ideas o soni­dos; a lo sumo, la leve similitud de sonido, en "asado -lujuria" y en la se­rie que va de Drohne - trube - drangen - Trichter - Druide - tremens ­drucken hasta tropfeln*, que podría ser considerada como el enlace co­nectar. Esta serie recuerda invenciones similares de los alcohólicos al de­lirar, cuando leen en una hoja en blanco; y también en los sueños en los que aparecen tales expresiones totalmente desconectadas.

Muchos pacientes escuchan continuamente, en una repetición inter­minable o con pequeños cambios, la misma frase sin sentido, de modo que es una especie de verbigeración alucinatoria. Las siguientes anota­ciones escritas por un paciente que era, por otra parte, completamente lúcido e inteligente: dan un ejemplo de esto.

"Pues nosotros mismos podemos siempre esperar que deberíamos permitirnos rezar otros pensamientos. Pues nosotros mismos deseamos desear saber quién dejará que la cabeza del cisne sea atormentada hasta la muerte con nosotros tontamente. No, nosotros mismos no somos ya más tan estúpidos, y no siempre nos hacemos problema, si nos dejamos estar ociosos bebiendo como bestias. Porque nosotros simplemente nos comportamos como tontos y nos dejaríamos engañar como cisnes ton­tos".

Influencias de las alucinaciones sobre el paciente: Voces imperativas.

En una serie de casos, las voces dan órdenes, que en ciertas circunstan­cias son exactamente obedecidas. Ellas prohíben al paciente comer y ha­blar, trabajar, ir a la iglesia; debe correr descalzo. “¡Anda, pégale, golpéale!", se le dice, "¡sigue, sigue!" "manos arriba", "¡bajen los brazos!", "¡ponga la silla aquí, párese!", "¡Salte!". Un paciente decía haber escu­chado: "Debes hacerla", luego: "No debes hacerla", "es un caos, uno no puede salir".

Fenómenos de pensamiento sonoro, lectura del pensamiento, y difusión del pensamiento: Pero es especialmente característico de la demencia precoz que los propios pensamientos del paciente se le aparecen hablados en voz alta. Escuchamos de los pacientes la queja, expresada de las formas más di­versas y constantemente repetidas, de que sus pensamientos pueden ser percibidos. Ellos son dichos en voz alta, a veces antes, a veces después, es el "doble habla", "la voz enjuiciadora", "la oratoria persecutoria", "el aparato para leer los pensamientos", "el memorándum".

Un paciente escuchaba como sus pensamientos surgían de los ruidos. Como conse­cuencia de esto, todo se hace público. Lo que piensan los pacientes es sa­bido en sus propias casas y es proclamado para todos, de modo que sus pensamientos son propiedad de todos. "Tengo el sentimiento de que al­guien a mi lado dice en voz alta lo que pienso", decía un paciente. "Tan pronto como el pensamiento está en mi cabeza, ellos también lo cono­cen", explicaba otro. "Cuando pienso algo, lo escucho inmediatamen­te", decía un tercero. La gente mira en el cerebro del paciente, su "cabe­za es revelada”. Cuando lee el diario, otros lo escuchan, de modo que no puede pensar ya más solo. "Podemos leer más rápido que tú", le grita­ban las voces a un paciente. "Todos pueden leer mis pensamientos, yo no puedo hacer eso", se quejaba un paciente. Otro decía: "A una persona le puede suceder que otra siga el rastro de sus pensamientos, de modo que la gente puede enterarse de todo". Un paciente tenía que "silbar" sus se­cretos "a través de la nariz"

Influencia sobre el pensamiento: Control, manipulación, distorsión, manejo, extorsión, saqueo, extracción, profanación de los pensamientos,…

Más característico de la enfermedad descrita, parece ser que los propios pensamientos son influenciados, lo que sucede a menudo. La gente le habla al paciente en sus pensamientos, los guía, lo contradice, le “ofrece” pensamientos, sugiere, le transmite palaras, pensamientos, cuadros, colores y sentimientos.

Un paciente decía: “mis sentidos ya no me pertenecen más, me los están quitando ilegalmente”. Personas extrañas le envían pensamientos silenciosamente y hablan en su cabeza, es una "remembranza, un recuerdo, una conmemoración", una "recepción de pensamientos". De esta manera sus propios pensamientos son perturba­dos, "perforados", "extraídos"; no puede pensar cuando la voz habla. Un paciente explicaba: "Ellos me quitan los pensamientos y nada vuelve sino un pelafustán". Lo que es pensado por él mismo es distorsionado; sus pensamientos son "saqueados, organizados y publicados". "Las vo­ces y mi cerebro son uno, debo pensar lo que la voz dice", decía un pa­ciente. Y una mujer se quejaba: "Las voces trabajan en mi pensamiento de la mañana a la noche, me sugieren sueños y me atormentan sin cesar".

