Anne Sexton
Nosotros

Yo iba envuelta en pieles

negras y en pieles blancas y

tú me deshiciste y luego

me colocaste en la luz dorada

y luego me coronaste,

mientras fuera de la puerta

la nieve caía en dardos diagonales.

Mientras diez centímetros de nieve

se apilaban como estrellas

en pequeños fragmentos de calcio,

estábamos en nuestros propios cuerpos

(este cuarto nos enterrará)

y tú estabas en mi cuerpo

(este cuarto vivirá más que nosotros)

y primero froté tus pies

secándolos con una toalla

pues fui tu esclava

y luego me llamaste princesa.

¡Princesa!


Ah, entonces

me levanté en mi piel dorada

y ritmé los salmos

y tiré la ropa

y me soltaste las bridas

y me soltaste las riendas

y me solté los botones,

los huesos, las confusiones,

las tarjetas postales de Nueva Inglaterra,

las noches de enero a las diez,

y como trigo crecimos,

acre sobre acre de oro,

y cosechamos,

cosechamos.