Los aceros se clasifican atendiendo a varios criterios:
El primero es por su forma de obtención, y se habla de aceros Bessemer, aceros Siemens o aceros eléctricos.
Por las fases presentes se distinguen los aceros martensíticos (es decir, que han sufrido temple), austeníticos (que incluyen níquel y cromo para mantener la estructura FCC a temperatura ambiente), ferríticos y con carburos (principalmente cementita).
Otra clasificación tradicional, muy completa y útil, se realiza atendiendo a los componentes, y tenemos:
Las fundiciones tienen una clasificación similar a esta última de los aceros, y tenemos:
La norma UNE 36001 establece una nomenclatura a base de una letra seguida por tres números, cuyo significado es el siguiente:
La letra puede ser F (para aleaciones férricas), L (para aluminios y otras aleaciones ligeras), C (para aleaciones de cobre).
El primer número indica la serie o características generales; a los aceros les corresponden las series entre 1 y 7, y las fundiciones pertenecen a la serie 8.
El segundo número indica el grupo o las características comunes dentro de cada serie.
Por último, el número de las unidades indica el individuo, con una composición y propiedades específicas. Como ejemplo:
Para saber más: