Cuando alguien detecta una necesidad y busca una solución, creará o modificará algo ya existente para satisfacer esa necesidad. Cada uno lo hace cuando resuelve un problema, como hemos visto en el método de proyectos en la ESO.
En la industria el proceso es similar, pero con procesos algo más completos:
DISEÑO
El proceso de búsqueda de la solución se denomina diseño. En la actualidad, la definición de requisitos del diseño obliga a la integración de:
factores técnicos (funcionamiento, fabricación,...),
necesidades biológicas (ergonomía, seguridad),
factores sociales y económicos (distintas calidades y precios),
efectos psicológicos (modas),
análisis de la competencia (hasta ingeniería inversa),
todo ello unido a la necesidad de generar beneficios económicos. Así, los diseñadores industriales sintetizan toda la información proporcionada por estudios de mercado, de funciones, anatómicos, culturales, etc., para desarrollar productos adecuados al mercado y sus expectativas.
A continuación, se crea un diseño preliminar con sus planos, y realizando ensayos a pequeña escala, fabricando prototipos y modelos, hasta definir el diseño definitivo.
DESARROLLO
Cuando el proyecto ha sido aceptado, pasa a la fase de ingeniería de fabricación, que comienza con el diseño y construcción de prototipos funcionales, y sigue diseñando los procesos de fabricación.
Esta fase incluye:
definición de materiales y tolerancias de fabricación,
cálculos de tiempos y costes,
diseño de herramientas y equipos que se usarán,
plan de mantenimiento y control de calidad,
mediante un proceso cíclico de diseñar–construir–probar-rediseñar, realizando pruebas o simulaciones virtuales, hasta llegar al balance óptimo entre necesidad, requerimientos y coste.
PRODUCCIÓN
Antes de iniciar la fabricación al ritmo diseñado, en las propias instalaciones industriales se procede a una fase de producción piloto, para pulir el proceso y entrenar a los trabajadores.
Tras este entrenamiento se procede al lanzamiento, con volúmenes crecientes de fabricación, de acuerdo con el ajuste de los recursos productivos, la experiencia de la mano de obra y el aumento de la demanda.
En contraposición a la producción artesanal en que un único trabajador realiza todos los procesos, la producción en cadena o fabricación en serie tiene como base la cadena de montaje. Es una forma de organización de la producción que asigna a cada trabajador un lugar y una función específica y especializada, usando máquinas adaptadas a esa tarea.
La idea de la producción en serie nace a finales de siglo XIX con la teoría del taylorismo, en la cual se analiza no sólo la colocación de la maquinaria, sino incluso los movimientos elementales de los trabajadores y máquinas para optimizarlos y hacerlos mínimos ("el tiempo es oro"). El taylorismo madura hacia el fordismo en el siglo XX con Henry Ford, humanizando el trabajo y teniendo en cuenta a los trabajadores. A finales del siglo XX este sistema es superado por una nueva forma de organización industrial llamada toyotismo, que se basa en las ideas de trabajo flexible (contratos temporales y trabajadores adaptables a cualquier puesto), y el sistema de producción just in time que ajusta la producción con la circulación de la mercancía, a fin de acercarse al "stock 0" por el que se elimina el proceso y los altos costos de almacenaje.
NORMALIZACIÓN
Para conseguir una producción en serie es necesario que el operario tenga un suministro continuo de las piezas que debe instalar. Una forma de conseguir que cualquier pieza se acople correctamente es necesario que todas cumplan las mismas medidas y formas.
La normalización o estandarización es la redacción y aprobación de normas que se establecen para garantizar el acoplamiento de elementos construidos independientemente, así como garantizar el repuesto en caso de ser necesario.
Con esa filosofía, también se establecen normas para garantizar la calidad de los elementos fabricados y la seguridad de funcionamiento, para realizar operaciones metódicas de análisis, para representar objetos,...
Según la ISO (International Organization for Standarization) la normalización persigue fundamentalmente tres objetivos:
Simplificación: reducir los modelos quedándose únicamente con los más necesarios.
Intercambiabilidad: para mantener la compatibilidad sea cual sea el origen.
