Alfonsina Storni

La palabra

Naturaleza: gracias por este don supremo

Del verso, que me diste;

Yo soy la mujer triste

A quien Caronte ya mostró su remo.

¿Qué fuera de mi vida sin la dulce palabra?

Como el óxido labra

Sus arabescos ocres,

Yo me grabé en los hombres, sublimes o mediocres.


Mientras vaciaba el pomo, caliente, de mi pecho,

No sentía el acecho,

Torvo y feroz, de la sirena negra.


Me salí de mi carne, gocé el goce más alto:

Oponer una frase de basalto

Al genio oscuro que nos desintegra.