Muchos pacientes deben pronunciar en voz alta sus propios pensamien­tos o aquellos que les son dados, "en voz baja por movimientos de los la­bios", "dicen tonterías a uno". "Fluye dentro del cerebro como un pen­samiento y se expresa como palabras en la boca", decía un paciente. Otro escuchaba, "muerto", y tenía que contestar "pan".

Lectura del pensamiento propio y ajeno. Conexión mental, hablar con el pensamiento, sin voces,..Comunicación verbal sin articulación de las palabras…

Por otro lado, el paciente a veces conoce los pensamientos de otras personas, está "conectado por teléfono con M'Kinley", puede "hablar con el Káiser", "constantemente sintoniza con Dios", "está en constan­te comunicación con el Espíritu Santo". Puede también pensar por otros, él transmite los pensamientos, lleva conversaciones, dialoga con sus compañeros, con personas que están en otras casas; es un "coro eléctri­co". "Hay conversaciones en mi cabeza y en mi cuerpo", decía un pa­ciente.

"Cierro mi garganta y canto las más hermosas canciones, y usted no las oye".

Estos desórdenes de lo más extraordinarios, muy ajenos a la experien­cia de la salud, son, al principio, mantenidos en secreto por el paciente, de modo que uno se entera de ellos cuando ya llevan largo tiempo de exis­tencia.

Los pacientes a menudo se conectan con personas malevolentes, por quienes son "miradas a través del teléfono", o son conectados por "telégrafo sin hilos" o por "las corrientes de Tesla". Sus pensamientos son comunicados por una máquina, hay un "arreglo mecánico", "una es­pecie de pequeña transmisión", telepatía.

Un paciente decía: "No conoz­co al hombre que me sugería eso". Otro suponía que podría ser hecho con propósitos científicos por un profesor. Un tercero explicaba: "Estoy per­fectamente sano y me siento tratado como un lunático, mientras las alu­cinaciones me son traídas mediante el magnetismo y la electricidad". O si no, los pacientes piensan en poderes sobrenaturales, de "médiums que perciben los pensamientos", "pequeñas almas y pequeñas figuras", "sus ángeles de la guarda", "Dios y Cristo"; son inspiraciones, revelaciones.

Un paciente escuchaba "hablar en su vientre a la Virgen María aún no na­cida"; otro llevaba "la voz de Dios en su corazón".

Muchos pacientes se sienten muy molestos por la telefonía, se tapan los oídos. "no me gusta que las voces me traten de ese modo". Un paciente rogaba que "se llevaran la bendita tontería".

Otros se considera­ban especialmente privilegiados. "Escucho a la distancia; no todos pue­den hacer eso", decía un paciente. Algunos intentan protegerse de que sus pensamientos sean influenciados mediante ingeniosos dispositivos; un paciente traducía palabras extranjeras para detener la recepción de pensamientos. Otros se esfuerzan por ocultar, en cierta medida, su ver­dadera línea de pensamiento mediante una segunda línea llevada junto a la otra haciendo que esta segunda línea reciba la influencia externa.

Alucinaciones de la vista, de la visión,…en los pacientes esquizofrénicos de E. Kraepelin. (ver fenomenología alucinaciones en J.L.Día)

Las alucinaciones visuales comienzan con anillos multicolores delante de sus ojos, juegos de color, rayos y globos ígneos, visión de chispas, todo parece torcido y mal.

Los pacientes son perturbados por reflejos, luces en­ceguecedoras, sus ojos son irradiados y cegados por reflectores.

En la pa­red aparecen figuras blancas, reflejos, la madre muerta, pinturas, cuadros imaginativos, cabezas de la muerte, un corazón con una daga, fantasmas, sombras mitad bestias, mitad humanas, paisajes del sur, santos de toda la eternidad; es fotografía a distancia y doble vista.

Frente a la ventana un payaso está dando volteretas, espíritus buenos y malos aparecen, ángeles y la Virgen María en un manto azul ofrecen el cáliz, Satanás, con cuernos y una cola incandescente, baila por la habitación, la muerte aparece como una figura con una máscara; por la noche los hombres se acercan a la ca­ma.

Mirlos de rapiña dan vueltas sobre las cabezas; aparecen personas que no están allí; el Emperador de China viene y habla; caballeros en tra­jes blancos, leones, personas que están muertas, muchachas lindas, hom­bres colorados con cabezas negras aparecen, una figura negra ríe irónica­mente.

El paciente ve "una corona brillante y una estrella amenazante", "objetos teatrales", mujeres desnudas, cuadros indecorosos, un automó­vil en el aire, dos hombres en globo, la "Cacería Salvaje"; una sombra ver­de vuela a su lado. Hay serpientes en su comida, en el agua para su baño.

Apariciones sobrenaturales son vistas en el aire, fuego en el cielo, un ha­lo, Lutero en las nubes, espíritus en los campos.

Las personas conocidas parecen extrañas, (fenómenos de falsa identificación y delirios de Fregoy, Capgras,..). Todo está como acentuado, los muebles se transforman en esposa e hijos; las figuras en las pinturas y esculturas hacen reveren­cias.

Un paciente vio "las voces" bajo la forma de seres cuadrúpedos, gri­ses y pequeños saltando alrededor y dando vueltas en el aire; éstos esta­ban acompañados por pequeñas llamas, que podían ser separadas de ellos.

Otro paciente ofrecía, en una forma muy definida, alucinaciones "extra­campiles"; dijo ver "un cañón de fusil a su espalda, una rata roja y blan­ca en su corazón, dos tortugas en su hombro".

El olfato y el gusto frecuentemente comparten la condición mórbida.

Sustancias malolientes son esparcidas; "hay un olor a sulfuro"; a "cadá­veres y a cloruro de calcio", a "sangre", a "fuego", a "emanaciones del infierno”, a "veneno hediondo" , a "dinamita".

Un paciente olía "las al­mas humanas"; otra sentía al diablo parado detrás de ella, "apestaba".

Vapores fríos son insuflados por una ventana de la nariz, vapores cálidos por la otra. Muchos pacientes huelen la fragancia de las rosas, o notan que están siendo cloroformizados o estupidizados por pañuelos perfu­mados.

La sopa tiene un raro gusto a creosota; en la comida hay petróleo o arsénico, en la cerveza morfina o iodoformo, el agua para beber está sa­lada o contiene cloroformo.

“Me envenenan con sosa caústica,..Noto el sabor amargo, y dolor en el estómago…paciente de JL Día)

Las sensaciones táctiles mórbidas cobran considerable importancia en el cuadro clínico de nuestros pacientes. Son generalmente muy variadas.

El paciente se siente atrapado, tocado por todo su cuerpo, siente cosquilleos en su muslo y hasta su cuello, puntadas en su espalda y en sus pantorrillas, una rara sensación en su cuello, calor en su cara, "arena caliente" es es­parcida sobre su cara, "ponen inmundicias en su pelo"; algo es "arro­jado a chorros en sus pies", "cien ratones corren por su cuello".

Por la noche se lo pincha con agujas, siente golpes en las costillas, "polvo in­visible" es esparcido sobre él; "aire caliente" juega sobre su cuerpo.

Tie­ne la sensación de que sus pies se elevan del suelo; su cama es empujada por la noche; se mueve de un lado al otro, se balancea.

Hay "parásitos y polvo que produce escozor" en su cama; un paciente sentía "cacho­rros de león".

Hay una sensación de desgarro en su cabeza y en su es­palda, una quemazón en su estómago, dolor en sus dientes, un "redoble en su cerebro", "un tirón en su corazón", dolores lumbares a través de su cuerpo y de su lomo. Un paciente registraba en su oído derecho cuan­do otras personas levantaban sus narices.

¿Elaboración delirante de la cenestopatía esquizofrénica?.

No es poco frecuente que estas imaginaciones, conectadas aparente­mente con sensaciones orgánicas, reciban una interpretación muy extra­ña.

El paciente es atormentado terriblemente en su cuerpo, nota que algo le está siendo quitado, se le quita la sangre, que "cada parte de su cuerpo es maltratada"; siente" inquietud interna"; un vacío interno, corrientes y tensiones en su cuerpo.

Kraepelin describe los delirios de base corporal de sus pacientes, formas que nos recuerdan a delirios de Cotard, de hipocondría psicótica.

El agua "se escapa de su cuerpo", la comida "sa­le inmediatamente por su cabeza". Su cuerpo es "retorcido"; su boca es "desgarrada"; sus encías son "abiertas"; sus ojos son "arrancados por garras"; su pelo es "arrancado a tirones"; sus hombros son "separados uno del otro"; sus testículos son "reventados"; sus ovarios y estómago son "arrancados"; sus mejillas son "despellejadas". Su cerebro es "redu­cido a papilla"; su garganta es hecha "estallar"; su intestino entero le es "extraído"; el fuego "estalla en su boca". Al paciente se lo "inyecta por la espalda"; Dios "perfora sus pies con un alambre"; se lo desfigura. Un hombre "se le acuesta atravesado", se le "quiebra la espalda", se le "suc­ciona la respiración". Se le hacen "estallar sus oídos y su cabeza", se le "extrae su fuerza", sus dedos de los pies son "quemados"; se le "cortan las orejas". Sic.

-Ver fenómenos de manipulación, control e influencia psicótica sobre la corporalidad:

Un paciente sostenía que estaba siendo "privado, " otro, que estaba siendo "destruido". Un tercero se quejaba de "intersecciones"; un cuarto decía: "Es siempre como si algo estuviese siendo empujado dentro de mí", un quinto sentía "mil muñecas deslizándose dentro de mí".

Muy frecuentemente estas sensaciones están asociadas con electrici­dad y acciones similares a distancia. El paciente se siente atado a la esta­ción receptora y también a la emisora, "electrizado desde lejos", elevado del suelo por descargas eléctricas, "volado por la electricidad", siente "la corriente en sus pleuras", un "pinchazo en su corazón proveniente del aparato", es "calentado por los rayos"; corrientes eléctricas "fluyen a través de su cama"; una corriente eléctrica "viene del sol".

Una paciente pensaba que estaba "iluminada con rayos Röntgen debajo de sus ena­guas" y era así expuesta a la mirada curiosa de todos.

Como resultado de estas alucinaciones se desarrolla en los pacientes, a menudo, la convicción de que se han convertido en el pasatiempo de toda clase de influencias. Un paciente describía esto por escrito con las siguientes palabras:

"Me sentía tocado de un modo tal, como si estuviese hipnotizado, elec­trificado, o totalmente controlado por algún tipo de médium o algún otro poder. Mis distintos órganos de los sentidos estaban de tal modo influenciado, que yo siempre escuchaba la voluntad del médium a grandes distan­cias, al cual debía entonces rendirme incondicionalmente. Yo siento y escucho al poder en cada parte de mi cuerpo, en todo mi organismo.

Debo hacer lo que escucho, de acuerdo con la voluntad del así denominado médium, el cual puede adoptar las voces de todas las personas que conozco. De este modo, en cuanto a mí se refiere, no hay secretos para el médium. Todo lo que ha pasado por mi ce­rebro, o que aún lo influencia, es reproducido por el médium, y verdadera­mente tan a menudo como quiera, y mi cerebro tiene que participar en este procedimiento, el cual abarca no sólo los pensamientos sino también el lenguaje.

(Ver aquí “alucinaciones psicomotrices” verbales de Seglas)

El rasgo característico es que siempre tengo estas alucinaciones audi­tivas cuando mi audición es ensordecida por un ruido real, de modo que es­toy seguro de que estos procedimientos suceden en el cerebro mismo. Tam­bién ya he tenido alucinaciones visuales, visiones, y todo esto sucede según la voluntad del médium y como consecuencia de mi poder de imaginar. Las visiones sólo aparecen cuando tengo mis ojos cerrados". (Excelente auto descripción clínica)

Noten aquí la curiosa mezcla de percepción interna de la enfermedad y de ideas de influencia, pero especialmente el sentimiento de compul­sión interna, con el cual nos encontraremos una y otra vez en nuestras descripciones.

¡ Las sensaciones sexuales juegan un papel considerable en las expe­riencias de nuestros pacientes. El paciente tiene una sensación de "contracción en los testículos y en el pene", tiene una "sensación calurosa y húmeda".

Cuando a mi paciente le presentan gente, nota "signos en sus dedos" hechos por las muchachas. Se utilizan "hechizos amorosos", la corriente eléc­trica hace que "el pene se ponga erecto", "una aguja de oro es clavada dentro de éste".

Por la noche se cometen actos lujuriosos, su vitalidad "le es quitada eléctrica mente“; "hombres lujuriosos se le acercan".

Una pa­ciente sentía que era "besada por la noche por un Capuchino". Otra pa­ciente describía sus experiencias nocturnas del siguiente modo:

"Me parecía por la 'noche como si yo estuviese divina y espiritual­mente casada, o más bien que se me había quitado la inocencia. Los do­lores eran considerables, pero no grité, aunque por algunos minutos tu­ve que respirar violentamente. Entonces me pareció como si hubiese si­do casada varias veces, cuando tuve que yacer en la cama vestida con mejores ropas. Pero nunca hubo un ser humano conmigo" .