Bidireccionalidad

Concepto

Como han mostrado las investigaciones enfocadas en los actores relacionados con la VcM en diversas instituciones (Seguel, Pereira, & Melo, 2018), la bidireccionalidad es un concepto reconocido como central a la hora de caracterizar la VcM de una institución, la relevancia y sentido en que se comprende este concepto permitirá aproximarse de mejor manera a lo esperado por una institución en este ámbito.

Principalmente son dos las cuestiones fundamentales en torno a este concepto, por un lado, si es una característica constituyente o solo una posibilidad dentro de la VcM, en este último caso existiría la posibilidad de iniciativas unidireccionales que se comprendan como VcM propiamente tal. Por otro lado, la dicotomía tiene que ver con lo que caracteriza a la bidireccionalidad, si es solo la presencia de una “ganancia” para ambas partes, o es configurada por una mayor cantidad de dimensiones.

En este contexto el modelo de evaluación apuesta por reforzar un modelo que comprende la bidireccionalidad como una característica fundamental en las iniciativas de VCM, y define esto por un conjunto de dimensiones que van más allá de solo los beneficios que ambas partes obtienen.

La primera de estas dimensiones tiene relación con la efectividad y las características del vínculo con la contraparte, esto es lo que hemos nombrado como “Estructura Organizacional Compartida”. Recogiendo algunas de las principales características que la literatura identifica como necesarias para un vínculo más provechoso (Fleet, Victorero, Lagos, & Otros, 2017). En este ámbito es clave la definición de metas y planificación de manera cooperativa que permitan a ambas partes tener objetivos comunes, además, que todos los actores conozcan las formas de trabajo y los procesos que comprende cada iniciativa, con todo esto, logramos una simetría de los actores en cuanto a conocimientos y expectativas.

Un segundo aspecto es la gestión compartida de los procesos y de los recursos involucrados en el proyecto o programa. Esta cuestión, si bien presenta resistencia pues implica ceder control sobre la iniciativa, permite que las decisiones sean tomadas de manera democrática entre los actores haciéndolos a todos responsables del destino de esta. Por último, es necesario que existan instancias que fomenten la cohesión grupal, de manera que las distintas partes profundicen su relación, más allá de la simple conveniencia.

Una segunda dimensión tiene relación con la forma en que se procesa la demanda que da origen a la iniciativa. Lo que busca la Dirección de VcM de la UAH es que la definición de problemáticas y los procesos de diagnóstico no sean realizados de manera separada a la comunidad o contraparte con la cual se trabaja, la opción que se toma es valorar que estos procesos sean conjuntos, incluso facilitando instancias donde sea la comunidad la que presenta a la universidad las problemáticas que son pertinentes al territorio.

Una última dimensión de la Bidireccionalidad es la de los beneficios recíprocos. Para la UAH es fundamental conocer las razones por las cuales las instituciones y los actores internos generan lazos bidireccionales y cuál es la manera en que los valoran. Además de esto, se incorporan la necesidad de observar la existencia de indicadores internos a la iniciativa en relación con los efectos que existen tanto interna como externamente y en las políticas públicas.

operacionalización