Especificación: evitar errores de identificación creando un lenguaje claro y preciso.
y todos los organismos nacionales de normalización procuran ajustarse a las normas consensuadas en la ISO. En España el organismo se llama AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación) que, además de administrar las normas, realizan las auditorías necesarias para certificar que un producto o una empresa cumple con las normas de calidad:
CALIDAD
Industrialmente, calidad es el grado en que un bien o un servicio cumple con las especificaciones del diseño, requerimientos legales y todo lo que se considere importante (aspecto, vida útil, funcionalidad,...). En base a ella se definen las pautas de inspección que verificarán si el bien o servicio se adecúa a dichos parámetros. Así, existirán productos de alta o de baja calidad, y el grado normalmente determinará su coste.
La gestión de la calidad en una empresa comienza con el control de calidad, que son las técnicas de inspección aplicadas a la producción para corregir, por ejemplo, desviaciones de tamaño producidas por desgaste de herramientas. Estas técnicas de inspección se basan en la comprobación de lotes aleatorios o toda la producción, a fin de encontrar disconformidades que serán comunicadas al departamento responsable para que se tomen decisiones sobre corrección o rechazo.
El aseguramiento de la calidad es una fase más amplia que engloba todo el procesamiento del producto o servicio, desde el diseño hasta la comecialización, pasando por la revisión de los contratos, la recepción de la materia prima, la producción, inspección, preparación y envío del producto.
En la actualidad se trabaja con el concepto de calidad total, que incluye los dos anteriores y que, mediante la organización e involucración de todos los miembros de la empresa, se centra tanto en la satisfacción de los suministradores y del personal de la empresa como del cliente final.
Para ello se deben tener en cuenta tres puntos fundamentales:
identificar y gestionar los procesos clave de la organización, eliminando barreras estructurales e incluso interdepartamentales, fomentando el trabajo en equipo,
tomar decisiones de gestión basada en datos y hechos objetivos en lugar de la intuición,
manejo exquisito de la información, para evitar datos falseados que induzcan a decisiones erróneas.
El departamento de calidad siempre guarda informes, estudios y archivos históricos para ayudar en la toma de nuevas decisiones.
PROCESO CÍCLICO
En cualquier momento puede surgir una variación de gustos o necesidades, de costes, una mejora de herramientas o métodos,... La industria moderna asume que cualquier mejora debe ser integrada a fin de aumentar los beneficios, por lo que los procesos de diseño, desarrollo y producción no son estáticos, sino que son revisables en cualquier momento.
EL MERCADO
Todos los sectores de producción, primario, secundario o terciario, pretenden vender sus bienes o servicios. El concepto clásico de mercado de libre competencia define un tipo de modelo ideal, en el cual es tal la cantidad de agentes económicos interrelacionados, tanto compradores como vendedores, que ninguno de ellos es capaz de determinar un precio. En las alternativas a este tipo de mercado, el precio es determinado por uno de los factores, y este mercado de competencia imperfecta puede ser:
Oligopolio: concurren un número reducido de vendedores.
Monopolio: el mercado es controlado por un solo productor.
Monopsonio: sólo hay un comprador.
Oligopsonio: hay un número reducido de compradores.
En todo mercado se verifica la llamada Ley de Say: no puede haber demanda de un bien o servicio si no existe oferta del mismo. Si, además, el mercado es ideal existen otras tres leyes básicas:
Ley de la oferta: las empresas deciden libremente qué cantidad producir dependiendo del precio que obtendrán, y fabrican más cuanto mayor sea el precio (curva de la oferta).
Ley de la demanda: los consumidores deciden qué cantidad adquirir según lo que les costará, y compran más cuanto menor sea el precio (curva de la demanda).
Ley de la oferta y la demanda: el precio de un bien y la cantidad del mismo que se producirá se sitúa en la intersección de las curvas de oferta y demanda.
Si el precio de un bien está muy bajo y los consumidores demandan mas de lo que los productores pueden poner en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los consumidores estarán dispuestos a pagar más. Los productores subirán los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio.
En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender mejor todo lo que se produce.